En 2016 nacieron en la provincia de Málaga, exactamente, 4.036 niños menos que en 2008, cuando se reconoció la existencia de la crisis que ha dejado temblando las macro y microeconomías hasta antes de ayer y que todavía no se ha terminado de recomponer para la mayoría de los bolsillos. La caída en picado de la natalidad es un síntoma evidente de que las cosas no iban bien. Aún hoy siguen naciendo menos niños, en una progresión preocupante que se está dejando notar en la escolarización, ya que, de unos cursos a esta parte, se ha producido una importante bajada de las solicitudes para acceder a la escuela. Los concertados llevan años inmersos en una carrera por atraer a las familias para que se decidan por sus centros para echar la matrícula de sus hijos.

La competencia es grande. Los colegios despliegan todos sus recursos de comunicación y marketing para dar a conocer su oferta y proyectos educativos. Durante estos días celebran jornadas de puertas abiertas, una costumbre que viene extendiéndose desde hace un lustro, coincidiendo con este descenso de la natalidad pero también con la inversión del flujo migratorio. Es decir, las dificultades económicas obligaron, del mismo modo, a que muchos extranjeros regresaran a sus países de origen.

Los criterios de escolarización no han cambiado en los últimos años y el factor determinante, junto con la presencia de hermanos en el centro, es la cercanía del domicilio familiar. Esto ya impone unas limitaciones. Es decir, los colegios situados en zonas de expansión, donde residen matrimonios jóvenes con hijos, cubren antes su demanda que los que están en barrios más históricos.

¿Qué buscan los padres en un colegio? ¿Qué determina la que quizás y para la mayoría es la decisión más importante tomada hasta ahora en relación con sus hijos? Jesús Martín, coordinador de Gestión y Marketing y profesor del colegio Maristas de Málaga, sostiene que es la confianza. No sólo valen los resultados académicos, también los valores que el centro sea capaz de transmitir a sus alumnos durante el proceso de su formación integral como individuos. Maristas lleva unos siete años celebrando estas jornadas de puertas abiertas. Los Olivos celebró ayer la suya por sexto año.

Mariví Berlanga es la directora de este colegio de los agustinos que conmemora este curso su 50 aniversario. Aquí aún la demanda supera a la oferta, pero ya no reciben tantas solicitudes como antes. «Tenemos que ofrecer un valor añadido, una carta de servicios, y dar a conocer el centro como tal, nuestras instalaciones y nuestro proyecto educativo», señala. «Estamos seguros de nuestro sello distintivo y nuestro carácter diferenciador», asegura.

Los colegios concertados sobreviven de los conciertos educativos con la Junta, es decir, prestan un servicio a cambio de una subvención por cada alumno. Defienden, además, que una plaza en la concertada cuesta la mitad que una en la pública. Si atraen a un alumno en Infantil, prácticamente se garantizan una plaza durante los 13 años siguientes, hasta que éste se gradúe en la ESO. Porque Bachillerato ya es de pago.

En esta etapa educativa también se centra buena parte de la política de comunicación de los centros. Para mantener a los alumnos que ya estaban o para atraer a nuevos. «Aquí nos preguntan sobre todo por el porcentaje de aprobados en Selectividad y por la nota de corte media», señala la directora de Los Olivos, que reconoce que todos los colegios compiten, incluidos los públicos, que también desarrollan ya jornada de puertas abiertas.

Según Berlanga, quien acude a una jornada de puertas abiertas tiene prácticamente decidido que finalmente elegirá ese colegio. «Y directamente suben a secretaría a por la hoja de preinscripción». Los Olivos recibe cada año en estas jornadas la visita de unas 140 personas interesadas por conocer el centro.

En la misma línea, Jesús Martín, del colegio Maristas, destaca que los padres llegan a las jornadas de puertas abiertas ya muy informados gracias a internet y las redes sociales. «Antes tenías que enseñarles todo tu proyecto educativo; ahora les transmitimos nuestros puntos fuertes y dudas concretas».

Martín puntualiza que las jornadas de puertas abiertas son sólo un elemento más en el plan de marketing y la nueva gestión que Maristas adoptó hace siete años, no sólo por la necesidad de mejorar la captación de alumnos, sino para «potenciar el proyecto educativo y comunicarlo mejor». «A partir de la bajada demográfica y la crisis, los colegios ven que necesitan empezar a introducir herramientas de empresa para mejorar; los colegios se han profesionalizado», explica. Por eso, sus acciones de marketing no se limitan a la época de la escolarización, sino «que ya son una filosofía».

No obstante, el coordinador de Gestión y Marketing de Maristas admite que las jornadas de puertas abiertas se han convertido en una «demanda social», sobre todo en la etapa de Infantil, aunque en este histórico colegio siempre hay más demanda que oferta. En Bachillerato, etapa ya privada que también dan a conocer a los padres en estas semanas, la situación es diferente porque la crisis sí se notó más con una bajada de las matrículas en los años más duros por lo que se hizo necesario potenciar la estrategia. En los últimos años, las matriculaciones han ido remontando y ya tienen lista de espera para algunas opciones.

Al margen de las jornadas de puertas abiertas, Maristas destaca por su plan de comunicación, sobre todo a través de las redes sociales y que incluso le valió el año pasado el reconocimiento en los Premios Nacionales de Marketing Educativo. «Trabajamos las redes sociales, la relación con los medios y las relaciones externas o institucionales», detalla Jesús Martín. «Las redes son una oportunidad porque es un sitio en el que están presentes tanto alumnos, como familias y entidades. Es una forma de dar visibilidad a todo lo que hacemos», añade.

Es un importante elemento más que les permite posicionarse en el panorama educativo malagueño como un colegio con mucho más que aulas, como dice su lema. Pero, recalca Martín, el marketing no puede quedarse en palabras. Los alumnos son los primeros que deben tener la percepción del colegio que se intenta transmitir.