Aunque las mamás sean previsoras y los colegios hagan de altavoces cada vez que existe un nuevo brote, muchos menores no se salvan de que unos pequeños seres molestos invadan en ocasiones sus cabezas. Si empieza con picor, sobre todo en la zona de detrás de las orejas, no hay marcha atrás. Los piojos han aterrizado y amenazan con incordiar.

La diminuta amenaza se acentua año tras año en la época escolar, y para ello un centro especializado en pediculosis realiza una campaña por varios centros educativos malagueños para enseñar diversas técnicas de detección del parásito a los alumnos de la forma más divertida; jugando.

La campaña para enseñar buenos hábitos de higiene encaminados a tratar el problema mediante actividades lúdicas se presento ayer en el CEIP García Lorca de la fundación infantil Mi Mundo y el centro especializado en este tipo de tratamientos, Piokito.

Durante una hora se dará a los menores una charla informativa y educativa para que puedan conocer las características del parásito, formas de contagio y hábitos de higiene. Tras abordar el asunto, la doctora Piokito visita el Planeta Rojo, lugar donde viven los piojos y los niños ponen en práctica e interiorizan todo lo aprendido hasta el momento.

Un total de 15 centros de Málaga recibirán la visita de Piokito y aprenderán consejos básicos para evitar el encuentro con esos seres que en ocasiones avergüenza a los más pequeños y supone un auténtico quebradero de cabeza para los padres. Se calcula que más de 32.000 niños de la provincia en edad escolar padecen problemas de pediculosis y este año puede que se superen los 78.000 casos, una cifra que indica que uno de cada cinco niños padecen este problema en la capital, según el centro. La directora del centro Piokito, Belén Rozas, aseguró que la pediculosis es un problema que preocupa en gran medida a padres y profesores. «Para evitarlo, es recomendable que los padres realicen inspecciones periódicas a sus hijos y estén pendientes de síntomas como los picores de cabeza para detectar la presencia de parásitos cuanto antes», resumió.

Es importante garantizar el tratamiento durante un periodo no inferior a 15 días, puesto que es el tiempo de media entre la puesta del huevo y el estado adulto de piojo, Se trata de «romper» el ciclo de vida del parásito y evitar un rebrote, detalló la directora.

El centro Piokito ha tratado en los últimos meses más de 200 casos de pediculosis. Un problema que reaviva en los últimos meses con la vuelta al cole.