Antonio Fernández Ortiz, de 36 años, lleva catorce como funcionario de prisiones; llegó a Málaga en 1999 y asegura haber conocido a muchos presos famosos, aunque lo que le apasiona de verdad es la literatura, en particular, y las artes, en general. Inquieto, culto y muy creativo, este malagueño de Huelin acaba de publicar su segundo libro, la novela Yossi, el clon de Jesucristo (editorial Círculo Rojo), una obra ambientada en la Jerusalén del año 2023 en el que un sacerdote italiano trata de ahondar y explicarse a sí mismo su fe en Dios arropando al nuevo Mesías, un joven de 18 años que un científico clonó usando la sangre hallada en la sábana santa. En este caso, la inspiración le ha pillado entre rejas.

Dos años y medio de abundante documentación, en los que Fernández Ortiz ha leído de todo, desde los evangelios apócrifos hasta sesudos ensayos sobre cristología, y todo para crear una obra de ficción que esté a la altura de un público que ya acogió con alborozo su primera obra, la biografía Yo, funcionario de prisiones.

«Me hice funcionario a los 22 años, tras un trienio de duro estudio y con el objetivo de tener un trabajo; siempre me ha gustado escribir porque me encanta contar historias y crear, para mí y para los demás», dice.

Ahora está en el módulo 2 de la prisión de Alhaurín de la Torre, que acoge a presos novatos, aunque mucho tiempo lo pasó en el módulo once, el de preventivos reincidentes, «los clientes habituales», aclara con sorna.

Siempre aprendiendo en la cárcel

De su experiencia en la cárcel se queda con «las personas», tanto presos como funcionarios. «Nunca terminas de aprender, siempre te enseñan algo; los internos también han leído el primer libro que hice para dignificar la profesión. Muchas personas se me acercaron para darme las gracias por haber explicado de forma tan cariñosa un sector duro y a veces incomprendido, y los presos se congratulan de que los dejara tan bien en el libro», añade.

La «psicología» que dice haber aprendido en el presidido, le sirvió para vender su primera obra, «que tuvo una muy buena acogida».

En su nueva ficción, que él mismo define como un thriller en el que puede apreciarse su inquieta cinefilia, asegura haber tratado de plasmar «los caminos de tres personas que buscan respuestas».

El sacerdote italiano, Marcelo Volonté, se entera de que el Mesías ha sido clonado y, desde ese momento, buscará saber la verdad; por otro lado, hay un rabino que lo cuestiona todo y el tercer protagonista es el escritor ateo Michael Smith, un literato que se granjea la fama a golpe de ensayos radicalmente anticlericales; su nexo de unión será Yossi. Y, entre todos, destaca la labor del científico israelí –y judío– que, tras años de estudio de la Síndone, espera a que la biotecnología genética avance tanto como para poder clonar a quien fue envuelto por la Divina Saya.

«Me han hecho muchas críticas y el libro ha gustado bastante, sobre todo el giro final; nadie se lo espera», apunta Fernández Ortiz, quien ya trabaja en su nueva obra, una novela titulada El pinche gachupín ambientada en un crepuscular México dominado por las mafias y la corrupción; allí, un cantante malagueño tratará de sobrevivir a las pruebas que el destino le pone por delante.

«Lo que más me gusta es que ha sido la editorial Círculo Rojo la que se ha interesado por mi libro, que ya ha sido introducido en los circuitos cibernéticos y en sus librerías asociadas; además, lo repartirá la distribuidora Disandal. Es difícil para un joven creador salir a la superficie, y en eso estamos ahora», apunta.

Fernández aspira a crear obras muy visuales, cinematográficas casi, en las que volcar su pasión por la cristología, la historia y la literatura. Presentará el libro el 23 de marzo en El Corte Inglés.