Además de presidir desde el año 2000 la Academia Iberoamericana de Farmacia, Alberto Ramos es catedrático de Microbiología de la Universidad de Granada, en la que ha desempeñado cargos académicos. Ayer participó en un desayuno informativo organizado por el Colegio de Farmacéuticos de Málaga con motivo del inicio de la campaña de la vacunación contra la gripe. Durante el último invierno se apreció una gran relajación de la sociedad y la mayoría de centros de salud tuvo que devolver la mitad de las dosis. La vacunación bajó a los niveles de 1996 y sólo lo hizo el 56% de la población.

¿Cree que la sociedad minusvalora las consecuencias de la gripe y por eso no se vacuna?

No creo que la sociedad minusvalore, pero sí creo que desconfía por lo que ocurrió el año pasado con la supuesta pandemia de la gripe A, cuando se habló mucho de laboratorios que podrían ingresar grandes cantidades de dinero. Yo, en cierto modo, disculpo el error cometido por la OMS, porque entiendo que siempre es mejor prevenir y que se vacune todo el mundo. El año pasado se produjeron millones de vacunas que ya no sirven para nada y eso ha representado un gasto económico importante. Yo creo que eso ha sido fundamentalmente lo que ha provocado que haya caído el índice de vacunaciones.

¿La gente se ha sentido defraudada?

Exacto. Porque con la gripe A funcionó mucho internet, los comentarios, opiniones que son contrastadas, otras que no son válidas... pero la respuesta ha sido esa.

¿Qué consecuencias puede tener la gripe en el organismo?

La gripe es tremanda, sobre todo por las complicaciones que pueden derivarse de ella. Provoca un debilitamiento de la persona cuando se coge, está claro. Y como consecuencia puede haber una infección bacteriana. Tiempo atrás se le llamaba haemophilus influenzae a un bacilo, que no era virus, y se creía que era el que provocaba la gripe. Los principales microorganismos que pueden provocarla son el hemofilos, el bacilococo y el estreptococo...

¿Cuál es el principal problema de la gripe? ¿Por qué no se descubre la cura definitiva?

Está descubierta y cada vez se gana más en eficacia. Pero el principal problema de la gripe reside en la mutabilidad y en la recombinación genética del virus de la gripe. Surge un nuevo virus cada año y frente a eso, una vacuna antigua no sirve. Previenes en función de cómo ha sido antes, en función de un cálculo de la incidencia de la enfermedad, por eso la vacuna puede fallar y hay que ser realistas... Si se hace una previsión y el virus se desarrolla de forma distinta, la vacuna pierde eficacia. Por eso vacunarte de la gripe no garantiza al cien por cien que no te contagies.

¿La vacuna sirve para prevenir pero qué recomienda si la persona ya se ha contagiado?

Soy un absoluto defensor de la vacuna antigripal, a pesar de todo. Y si, a pesar de ella, se coge, hay tratamientos con antivirales, no con antibióticos. Los sistemas de prevención siempre son buenos: el primero es el higiénico. El virus de la gripe es un virus cubierto y si uno se lava las manos con frecuencia ya ganamos. Pero no hay que olvidar que la contaminación es de tipo aéreo y si hablo puedo estar transmitiéndolo y da igual que me lave las manos.

¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo no confundirlo con un resfriado fuerte?

Elevación febril en el momento en que uno empieza a encontrarse mal, con picos de hasta 41 grados a las 24 horas. Normalmente la persona, si no es débil lo va a superar. Lo peor, los niños y los ancianos. De hecho, se ha descubierto que son los niños los principales transmisores de la enfermedad.

¿Qué hay de cierto en que uno se pone malo precisamente cuando se vacuna?

Eso es un mito. Es lógico que pueda producirse hinchazón localizado en la zona del pinchazo, enrojecimiento y calor. Los efectos secundarios son mínimos.