El presidente de GENA, Rafael Yus, manifestó hoy a Efe que, pese a la existencia de una red moderna de saneamiento en Vélez-Málaga, el río Vélez y su acuífero subterráneo soportan "continuos vertidos de aguas residuales no depuradas".

Según los ecologistas, el río Vélez soporta al menos cuatro fuertes fuentes de vertidos de aguas residuales que contribuyen a la contaminación, principalmente por nitratos, de las aguas subterráneas de este acuífero detrítico.

De norte a sur, el primer vertido importante se sitúa en la margen izquierda y proviene del núcleo poblacional veleño de El Trapiche, con un volumen importante de agua, que se acumula en un tramo para filtrarse un centenar de metros más adelante.

El segundo vertido se encuentra en la margen derecha y procede del municipio de Benamocarra, que lo vierte a un arroyo que discurre paralelamente a la carretera de dicha localidad hasta alcanzar el río Vélez, según explicaron las citadas fuentes.

El tercer vertido se localiza en la margen izquierda, a la altura del camino de Remanentes, y proviene de la localidad de Vélez-Málaga, a través de una madre abierta, supuestamente sólo de aguas pluviales, que recorre dicho camino hasta alcanzar el río, donde desagua una gran cantidad de agua.

En este punto, el agua presenta un hedor característico de aguas residuales en putrefacción, unido a un olor a alpechín, que hace sospechar que se vierte agua del lavado de la maquinaria de las almazaras, añadió Yus.

El cuarto vertido se encuentra en la margen izquierda del río, a la altura del camino de Enmedio, y desprende "un fortísimo olor a aguas residuales en putrefacción", según los ecologistas.

GENA considera que estos vertidos de aguas residuales no depuradas en un cauce fluvial son constitutivo de delito ecológico, según el Código Penal, y falta grave, según la Ley de Aguas.