Hay sucesos en la vida que te cambian para siempre. Cristian Muñoz Amores, de 21 años, conoce a la perfección el hecho de empezar de cero. El verano del 2009 hizo que su vida diera un vuelco de 180 grados. Debido a una enfermedad llamada meningoencefalitis perdió la visión, la movilidad de las extremidades izquierdas y la capacidad del habla. Tras dos meses de rehabilitación y cinco de logopedia, Cristian emprendió un nuevo viaje de adaptación en un mundo que era nuevo para él.

Siete años después, se ha graduado tras realizar el bachillerato en el IES Universidad Laboral de Málaga, cursar el Ciclo Formativo de Administración y Finanzas y terminar unas prácticas en la ONCE. Una historia de superación que mucho tiene que ver con la positividad que este joven desprende. «Podría llevar 7 años muertos en el peor de los casos», afirma mientras expresa que ha aprendido a valorar mucho más todo lo que le rodea. Una nueva forma de ver la vida que le anima a él, y a todos los que le acompañan, a seguir avanzando.

Actualmente, alrededor de 270 alumnos de los centros educativos de la provincia de Málaga son ciegos o deficientes visuales graves. Paco Rodríguez y José Pablo Sánchez, profesores de apoyo de Cristian en el Bachillerato y en el Ciclo Formativo respectivamente, aclaran que cada vez que un deficiente visual acude a un centro por primera vez debe haber una preparación a fondo: los libros deben ser pasados a Braille, hay una puesta a punto del material especializado; una presentación del profesorado antes de empezar el curso y, por supuesto, el alumno acude al centro previamente a aprenderse los recorridos. En conjunto, son 16 profesionales los que se encargan de dar apoyo a este colectivo en la provincia de Málaga, 12 pertenecientes a la Junta de Andalucía y 4 de la ONCE.

«Cuando llega un ciego a un centro siempre está el pánico de no saber qué hacer con él y, además, se produce una reciprocidad de ese miedo, es decir, el profesorado tiene miedo y ese miedo se transmite al alumno», aclara Paco Rodriguez. Por ello, antes de la llegada del nuevo estudiante, se realizan cursos de formación para los educadores, con el objetivo de intentar evitar esta situación. Pablo Sánchez añade: «Intentamos que la mayoría de los profesores estén formados y, lo más importante, concienciados».

Uno de estos profesores se llama Amed Sala e imparte la asignatura de Contabilidad en el Ciclo Formativo que Cristian ha estudiado. Era la primera vez que Amed tenía entre sus alumnos a un joven con estas características. Por ello, se lo tomó como un reto personal. «Siempre me preguntaba si estaría a la altura», reconoce y, seguidamente, puntualiza que Cristian ha sido un incentivo para el aula:«Cuando sus compañeros lo veían sacando tan buenas notas, les hacía reflexionar y pensar que si él podía, con sus dificultades, ellos también». Profesor y alumno demuestran una gran complicidad. «Yo he sentido una conexión especial con él. Si el profesor está predispuesto a aprender, este tipo de alumnos sacan lo mejor de ti», añade.

Amed no es el único que tiene palabras dulces para su alumno. Cristian también admite: «Nunca he tenido un profesor igual a Amed. Él es uno de los excepcionales».

Después de haber terminado su periodo de prácticas en la ONCE y de entregar los últimos trabajos, por fin se ha graduado. Este joven lleno de vida se declara satisfecho: «Estoy orgulloso de poder demostrar que se puede», afirma. Y añade: «La discapacidad no es un impedimento para poder estudiar, con ganas e interés todo se consigue».

Son muchos los sueños que tiene en mente, pero el que más le gustaría cumplir es trabajar para Apple. Declara que Steve Jobs es uno de sus ídolos «Tenía una visión diferente del mundo, como yo la tengo ahora». Por ello, nada le haría más feliz que ser parte de su empresa y ayudar a personas en su situación en el manejo de los dispositivos que Apple ofrece.

Cristian es un joven que no se rinde ante las adversidades que le ha impuesto la vida, una lucha constante que defiende con una de sus frases preferidas: «No llames imposible a algo que ni siquiera has intentado».