La primavera confunde. Tiempo de melancolía para los que buscan la inspiración en los destellos del color azul, lo cierto es que unos días más largos y unas temperaturas suaves trastocan el organismo, que tiene que procesar las horas de luz. El cerebro debe adaptarse al cambio estacional, pero a veces, ese proceso se ralentiza, y entonces aparecen los problemas: trastornos del sueño, decaimiento, irritabilidad, mareos, dolores musculares, apatía...

Los médicos calculan que uno de cada diez malagueños va a sufrir los síntomas de la astenia primaveral. Y este promedio se reflejará en el incremento, un 30%, de las consultas en atención primarias por problemas derivados por la astenia, según apuntan los especialistas del Servicio de Neurofisiología del Hospital Quirón de Málaga.

Alteraciones por las horas de luz

¿Por qué aparece la astenia? Cristina Green, jefa de servicio de psicología del centro hospitalario, explica que se debe a una lenta adaptación del cerebro al aumento de las horas de luz, lo que ocasiona alteraciones físicas y del estado de ánimo. Este problema no surge cuando se ha realizado un gran esfuerzo, sino que se manifiesta en la rutina diaria.

La mujer va a sufrir más este problema, sobre todo a partir de los 45 años. «A ellas les suelen afectar más las patologías psicológicas, así que es más probable que tengan síntomas como cansancio, irritabilidad, falta de apetito, apatía, insomnio, problemas de sueño», señala Marina Rodríguez, psicóloga del hospital. Pero que aparezcan estos problemas dependerá también del nivel de ansiedad de la persona, y de su ritmo de vida. Más vulnerables serán las personas con trastornos del ánimo, o sometidas a situaciones de estrés.

Pero la astenia también puede ocasionar problemas musculares, fiebre y pérdida de peso. Y la falta de descanso, por la lenta adaptación al cambio estacional, deriva en trastornos puntuales del sueño e incluso deficiencias emocionales.

Para contrarrestar los efectos de la astenia, el jefe de Neurofisiología del hospital Quirón, Daniel González, enumera una serie de recomendaciones: mantener unos horarios regulares de sueño, tomar cenas ligeras al menos dos horas antes de acostarse para que la digestión no interfiera en el sueño, realizar ejercicio físico moderado, y seguir una dieta variada con frutas y verduras, y en ocasiones complementar con algún aporte vitamínico y minerales. Y por supuesto, se desaconseja el consumo de alcohol, tabaco y cafeína.

Los especialistas insisten en tratar estos problemas, ya que la sensación de abatimiento e irritabilidad que presentan muchos pacientes puede ocasionar enfermedades a largo plazo, por ejemplo, trastornos depresivos.