Al hablar de cáncer en Málaga es inevitable pensar en Emilio Alba. Este prestigioso médico e investigador pilota desde hace semanas toda la oncología de la capital, donde profesionales y pacientes le han hecho imprescindible. Su humanidad en el trato con los enfermos y su buen hacer como médico le han valido ser uno de los oncólogos más destacables del país.

Cada año en Málaga se diagnostican 7.000 nuevos casos de cáncer. ¿Estamos en la media?

Sí, no tenemos ninguna razón para pensar que no sea así. Por debajo que yo sepa no hay y por encima hace años hubo un informe muy controvertido de una universidad catalana y se arguyó mucho contra él desde la Consejería de Salud. Decía que Cádiz, Huelva y Sevilla eran tres de los sitios con más incidencia de cáncer, pero que yo sepa no hay ninguna prueba incontrovertible de que esto sea así. Tenemos, de hecho, en muchos tumores como el de mama, una incidencia menor que la europea.

Cada día en Málaga se detectan cientos de casos. Quizás sea el caso de algún lector de esta entrevista. ¿Qué expectativas puede tener?

Hay que mezclar dos cosas. No se puede vivir sin esperanza, en la vida en general, quien no tiene, no vive. Hay que conjuntarla con un respeto a la verdad que toda persona y familia se merece, hay que dar una información soportable pero que sea realista. Si uno no da una información realista hablamos de expectativas no cumplidas y esto si que es terrible. Hay que dar esperanza pero realista.

Hablando de información, ¿es negativo que una persona busque en internet un diagnóstico antes de hablar con su médico?

Internet no es negativo. De hecho, si hubiera que preferir, prefiero que haya porque democratiza la información. El problema es que en internet hay de todo, es como un gran caldero con piezas de carne maravillosas y piltrafa, sin juicio previo no sabes qué escoger. Ayuda cuando sabes dónde buscar, hay web de sociedades científicas, de agrupaciones de pacientes o de instituciones sanitarias que ayudan mucho. Y luego, por otra parte, hay comentarios o testimonios que ayudan menos. O son testimonios muy positivos de evoluciones anormales en las que todo va sobre la seda o muy negativos, lo que agobia bastante. Internet me parece bien, pero antes de empezar a mirar hay que asesorarse por un profesional.

Muchas veces las comunidades autónomas tienen distintos servicios de salud en sus carteras. En Andalucía no se hace el cribado de colon. ¿Llegará?

Debe llegar. El cribado de colon es la prueba de screening más efectiva, infinitamente más que la mamografía, porque hace el diagnóstico y el tratamiento en el mismo acto. Si los mayores de 50 años se hicieran un cribado de colon la mortalidad por este cáncer disminuiría un 80-90%. ¿Por qué no se hace? Por criterios económicos y logísticos, no es lo mismo hacer una mamografía que un cribado de colon, es más costoso y requiere de más tiempo. Ahora bien, como profesionales debemos defenderlo, me consta que Salud lo ve tal y como yo lo digo y que está intentando ponerlo en marcha, pero ahora hay unas restricciones presupuestarias que lo hacen más difícil.

¿Y el test genómico? Ayuda a la calidad de vida de los enfermos y tampoco está en cartera.

Tiene muchísimo menos impacto. Si tuviera que elegir entre el test genómico y la colonoscopia no lo dudaría ni cinco segundos, haría la colonoscopia a todo el que habría que hacérsela. El test está bien porque evita quimioterapia a mujeres que no la necesitan, no aumenta la supervivencia pero mejora la calidad en el sentido de que algunas mujeres que no necesitan la quimioterapia te las identifica más certeramente que muchas de las pruebas que se hacen. Sé que lo va a poner en práctica y vamos a ver que pasa.

¿Antes que el cribado de colon?

Creo que sí, que se pondrá en marcha ya. Aunque el coste pueda ser parecido, como la logística es mucho más fácil una cosa se implementa antes que otra. Es un análisis de un test, es caro pero fácil de hacer, una colonoscopia a lo mejor vale lo mismo pero es más complicada de hacer, hay que organizar mucho más personal.

En más de una ocasión se ha referido al cáncer como una epidemia a cámara lenta. ¿En qué han cambiado las cosas en esta enfermedad desde que es oncólogo? Para bien y para mal.

Ha habido más para bien, yo creo que los pacientes ahora se curan más y que los que no se curan viven más y mejor, esto es lo más importante. En cuanto a lo malo hay tres aspectos. Hay algunos tumores que no han cambiado la supervivencia. También creo que hemos transitado por la vía del ensañamiento terapéutico, a medias entre profesionales, pacientes y familias. Es decir, hay más armas y se usan de manera más frecuente, y es que hoy día la muerte se acepta muy poco. La gente se resiste a que no haya un tratamiento disponible y a veces hacemos más de los que debemos. Y el tercer aspecto negativo son los hábitos, que cambian muy lentamente. A pesar de que desde los años 60-70 se sabe que fumar está relacionado con el cáncer de pulmón, no bajó la incidencia hasta que se hizo un decreto que lo prohibía. Habla muy mal de la naturaleza humana que funcionemos a base de prohibiciones. Me llama la atención en verano que las playas estén llenas de niños, eso es una bomba de relojería. El melanoma es el tumor que aumenta más rápidamente y eso tiene que ver con el patrón de exposición al sol. En Andalucía la gente se ha expuesto al sol siempre, como los campesinos y pescadores, pero esa gente tiene el carcinoma escamoso y el basocelular de la piel. En el mundo moderno la gente no toma el sol todo el año, sino que en los meses de verano se pegan viajes de sol. Y ahí es donde se nota: del carcinoma escamoso y del basocelular no se muere nadie, del melanoma sí, es un tumor muy maligno, depende de la exposición. Si esto se lo hacemos a un niño es letal. Como poner una máquina de bollería industrial en el colegio, es como poner una de tabaco, que a nadie se le ocurriría.

Colabora con una asociación que busca fondos para un secuenciador de tumores. ¿En qué medida ayudaría al diagnóstico? ¿Y en la supervivencia de los pacientes?

Eso no lo sabemos. Parte del tema está, pero no hoy. Es investigación pura y dura, que tenga impacto no podemos decirlo, pero la mayoría de los avances vienen del campo de la genómica. Queremos estar preparados, secuenciar la mayoría de tumores y que cuando ocurra lo que ocurrirá no seamos los últimos de la fila. Las expectativas son de ayudar al diagnóstico.

La detección precoz es una de las principales armas contra esta enfermedad.

La prevención primaria y secundaria es lo mejor. El cáncer esencialmente es una enfermedad prevenible en muchos casos, aunque algunos no. Si la gente no fuma, se mantiene en el peso corporal, tiene cierto cuidado con las enfermedades de transmisión vírica y se toman medidas como vacunación, las mamografías, las colonoscopias... Todo esto es más importante que el secuenciador de tumores. Lo primero es que no ocurra, lo segundo es recurrir a la tecnología.

El cáncer de mama es uno de los tumores más prevalentes pero también uno de los que tiene mejores tasas de supervivencia. ¿Qué diferencia guarda con otros?

Este tipo de tumores depende mucho de las hormonas, conserva cierto anclaje y parecido con las células normales de forma que se comportan de manera menos agresiva, no son tran virulentas y hay más mecanismos para modificarlas. Hay muchos tratamientos hormonales que pueden modificar la historia natural, en contraposición a otros como el de pulmón, que es un tumor por una intoxicación severa del tubo respiratorio, es como si alguien todos los días se cepillara con alquitrán de las carreteras la traquea y los bronquios.

¿Podría equilibrarse al de próstata en hombres? Por incidencia y supervivencia.

Más o menos, quizás un pelín menos de supervivencia pero globalmente es muy parecido, ocurre mucho que en personas mayores no se sabe si se mueren de cáncer de próstata o con el cáncer de próstata. El día que el cáncer se resuelva la siguiente frontera serán el cerebro y la demencia, que es una manera de envejecer el cerebro. No sé que es peor.

¿Qué técnicas o tratamientos están en estudio y en cuáles tiene usted especial esperanza?

Ahora mismo hay muchos ensayos clínicos, prácticamente nadie entiende el tratamiento del cáncer sin un programa de investigación clínica. En una enfermedad en la que se muere la mitad de las personas diagnosticadas, si no hubiera investigación no estaría bien. La esperanza está en la inmunoterapia, manejar el sistema inmune para atacar a las células tumorales y en la personalización de los tratamientos.

La mitad de los tumores son de causa ambiental.¿Hay algún modo de evitar que esto nos afecte?

Sí, claro. Lo primero es no fumar, si la gente no fumara un 30% de los tumores dejarían existir de la noche a la mañana. Después está el sobrepeso, es la segunda causa en el mundo occidental después del tabaco, también la exposición solar y las enfermedades infecciosas. Si consiguiéramos quitar eso disminuiría muchísimo la frecuencia.

La palabra cáncer asusta, pero metástasis aterra. ¿Qué pronóstico y expectativas tiene alguien con metástasis?

Hoy día, excepto en algunos tumores como el linfoma, los germinales del testículo o los sarcomas en los adolescentes tener metástasis significa que estamos ante una enfermedad crónica en la que la curación no es posible con los métodos que se conocen hoy día. Eso no significa que vaya a morir en breve plazo, puede tener larga supervivencia. Y depende de los tumores, en el tumor de mama la probabilidad cuando se diagnostica de que tenga metástasis es rarísimo, un 4-5%. En el cáncer de pulmón al diagnóstico la mitad ya la tiene.

¿Qué opina sobre la frase hecha 'murió de una larga enfermedad' en lugar de decir cáncer? ¿Es una enfermedad tabú?

El lenguaje es el dueño de las cosas. Esa elipsis la sabe todo el mundo y siempre se imagina que la persona las ha pasado canutas. También se emplea tipo 'el paro es el cáncer de la sociedad'. No he visto aún a nadie decir ´el paro es la hipertensión de la sociedad´. Tenemos una idea tabú, con eso se consigue darle el día al que tiene un tumor.

«Los recortes han enlentecido la innovación y complicado la vida»

¿Qué es más difícil para un oncólogo: descubrir un tumor o a la decisión de comunicarlo al paciente y a su familia?

Cada cosa tiene su dificultad. Lo más difícil es la comunicación, con la imagen pasa como con los papeles, pero lo que angustia son las personas. Ves la ecografía de alguien que no vas a ver en tu vida y dices, pues vaya. Pero sí te angustia cuando tienes que decírselo a la mujer, al hijo, al padre...

¿Y personalmente?

Mal, para que voy a decir otra cosa. Eso que dicen de que te acostumbras es mentira. Va por rachas, pero la verdad es que la gente no comprende la tralla del día a día y de la historia, algunos no sé como aguantan, a nadie le gusta dar malas noticias. Y piensas: porque no seré hoy jardinero.

¿Qué opinión tiene de los recortes en sanidad?

Mal, me parecen mal. Gran parte de los profesionales del sistema están al 75%, siempre pido que la gente imagine que a partir de mañana te digan que debes trabajar cuatro días en vez de cinco y cobrar al 75. Esto es una cosa que hay que resolver, respecto a los recortes hay que hablar alto y claro, pero me refiero no al SAS, sino al país y a todo. Es uno de los elementos de cohesión del sistema, si no garantizamos a la gente cuando se pone mala unos cuidados razonables y con equidad, mal. La sanidad, y más aún la educación, debieran ser preservadas por encima de todas las cosas. El estado del bienestar debería centrarse en las pensiones, la sanidad y la educación.

¿Matan los recortes en oncología?

No, siempre digo lo mismo, eso es alarmante. Sí han complicado la vida a los profesionales . Decir que se ha traducido en un aumento en la mortalidad es fuerte, no hay pruebas. Que han enlentecido la innovación y complicado la vida sí, que duda cabe.

Lleva dos meses pilotando la Unidad de Gestión Clínica Intercentros de Oncología. ¿A qué retos se enfrenta?

Tengo que decir que esto es complejo, vivimos en una provincia con casi 2 millones de personas, con muchos pacientes y profesionales. El cáncer es una enfermedad interdisciplinar. Lo primero que estamos haciendo es normalizar los protocolos de diagnóstico y tratamiento, que a una paciente con cáncer de mama, por ejemplo, le hagamos siempre lo mismo. Luego queremos centralizar en el mismo sitio los tumores infrecuentes y queremos implementar la investigación, estamos trabajando mucho con el IBIMA, al tener un gran número de pacientes y profesionales tener un nivel de entrenamiento alto hace que la investigación clínica y traslacional se pueda mejorar.

¿Un reto apasionante?

Yo soy de retos, si no tengo retos me aburro. Ahora bien, ahora estoy en la fase de turbulencias, estoy en el despegue y es un reto estimulante que causa insomnio.

¿Y cómo puede con todo?

Trabajando muchas horas, durmiendo poco, organizándome bien el tiempo y algo muy importante: esto no lo hace Emilio Alba solo. Somos un equipo, yo soy una cabeza o una cara pero no podría hacerlo sin los demás. Somos 300 profesionales y cada año tenemos 4.500 nuevos pacientes.

*Emilio Alba es director de la Unidad de Gestión Clínica Intercentros de Oncología