La tendencia al alza de la población de la provincia toca a su fin. En el primer semestre de 2018, Málaga ha perdido habitantes con respecto al último semestre de 2017 y en el interanual sólo crece un 0,25%, según reflejan las cifras hechas públicas esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y la causa de estos números rojos está en la salida de ciudadanos europeos, especialmente los británicos, la población foránea más numerosa en tierras malagueñas.

No es un dato nuevo que los residentes del Reino Unido estén dejando de formar parte del padrón de la provincia. Es una tendencia que se viene registrando desde hace unos años. Muchos regresaron a sus hogares en los tiempos de la crisis, otros optaron por no empadronarse para no constar como residentes, pero la cercanía de la aplicación del brexit ha acentuado aún más esta caída. Así, según los datos de migraciones exteriores del INE, en el primer semestre de 2018 han sido más de 14.500 los residentes en la provincia que han salido con destino al extranjero. De estos, 9.286 son de países de la UE y 3.998 del Reino Unido, que en estos últimos meses no deja de ser noticia por las posibles consecuencias que puede traer su salida de la Unión Europea. Estas cifras, en global, son un poco más altas que las registradas un año antes, y tras los británicos han sido los ciudadanos rumanos y los italianos los que más han salido de la provincia, si bien sin llegar a números tan altos.

Este hecho ha provocado, además, que el saldo migratorio con el exterior de la provincia sea negativo, es decir, que salen más habitantes al extranjero de los que llegan procedentes de otros países. Así, de enero a junio han llegado a Málaga 12.093 ciudadanos, la mayoría procedentes de la Unión Europea (4.400) y Sudamérica (3.100). Entre ellos han estado también casi 700 españoles que han optado por volver a su tierra de origen. Y la buena noticia es que, pese a la salida masiva de británicos, hay otros 1.400 que han decidido instalarse en la provincia durante los seis primeros meses del año.

En el ámbito de migraciones interiores, es decir, la movilidad entre provincias, Málaga sí sale con saldo positivo. En estos primeros seis meses de 2018 han sido más de 6.800 los malagueños que han optado por trasladarse a otros puntos del país, mientras que otros 8.304 han llegado a Málaga. Las provincias de donde proceden la mayoría de estos nuevos habitantes son Madrid (con casi 1.200), Cádiz, Granada y Sevilla.

Las cifras de población del primer semestre del año dejan a la provincia con 1.649.656 habitantes, lo que supone 1.850 residentes menos que a principios de este ejercicio. Es la bajada más fuerte de población que registra Málaga en los últimos 16 años, ya que el crecimiento de empadronados, en mayor o menor medida, se ha mantenido sin cambios hasta ahora, si bien esa subida se había suavizado desde que llegó la crisis económica.