Los centros históricos de las grandes ciudades españolas se están trasformando de manera acelerada y con escaso control. El de Málaga también. El viejo modelo de comercios tradicionales, viviendas antiguas y un equilibrio sostenible entre vecinos, comerciantes y hosteleros, está dando paso a otro que está sobreviniendo casi sin control donde se aprecia un uso cada vez más preponderante de los negocios de hostelería, un cambio de la vivienda tradicional por apartamentos turísticos, un abandono del comercio histórico por las franquicias, y todo ello lleva aparejado un fuerte aumento de los precios de alquiler y una pérdida de la población residente, abrumada por estos cambios y la falta de equipamientos y de espacios públicos.

Los partidos, unos con más interés que otros, se han lanzado a defender distintos modelos para el Centro Histórico de Málaga. El ejemplo lo veremos en el pleno de hoy viernes donde confrontarán dos modelos distintos, no totalmente opuestos, pero sí con visiones diferentes de cómo regular la batalla de esta zona privilegiada.

De un lado, Ciudadanos, con su marca de centro derecha, tratando de dar soluciones centradas especialmente en la defensa de la actividad comercial y turística que el Centro representa; de otra, la visión apegada a la izquierda con mociones de IU Málaga para la Gente y Málaga Ahora, que defienden modelos que supongan un mayor control de la actividad comercial y hostelera, para evitar un uso abusivo, a la vez que acciones que favorezcan el mantenimiento de los vecinos.

En defensa de su moción, el portavoz de IU Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, criticaba la «sobreoferta hostelera y de locales de ocio» que están provocando «la expulsión de los residentes del centro». Zorrilla rechaza la política del Ayuntamiento y del PP, que lejos de intentar «poner en marcha instrumentos reguladores lo que hace es favorecer que el proceso se intensifique». Zorrilla es crítico con este modelo que «vendría a consagrar un turismo ‘low cost’ y a esto Málaga no puede aspirar», abogando por un turismo de calidad.

Una voz única

IU defiende un mayor apoyo a los vecinos con medidas para impedir su expulsión; apuesta por poner en marcha de manera inmediata las medidas de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) y la previsión del plan especial del Centro, paralizada desde 2014. Defiende además medidas urgentes para evitar la masificación de algunas zonas por la sobreoferta hotelera y también para el control de los apartamentos turísticos.

En una línea semejante, Ysabel Torralbo, de Málaga Ahora, defiende una propuesta que contenga medidas específicas que compatibilicen los intereses en colisión: la actividad económica y el descanso de los vecinos, y especialmente apuesta por establecer unas limitaciones horarias para los negocios de hostelería con la suficiente entidad para que puedan reducir los niveles de contaminación acústica en las zonas que se declaren saturadas.

Para ello considera necesario que el equipo de gobierno presente al pleno de marzo la declaración de determinadas zonas del centro y Teatinos como Zonas Acústicamente Saturadas, tras las reuniones con vecinos y empresarios. Su apuesta por el Centro es clara: «Defendemos el derecho a la vivienda y el carácter residencial del Centro».

Frente a ellos, la moción de Ciudadanos reivindica que el Ayuntamiento tenga una voz única para abordar el problema del ruido en el Centro y Teatinos y solicita la creación de una mesa de trabajo con todos los actores implicados que analice la realidad de cada zona. De manera concreta reclaman que el Centro deje de catalogarse como zona residencial; aboga por intensificar las inspecciones a la hostelería para castigar a los empresarios que no cumplen y proponen un plan policial nocturno que garantice la convivencia.

Según los informes que maneja Ciudadanos, en la actualidad unos 1.600 vecinos están afectados por el ruido en el Centro, donde, hay un 29% de usos residenciales y un 65,4% de usos turísticos, comerciales, hosteleros, un dato que hay que tener en cuenta.

En la discusión tendrá mucho que decir el PP, que anteriormente propuso declarar el Centro como zona acústicamente saturada y limitar el horario de los negocios hosteleros, aunque está buscando apoyos suficientes.

Con la boca pequeña se pronunciará el PSOE, pues aún no se ha posicionado abiertamente sobre este conflicto. El PSOE culpa al PP de la situación y aboga por un equilibrio que permita la convivencia vecinal y la de hostelería.