Málaga viene realizando desde hace años una fuerte apuesta para convertirse en uno de los grandes referente tecnológicos a nivel mundial y unir su nombre a los de Silicon Valley, Baden-Württemberg, Massachusetts o Corea del Sur. La estrategia diseñada en los últimos años por el Ayuntamiento de la capital pretende diversificar un modelo muy basado en el turismo de sol y playa y proyectar una imagen de ciudad del conocimiento a través de iniciativas como el Club Málaga Valley, la apuesta por la smart city -la integración de las nuevas tecnologías y el fomento del I+D en la vida cotidiana de las urbes-, la labor investigadora de la Universidad de Málaga o la actividad de las más de 600 empresas del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA). Para analizar los resultados conseguidos hasta la fecha y valorar la consolidación de la marca «Málaga Valley», La Opinión de Málaga ha reunido esta semana, por la parte institucional, al alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre; al director general del PTA, Felipe Romera; al director de la incubadora de empresas, Bic Euronova, Álvaro Simón de Blas; al responsable de Andalucía Tech en la UMA, Víctor Muñoz; y por la parte emprendedora y empresarial, al fundador de Virus Total, Bernardo Quintero; al responsable de Libera Networks, José Miguel Ruiz Padilla; y al consejero delegado de Top Digital, Santiago Lucas.

El gran salto de la marca Málaga

Abre el fuego el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que sin ánimo de ser «triunfalista», afirma que los planes estratégicos han permitido en la capital «un gran cambio para bien», con una apuesta «sólida e innovadora» por la tecnología, el conocimiento y el concepto de «ciudad inteligente» (smart city).

«Hemos creado una marca muy consensuada con todas las instituciones y que tiene seis pilares: el PTA, que tiene 20 años de vida, la Universidad, que tiene 40 años de trayectoria, los centros tecnológicos, las incubadoras y aceleradoras de empresas, el concepto de smart city y el Club Málaga Valley, que con sus dos reuniones al año crea un networking muy beneficioso para las empresas locales y que genera siempre expectativas de inversión», comenta el alcalde, que recuerda los proyectos y ampliaciones desarrollados en Málaga en los últimos años por multinacionales como Oracle, Accenture y Ericsson. De la Torre también cita la consolidación de foros como el Transfiere y el Green Cities-Tikal, que redundan en mayor visibilidad de Málaga a nivel tecnológico.

Por su parte, el director del PTA, Felipe Romera, señala que igual que los parque tecnológicos movieron el mundo de la innovación en los años 80 y 90, ahora lo hace el concepto de «ciudad inteligente», ya que las multinacionales han visto que las grandes urbes representan una gran oportunidad de negocio y, además, son el mejor escaparate, para exhibir la tecnológica a nivel ciudadano. En ese sentido, Romera considera que Málaga ha tomado ese rumbo con mucha antelación apoyado en un buen marketing, lo que le da ahora «una oportunidad única» para liderar la carrera de las smart city.

«De hecho, en España somos los segundos en este ámbito tras Barcelona, que por tamaño siempre se la ve más. Pero estamos en ese grupo de 20 0 30 ciudades con esta gran visibilidad. El fruto de todo esto es que hay muchas ganas de venir a Málaga. El PTA en estos momentos está muy ligado a multinacionales y empresas que ven el parque como un paso a Silicon Valley, y que plantean proyectos que pueden ir desde las 500 a las 2.000 personas. Esto es un elemento de gran valor», apunta.

El director del BIC Euronova y presidente de la red europa EBN de estas incubadoras, Álvaro Simón de Blas, resalta el gran valor que ha alcanzado la marca «Málaga» y el vuelco que se ha dado en el apoyo a los emprendedores y a las empresas de base tecnológica, donde juega un gran papel el vínculo establecido con la Universidad. Sin embargo, afirma que para cerrar este «círculo virtuoso» se hace necesaria una acumulación de capital privado que permita a los emprendedores obtener financiación de forma sistemática para desarrollar sus proyectos.

«Málaga no es el Silicon Valley porque allí hay muchas personas que crean empresas, las venden y luego vuelven a invertir en otras empresas. Eso aquí no ocurre», constata el responsable del BIC, que diagnostica que la capital ha logrado crear un gran ecosistema tecnológico, donde hay «creatividad, talento, ganas e ilusión» pero donde falta, en definitiva, el dinero de los inversores.

El responsable de la firma Libera Networks, José Miguel Ruiz Padilla (que ahora ha ligado su futuro al de Ingenia), reconoce que Málaga «ha avanzado muchísimo» y que a veces «sólo nos fijamos en lo malo», aunque reconoce que hay muchos aspectos «mejorables» a la hora de ayudar a las empresas de base tecnológica.

«Los emprendedores de Málaga tienen un ecosistema muy interesante. Yo mismo soy un ejemplo y un usuario de esa experiencia. Pero el tema del tamaño me preocupa. Una vez que la empresa ha arrancado, ¿qué viene después? Tras tres o cuatro años de andadura, las empresas encuentran un vacío de mercado y de inversiones que resulta muy difícil de superar. El mercado español está además en un momento muy complicado que obliga a actuar de forma global, a vender fuera y a competir. Ojalá todos los que empiezan lo tengan así de claro», explica. A su juicio, en España e incluso en Europa se peca todavía de una mentalidad «algo localista», algo que no ocurre en el californiano Silicon Valley, donde las compañías trabajan de forma más global y logran desarrollos más rápidos gracias al capital privado.

El veleño Bernardo Quintero, el fundador de Virus Total (empresa vendida el pasado año a Google), admite que se han hecho muchas cosas bien pero alerta de que falta coordinación entre instituciones como el PTA e iniciativas como el Málaga Valley. Quintero, que prefiere asumir en este foro el papel de «abogado del diablo», advierte de que hay que relativizar el peso de Málaga como referente en el mundo tecnológico.

«Tengo mucho cariño a Málaga y a instituciones como el PTA, el BIC y el Ayuntamiento, que me han apoyado mucho. Pero debo decir que gigantes del Silicon Valley como Microsoft, Apple, Cisco o Symantec ya están en Europa. Y se han ido a Dublín porque allí tienen un 12,5% de impuesto de sociedades. Da igual que Dublín sea una ciudad fría y lluviosa y en Málaga tengamos el sol y el pescaíto frito. Las decisiones para implantarse en un lugar o en otro se toman a otro nivel, pensando en dónde hay más beneficios fiscales. No es un problema sólo de Málaga sino de España pero sin duda es un hándicap para competir con otras ciudades europeas», comenta.

Respecto al Club Málaga Valley, Quintero comenta que en las reuniones echa de menos más representación de la Universidad y más gente joven que, en definitiva, representan el sustrato más innovador de la sociedad. «Me gusta que en estos foros haya menos chaquetas y más camisetas», dice.

Precisamente en representación de la Universidad de Málaga habla Víctor Muñoz, el responsable del campus Andalucía Tech, que resalta primero el enorme salto que ha dado la ciudad de la mano, entre otros actores, de la UMA y del PTA. La Universidad, por ejemplo, factura ya 12 millones de euros al año en el ámbito de sus relaciones con el mundo de la empresa. Muñoz afirma que la clave de Málaga para competir con otros polos tecnológicos debe ser la especialización en el ámbito de la smart city, donde la ciudad cuenta ya con mucho prestigio.

«Este segmento puede dar pie a la creación de muchas empresas y la Universidad le puede ayudar en el tema de la investigación. En Málaga es difícil crear multinacionales pero sí somos muy buenos en la guerra de guerrillas y con las spin off podemos hacer esto: empresas que generan pequeños productos de gran valor», apunta.

Por último, Santiago Lucas, consejero delegado de Top Digital, asegura que Málaga capital tiene una posición estratégica «ideal» gracias a su salto tecnológico y turístico. No obstante, ese potencial debe ser mejor aprovechado uniendo de forma más eficaz los esfuerzos de todas las instituciones.

«Debemos rentabilizar mejor nuestros casos de éxito y el concepto de smart city. Por ejemplo, el Ayuntamiento ya ofrece en open data un total de 66 servicios. Eso es un diamante en bruto que hay que trasladar a los ciudadanos. En el tema de los autobuses urbanos se podría desarrollar una app que te dijera a qué hora debes salir de tu casa para coger el primer autobús que pasa», opina.

Lucas también aboga por llegar a acuerdos que sivan para aprovechar la calidad de los ingenieros que salen de la Universidad de Málaga, acudiendo a proyectos europeos de investigación que permitan tomar la delantera al resto de ciudades. El responsable de Top Digital, que postula un modelo de investigación y clonación de casos de éxito, relata que su empresa cuenta con una aceleradora donde se manejan 97 proyectos de start up (compañías incipientes). para su posible desarrollo. El problema, como se tratará más adelante en el debate, es la dificultad de encontrar inversores privados con los que compartir el alto riesgo que supone apoyar a una nueva empresa tecnológica.

¿Podemos ser como el Silicon Valley?

¿Es excesivo hablar de Málaga como aspirante a representar lo que significa Silicon Valley a nivel norteamericano y mundial? Francisco De la Torre reconoce que Europa tiene espacios «muy bien posicionados» pero asegura que Málaga, sin tener la «solera» tecnológica de Alemania, Holanda o Reino Unido, ha logrado en pocos años una reconocida posición, como muestra el hecho de haber sido repetidamente galardonada por su desarrollo de smart city.

«Todo esto crea una sinergia importante. Es muy fácil para nosotros competir en turismo: tenemos el clima, el sol, el golf y ahora la cultura y los congresos... ganamos por goleada. Pero debemos aplicar también esto a la tecnología y al talento. Por eso hemos desarrollado esa estrategia», dice. El regidor afirma que hay muchas empresas que «compiten por instalarse en Málaga», algo que a veces no valoramos. «No sé si nos convertiremos en el primer punto tecnológico de Europa, pero igual podemos tener muchas empresas que facturen millones. La idea de trabajar para un mercado global está cada vez más ahí», añade.

Bernardo Quintero recuerda que Silicon Valley cuenta con la Universidad de Stanford, que siempre está entre las tres primeras del mundo mientras que en Málaga, sin embargo, «estamos muy contentos» porque la UMA ha entrado en el top 500.

«Es un desfase para Málaga, que tiene ahí mucha competencia. En Cambridge está el Silicon Fen, con muchas start up punteras en biotecnología. Y la Universidad de Dublín es la 113 en tecnología, también muy por encima de Málaga», constata.

Felipe Romera comenta que el modelo de emprendedores de Málaga es el mismo de Silicon Valley aunque la ciudad malagueña, obviamente, «no es San Francisco, ni San José ni Palo Alto». Los entornos administrativos son distintos pero Romera se muestra convencido de que a un emprendedor malagueño le resulta más fácil salir adelante y buscar capital en Málaga que en California «porque allí hay mucha más competencia». El director del PTA dice que el ecosistema de emprendedores en Málaga es «bastante digno y sin duda el mejor de España» pero admite que faltan más empresas de rápido crecimiento, ésas que permiten facturar más de 10 millones al año y emplear a 200 personas. «Para eso hace falta también un concepto más internacional, empresas globales que sepan atraer el talento, como hacen las multinacionales».

Por su parte, Álvaro Simón de Blas coincide en que Málaga y el emprendedor malagueño deben ser conscientes de que «compiten con el mundo» y recuerda que el apellido «Valley» es una etiqueta que muchos también se cuelgan. «En la ciudad china de Wuxi, a 100 kilómetros de Pekín, ya hablan del Silicon Valley oriental. Y en Europa tenemos muchos competidores. Nos fijamos en el buen ecosistema emprendedor pero falta soporte financiero. Ojalá hubiera más inversores nacionales e internacionales como tuvo Virus Total con Google», afirma.

La necesidad de hallar inversores para que Málaga pueda jugar en las mismas condiciones que el Silicon Valley también es resaltada por Santiago Lucas, que apuesta por aprovechar al atractivo de la capital (ese «sabor a Málaga») y organizar foros para captar capital privado. «Veo infinidad de oportunidades, pero tenemos que centrar proyectos y coordinarnos. Empresas como Huaewi tienen 70.000 ingenieros y Samsung gasta 10.000 millones de euros al año en I+D. Nosotros tenemos que mejorar nuestra posición de salida», dice.

El tema de las comparaciones con Silicon Valley le resulta «muy manido» a José Miguel Ruiz Padilla, que cree que Málaga debe «aprovechar sus propias potencialidades y valores», por ejemplo imbricando la tecnología y el turismo, como se hizo en la última reunión del Málaga Valley. «Somos una potencia turística. Hay que sacar partido de eso y aunarlo con el mundo de las TIC para ponerlo en valor ante todo el mundo», aduce.

Víctor Muñoz coincide con el resto de ponentes aunque introduce cierto factor cultural y religioso que explica las diferencias con Silicon Valley. «Allí prima más una cultura del éxito personal ligado a la religión protestante. Un modelo tan agresivo no funciona igual en una cultura católica». En ese punto, De la Torre recuerda que en Europa, «la católica Baviera es más pujante que la Prusia protestante».

LOS PROTAGONISTAS

Francisco de la TorreAlcalde de Málaga

«Es muy fácil para Málaga competir en turismo: tenemos el clima, el sol, el golf y ahora la cultura y los congresos... Pero debemos aplicar también esto a la tecnología y al talento. Por eso desarrollamos esta estrategia. Hemos creado una marca muy consensuada con todas las instituciones».

«No sé si nos convertiremos en el primer punto tecnológico de Europa porque hay lugares con mucha solera, pero sí creo que podemos tener muchas empresas que facturen millones de euros».

Felipe Romera

Director general del PTA

«Málaga no es San Francisco pero tenemos un entorno emprendedor muy digno y, sin duda, el mejor de España. Nos faltan empresas de rápido crecimiento, de esas que facturan más de 10 millones de euros y ayudan a cambiar un modelo económico».

«Atraer inversión a la tecnología es complicado porque son proyectos de alto riesgo. Es una inversión especial y en España en verdad hay muy poca. Si el PTA hubiera tenido el dinero privado que maneja Silicon Valley tendría ahora el doble de su tamaño».

Director de BIC EuronovaÁlvaro Simón de Blas

«Málaga no es Silicon Valley porque allí hay muchas personas que crean empresas, las venden y luego vuelven a invertir en otras empresas. Eso aquí no ocurre. Nos falta el soporte financiero para cerrar ese círculo virtuoso. Tampoco la Ley de Emprendedores ha establecido suficientes incentivos fiscales para la inversión».

«En la ciudad china de Wuxi, a 100 kilómetros de Pekín, ya hablan del Silicon Valley oriental. Y en Europa tenemos muchos competidores».

Santiago LucasTop Digital

«Tendríamos que organizar foros de inversores en Málaga para salir de la teoría y llegar a la práctica. Coincido en que ahora mismo no hay recursos para invertir en proyectos tecnológicos importantes. Yo sólo no me tiro a la piscina; si tuviera diez socios, igual lo haría».

«Debemos rentabilizar mejor nuestros casos de éxito y el concepto de smart city. Eso es un diamante en bruto que hay que trasladar a los ciudadanos».

Bernardo QuinteroGoogle

«Las grandes empresas del Silicon Valley tienen presencia en Europa pero se han ido a Dublín porque allí tienen un 12,5% de Impuesto de Sociedades. Da igual que sea una ciudad fría y lluviosa y que en Málaga tengamos el sol y el pescaíto frito. Allí hay más beneficios fiscales».

«Necesitamos inversores privados que ya hayan tenido éxito con sus empresas y tengan una plusvalía para invertir. Si te juegas tu dinero es porque ya has tenido esa experiencia».

José Miguel R. PadillaIngenia

«El ecosistema emprendedor de Málaga es muy interesante. Pero tras tres o cuatro años de andadura, las empresas encuentran un vacío de mercado y de inversiones que resulta muy difícil de superar».

«No hay problema para encontrar un primer capital semilla, ya sea público o privado. Pero buscar cantidades mayores, a partir de un millón de euros, es algo muy complicado en España».

Víctor MuñozUniversidad de Málaga

«En Málaga es difícil crear multinacionales pero sí somos muy buenos en la guerra de guerrillas. Con las spin-off podemos hacer esto: crear empresas que generan pequeños productos de gran valor».

«Cuando pedimos proyectos de investigación a Europa priman los criterios académicos. Quizá sería más necesario conectar los proyectos de innovación a líneas de negocio para hacerlos más viables».