Aquello de cumplir la mayoría de edad y sacarse el carné de conducir ha dejado de ser una práctica habitual entre los jóvenes. Obligados por los factores económicos y sociales o simplemente optando por otras alternativas, la realidad es que cada vez son menos los jóvenes que optan por ello. Los carné de conducir han descendido un 68 por ciento en la última década en Málaga. Si en 2007 se expidieron 35.625 autorizaciones de conducir del permiso b a nuevos conductores, en 2017 (último año del que la Dirección General de Tráfico tiene datos) fueron 11.397. Han sido muchos los factores que han ido repercutiendo. Entre ellos, la crisis económica, la natalidad, los cambios sociales o las preferencias de los jóvenes. Pero hay uno que para el presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Málaga (APAE), Antonio Martín, es la clave. Y es la huelga de examinadores.

Esta importante caída se ha dado en toda España, donde la bajada ha sido del 54 por ciento en los últimos 10 años. Además, a nivel nacional -por provincias no hay datos- en el tramo entre los 18 y los 20 años las licencias de conducir nuevas han caído hasta en un 60 por ciento. «La natalidad más baja desde hace bastantes años nos está empezando a afectar», dice Martín.

Además, «la crisis económica de la que estamos saliendo poco a poco parece haber afectado a las decisiones de obtener el carnet de conducir ya que la obtención del permiso y los gastos de adquisición y mantenimiento son elevados», explica la socióloga y profesora de la UMA, Ana María López Narbona. Y es que aunque Antonio Martín asegura que el precio ha bajado en los últimos 15 años, costando ahora unos 600 ó 700 euros de media en Málaga, reconoce que «los jóvenes antes tenían más opción de trabajar y los padres más opciones de pagarles a sus hijos el carné».

«He intentado sacarme el carné pero es más caro de lo que creía y como ya no estoy trabajando no puedo pagármelo», dice Elena Solís, una malagueña de 20 años que pensó en obtener el permiso b1 al cumplir los 18, pero en aquel momento su prioridad «fue independizarme, y las dos cosas no las podía hacer». Por su parte, Diego Cervera, estudiante de Comunicación Audiovisual, cree que «hoy en día tenemos a mano cantidad de alternativas de transporte como el autobús, cercanías, taxi, Uber, Cabify o los maravillosos grupos de Whatsapp que ponen en contacto a coches y pasajeros para compartir los gastos de gasolina para ir y volver de la facultad desde tu localidad». Estas opciones, asegura, «nos son mucho más rentables a los estudiantes que sacarte el carnet de conducir y mantener un coche propio».

Otro factor es el cambio en las preferencias. «Mi generación (denominada Generación X, nacidos entre 1969 y 1980) nada más cumplir la mayoría de edad obteníamos el carné, pues conducir significaba libertad. Para la Generación Z (entre 1994 y 2010) el concepto de libertad parece mediado más por la posesión de aparatos electrónicos como smartphones, consolas de videojuegos, módems, cámaras digitales y acceso a internet», detalla la socióloga. Además, señala que los jóvenes «prefieren invertir cantidades importantes en móviles, tabletas y todo tipo de gadgets para aparatos electrónicos».

En este línea, López Narbona resalta que «internet se encuentra en el centro de todas las relaciones interpersonales, ya sean familiares, de amistad o románticas. Y el tiempo de ocio en Internet es cada vez mayor. Este uso del tiempo podría ir en detrimento de las relaciones cara a cara y del tiempo invertido en salidas al campo o la montaña, por lo que el coche podría considerarse menos necesario que en el pasado». Así, insiste en que hay estudios que demuestran que los adolescentes están «menos interesados en la comunicación cara a cara con amigos que en la comunicación electrónica». A todo esto, se une también que «los jóvenes están en el punto de mira en la relación entre alcohol y conducción», lo cual puede ser un «desincentivo para ellos».

Huelga de examinadores

Pero, sin duda, para el presidente de APAE este hecho está marcado por que «en 2015 y 2017 hemos tenido la huelga más salvaje que ha habido en España». Y es que Málaga «es la provincia andaluza que más ha sufrido sus efectos devastadores». Así, «no solo es que quien se lo iba a sacar no pudo, sino que los que a continuación iban a sacárselo pensaron que para qué si no saben cuánto tiempo iban a tardar. Ha provocado un efecto disuasorio», asegura Martín. Además, afirma que se están sufriendo retrasos en los exámenes por «el atraso que llevábamos acumulado»; y que «de estar por encima de la media nacional de aprobados, ahora estamos por encima del 70 por ciento de suspensos». El motivo es que «no se atreven a dar clases porque no saben cuando van a ir a examen» y es que hasta hace poco, resalta, Tráfico avisaba de la fecha un par de días antes.

Por ello, Antonio Martín confía en que este año aumentará paulatinamente el porcentaje de personas que se saquen el carné. Uno de ellos será Jaime Valencia, un estudiante de Turismo al que le parece «muy lento» ir en autobús a la Universidad porque vive lejos. La comodidad, la independencia y la importancia a la hora de buscar trabajo son las claves por las que tanto Jaime como Diego y Elena tienen claro que es una asignatura pendiente.