Llueven las críticas a los nuevos chiringuitos de La Malagueta y La Caleta. A pocas semanas de que terminen las obras y abran las puertas, la polémica sobre su impacto visual sigue muy viva. Arquitectos, vecinos, el presidente de la Diputación, concejales y delegados de la Junta expresan sus dudas sobre el resultado. Pero estas quejas se suman a la búsqueda de quién es el responsable de autorizar el proyecto, una polémica en que Junta y Ayuntamiento están enzarzados.

El delegado de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, insistió en que «exigirá» que se cumpla con la autorización concedida y subrayó que se otorgaron «rigurosamente». Así, aseguró que «vamos a ser rigurosos en el cumplimiento de lo que estipula dicha concesión y exigir que se cumpla».

Tanto Ruiz Espejo como el delegado de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta, Javier Carnero, recordaron que el Gobierno andaluz ha exigido en cinco ocasiones al Ayuntamiento «para que cumpla el diseño y la construcción con lo que estipula la concesión y la autorización».

Pese a las afirmaciones de Ruiz Espejo sobre que fue la Junta quien autorizó el modelo de chiringuitos, Carnero se lavó las manos y aseguró que la Junta se limitó «a seguir la tramitación que estaba haciendo Costas» y recordó que antes de recibir las competencias Costas insistió en que las terrazas superiores no podrían tener uso.

La concejala de Playas, Teresa Porras, reiteró que es la Junta de Andalucía la única que puede autorizar el uso público de las terrazas y que, aunque en un futuro podrían ser utilizadas, ahora se han planteado como zona de almacenaje del chiringuito.

Porras recordó que el modelo de chiringuito tiene el visto bueno de la Junta de Andalucía, que fue quien permitió disponer de un sótano de 150 metros, pese a que Costas inicialmente sólo concedió 100 metros. Además, acusó a la administración autonómica de ser la causante del fuerte impacto visual de estos edificios, al obligar a fusionar el aseo público -de 30 metros cuadrados- con el restaurante, pese a que el proyecto original «planteaba un pasillo para que todo no fuese una pared».

La edil de Playas afirmó que la Junta de Andalucía tiene en su mano ordenar el derribo de los chiringuitos si así lo considera, pero se preguntó: «¿Quién va a indemnizar a los empresarios? Porque han empezado la obra, a costa de sus bolsillos, con todo aprobado y su licencia de obra».

Mientras Junta y Ayuntamiento siguen con esa guerra abierta, las críticas contra los chiringuitos se siguen sucediendo. El último en sumarse ha sido el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, quien aseguró que estos edificios le resultan «chocantes», y animó a las tres administraciones implicadas -Costas, Junta y Ayuntamiento- a «volver a sentarse» para «ver si hay posibilidades de mejorar».

«Resulta sorprendente que las administraciones implicadas, que han dado el visto bueno a los chiringuitos, ahora digan que no les gustan», no obstante admitió que «puedo entenderlo porque una cosa es lo que se ve en los papeles y otra es la realidad».

El presidente de la Asociación Málaga Monumental, Salvador García Aranda, insistió en que las críticas coinciden «en que los chiringuitos son una barbaridad». García Aranda tiene claro que «habría que demolerlos, es más el coste social y ecológico que el que los tire».

El decano del Colegio de Arquitectos de Málaga, Antonio Vargas, comentó que ha habido una «dejación de funciones» de la administración con esos chiringuitos. «Son parte del paisaje urbano y deberían haber sido proyectados con otros criterios, con más reflexión o haber sido objeto de un concurso. El problema es que ha habido una renuncia a intervenir de una forma adecuada», comentó Vargas, que señaló que su ubicación «debería ser otra más correcta para que el impacto visual fuera un poco menor». En cuanto al tamaño, apuntó que «se han pasado un poco».

La presidenta de la Asociación de Vecinos de La Malagueta, Lola Navas, se mostró «sorprendida» por el tamaño de los edificios, de lo que comentó que «no fue el modelo que nos enseñaron en la primera reunión». «Están haciendo polvo La Malagueta y no queda claro quién es el responsable», insistió la presidenta vecinal.

Más allá de las críticas, la pregunta principal va dirigida a conocer quién ha autorizado los proyectos. En este punto está el enfrentamiento entre el Ayuntamiento de Málaga, que presentó y avaló las propuestas de los empresarios para su aprobación; y la Junta de Andalucía, que desde el 1 de abril de 2011 asumió las competencias y tramitó el expediente.

El enfrentamiento tiene su origen en la transferencia de competencias sobre chiringuitos a la Junta de Andalucía, una insistente reclamación autonómica. Se produjo el 1 de abril de 2011, justo en medio del proceso de tramitación del modelo de chiringuito.

Antes de enviar el expediente a la Junta de Andalucía, la Dirección General de Costas remitió en marzo de 2011 al Ayuntamiento un informe con modificaciones al proyecto presentado y que cambiaban el aprobado en 2010. Luego, la administración andaluza cambió algunas de las modificaciones de Costas -amplió los sótanos de 100 a 150 metros cuadrados y fusionó el aseo con el chiringuito- y tramitó la autorización actual.

@Miguelferrary