Escucho la polémica sobre los chiringuitos con cierto estupor. La sorpresa y espanto ante el tamaño de los restaurantes quedó a un lado cuando empezó la polémica política. No olvidada, sino a un lado. Escucho a los concejales, delegado de la Junta y a Costas y se me viene a la cabeza Pablo Alborán con su archiconocido estribillo de «Y tú, y tú y solamente tú». Sí, muy bonito. Pero cuando lo cantan las tres administraciones a la vez y cada una señalando a la otra, con el tono desacompasado, empieza a cansar. Y no por cacofónico, sino por repetido.

No podemos caer en la demagogia en un problema que es espinoso. Primero hay que recordar que quien pone el dinero, y no poco, son los empresarios. Ellos presentaron un proyecto, revisado por el Ayuntamiento, modificado primero por Costas y luego por la Junta de Andalucía, que tuvo la última palabra para aprobarlo. Ahora no toca asustarse de lo que se ha permitido y apuntar a otro lado. La responsabilidad no es de los empresarios, que empezaron las obras con todos los parabienes y autorizaciones, arriesgando su patrimonio y sustento, sino de las administraciones que no han cumplido con su función.

Este problema viene a poner de relieve dos cosas. La primera es que el Ayuntamiento aprovecha cualquier oportunidad para echarle la culpa a la Junta y olvidarse de que no tiene que actuar en favor o en contra de un colectivo, sino gestionar una ciudad de la mejor forma para todos. El segundo hecho relevante es que la Junta de Andalucía ha demostrado que la gestión de las competencias de Costas le viene grande. Se piden responsabilidad que no se han sabido asumir y ejecutar. A ver cómo se lo explican a los ciudadanos. Claro, volverán a entonar el estribillo de Pablo Alborán.

@ginnieguzman