El responsable de que el apellido Gross, de tantas resonancias alemanas, sea un sonido tan malagueño como la Farola es Jorge Gross Heythe, natural de Leer, quien según cuenta una historia familiar, y no es la única, llegó de niño a Málaga a finales del XVIII, acompañando a su padre, cónsul inglés en Málaga. En 1807 ya lo vemos casado en la iglesia del Sagrario con Carmen Lund y convertido en comerciante. El matrimonio vivió como inquilino en el palacio de los Condes de Buenavista, actual Museo Picasso.

De los hijos de este matrimonio destaca Federico Gross Lund, pues el resto de hermanos tomó otro rumbo, aunque uno de ellos, Jorge, llegó a ser hermano mayor de la Sangre antes de partir a Sudamérica.

Federico marcha al norte de Alemania a conocer las prácticas mercantiles en boga y allí se casa con Tecla Gayen. Este malagueño de raíces germanas daría empuje a la saga familiar creando la empresa exportadora de productos de la tierra ´Federico Gross y Cía.´, con almacenes en Plaza de Toros Vieja. La finca ´Santa Tecla´ de Churriana, con viñedos y araucarias, llena también el ocio familiar.

Los hijos del matrimonio, Federico, Eduardo y Teodoro Gross Gayen, continúan con el negocio en el que no faltan pasas, almendras, dátiles, aceite de oliva, vinos de Málaga y también artículos alemanes importados.

Según cuenta Adolfo Gross Bolín, descendiente de estos emprendedores, por entonces se decía que los Gross se habían unido a las familias ´mantecas´ (pudientes) de Málaga, en recuerdo de la manteca de Hamburgo que importaba el comerciante Prolongo y que no estaba al alcance de todos los bolsillos.

Villa Clara. En 1884, tras el terrible terremoto de Málaga, Teodoro Gross Gayen y su mujer, Clara Pries, deciden dejar el palacio de los Condes de Buenavista ante el temor de futuras catástrofes y dos años más tarde construyen ´Villa Clara´, en la avenida de Pries, una fastuosa mansión emplazada en parte de unos terrenos heredados por Clara Pries (que iban desde los actuales pisos de Cantó hasta donde hoy está el hotel Las Vegas).

Como destaca Antonio Gross Bolín, hermano de Adolfo, ´Villa Clara´, que sería derribada a finales de los 50, tiene una particularidad: "Es la primera casa que se construye en Málaga a prueba de terremotos". Con cocheras, caballerizas, teatro, capilla e invernadero, no faltaba en Nochebuena el árbol de Navidad, una tradición germánica adaptada al clima de Málaga en forma de pinsapo de la Sierra de Ronda. En esta casa, recuerda Ignacio Krauel Gross en la historia que escribió del apellido, pasaron la Nochebuena de 1900 tres guardiamarinas alemanes de la maltrecha fragata ´Gneisenau´.

La siguiente generación, Teodoro y Adolfo Gross Pries, se independizan del negocio familiar y fundan con 100.000 pesetas ´Gross Hermanos´, con grandes almacenes en El Bulto, cerca de donde hoy se levanta el hotel Monte Málaga. La nueva compañía amplía sus miras y a los productos tradicionales incorpora jarabe de frutos, vinos quinados, naranjadas, caramelos, productos navideños y hasta jabones.

En 1906, por cierto, los Gross recibirán en Santa Tecla a la pareja de recién casados formada por Alfonso XIII y Victoria Eugenia.  

De la nutrida historia de esta familia también hay que destacar a Ricardo Gross Orueta, marqués de Casa Loring, casado con una nieta de los dueños de La Concepción.

Entre sus muchos menesteres, Ricardo Gross presidió la Academia de San Telmo y la Junta de Obras del Puerto (de hecho, el muelle del Paseo de la Farola lleva su nombre). Además, presidió la Congregación de Mena tras la unión de la Cofradía de la Soledad y la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte, en 1915.

En los años sesenta del pasado siglo, siendo gerente Adolfo Gross Jessing, Gross Hermanos cesa su actividad.

Los Gross de Málaga, que desde hace poco reciben la visita de sus ´primos alemanes´, descendientes de un Gross Lund que regresó a Alemania, siguen dando ejemplo de ser gente viajera, eficiente y emprendedora. Muchos de ellos, unos 400, pudieron reunirse en noviembre de 2005 en el Teatro Cervantes, una realidad en parte gracias a esta familia. Si Jorge Gross Heythe levantara la cabeza, no quedaría decepcionado.