Las cofradías que tienen su sede canónica en la iglesia de San Felipe Neri, que permanecerá cerrada durante los diez meses que duren las obras de rehabilitación del templo, han encontrado ya un lugar donde exponer al culto sus sagrados titulares durante este tiempo. Así, la Sangre irá a San Juan, Santa Cruz a San Dámaso Papa, en el barrio de El Molinillo, y la Salutación ultima las gestiones para poder trasladar a sus imágenes a la iglesia de la Aurora y Divina Providencia.

El hermano mayor de la Sangre, Mario Moreno, confirmó que San Juan es la iglesia que ha acogido a la archicofradía, que mantiene magníficas relaciones con el párroco, Isidro Rubiales, que fue durante de 20 años director espiritual de esta corporación. Las imágenes se situarán en la capilla bautismal (la primera de la nave de la Epístola, junto a la sacramental, donde está el Cristo de la Redención). La junta de gobierno aún debe decidir la fecha del traslado, pero la hermandad baraja el 25 de julio, para llevar a cabo este tránsito íntimo, que se haría por la mañana y por vías peatonales.

Santa Cruz también sabe ya que puede ir a San Dámaso. La junta de gobierno de la hermandad, que se celebra mañana, tendrá que aprobar esta propuesta, según informó ayer el hermano mayor, Ignacio Domínguez. Y Salutación está a punto de concretar su traslado a las Catalinas. Antonio Trillo explicó que aún quedan algunos detalles pendientes. «En caso de confirmarse, trasladaríamos las imágenes probablemente el 1 de agosto en rosario de la aurora».

El problema principal reside en saber de dónde saldrán estas cofradías en Semana Santa, ya que San Felipe estará aún cerrada. Trillo no descarta iniciar su procesión el Domingo de Ramos desde San Julián, sede de la Agrupación.