Durante este 2019, el aeropuerto de Málaga ha aumentado un 35 por ciento el número de plazas ofertadas en vuelos que conectan con Oriente Medio, suponiendo más de 100.000 asientos. "Se trata de números pequeños si los comparamos con los totales. Son tendencias, pero las apuestas de las compañías son firmes y esperamos un crecimiento futuro ya que nos aportaría una gran conectividad con mercados lejanos y eso es fundamental", ha destacado este viernes, el nuevo director de la infraestructura malagueña, Pedro Bendala. Actualmente, cuenta con conexiones en Bahrain, Estambul, Doha, Kuwait y Tel Aviv. A estas se le suman las africanas Argel, Casablanca, Marraket y Tetuán.

Otra de las rutas que sigue consolidándose y que atisba la posibilidad de convertirse en permanente, es el vuelo directo que conecta Málaga y Nueva York. Este se reanudó el pasado mes de mayo para ofrecer durante todo el verano un avión Boeing 757-200 con 164 asientos y que de momento, continúa siendo la única conexión directa entre ambas ciudades y ante la cual, el aeropuerto de Málaga apuesta porque se convierta en una ruta permanente durante todo el año. "Nosotros confiamos en que finalmente sea así, pero no sabemos cuando ocurrirá. Las compañías no se deciden de un día para otro, sino que planifican con años de antelación sus rutas y por ello, tenemos que estar continuamente en contacto con ellas".

Compromiso sostenible

Respecto a los nuevo Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la ONU, la red Aena ha tomado la decisión estratégica de "comprometerse totalmente con estos diecisiete objetivos", entre los cuales hay algunos que inciden directamente en el funcionamiento de los aeropuertos y son los relacionados con la sostenibilidad ambienta. "Nosotros no dejamos de ser una infraestructura de transportes y debemos alcanzar el carácter innovador de hacer las cosas lo más eficientemente posible. Queremos desarrollo y crecimiento, pero ya nadie está dispuesto a hacerlo a cualquier precio. La sostenibilidad es una exigencia, el desarrollo que no es sostenible no es ni deseable ni nadie está dispuesto a aceptarlo y por supuesto, Aena tampoco".

Para la consecución de este objetivo "clave", Aena dentro de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, ha aceptado el compromiso de conseguir ser neutro en emisiones de carbono. Como ejemplo de este avance, hace unos meses la infraestructura aeroportuaria malagueña logró el segundo de los cuatro niveles que conforman el programa Airport Carbon Acreditation (ACA). El Nivel 2 conseguido gracias a la implantación de un Plan de Gestión del Carbono que incluye una batería de medidas, que les ha permitido minimizar su huella de carbono.

El tercer paso de esta escala, en el que ya están trabajando, se trata no sólo de reducir las emisiones propias, sino las de todas las empresas que desarrollan su actividad en estas instalaciones. "Nosotros somos el gestor, pero aquí trabajan casi trescientas empresas, por lo que tenemos que contagiar este espíritu a todos los colaboradores del aeropuerto", destaca Bendala. La consecución de este tercer nivel daría paso a un cuarto y último objetivo, ser neutros en carbono.

"Alcanzar la neutralidad en carbono es un desafío, pero tenemos nuestras herramientas. Estas consisten en trabajar bajo tres ejes principales: siendo más eficiente con nuestros consumos energéticos incorporando nuevas tecnologías al respecto, incorporando la filosofía de cómo explotar el aeropuertos en las diferentes operaciones, minimizándolas buscando el camino más eficiente y por último, abarcar el ámbito de la producción", explica. Para este último, Aena notificó el establecimiento de un nuevo plan fotovoltaico que permitirá que la mayor parte del consumo provenga de la producción mediante energías renovables propias.

Aeropuerto centenario en continuo crecimiento

Durante el primer semestre de este 2019, el aeropuerto de Málaga-Costa del Sol alcanzó un total de 9.213.246 pasajeros que se trasladaron en 68.175 vuelos, suponiendo un 6,4 por ciento más de viajeros y un 5,3% más de operaciones que en el mismo periodo del año anterior. El pasado año, estas cifras se alcanzaron al finalizar agosto. "Esto da una idea del crecimiento de las instalaciones y de la extensión de los picos de verano a los meses aledaños", destaca. Con el mes de julio recién terminado y aún sin datos consolidados de sus resultados el nuevo director asegura que los datos "serán muy buenos".

Los próximos meses estivales, el número de asientos han crecido un 7,1% y concretamente, el Reino Unido, uno de los públicos preferentes, la oferta ha sido de un 9% más respecto al pasado año. En esta temporada de verano que dura entorno a unas treinta semanas, la cifra global de asientos asciende a casi 16 millones, de los cuales cerca de 5 millones corresponde al Reino Unido.

Respecto a la incertidumbre generada por el brexit en toda la red europea, Bendala asegura que "se han preparado los procedimientos para cualquier escenario posible, ya que nuestra obligación es tener nuestras infraestructuras preparadas. Las cifras reflejan que el interés que sigue teniendo el viajero británico por Málaga, y por lo tanto, confiamos en que seguirá existiendo independientemente de sea cual sea el escenario". Según un informe de la Consejería de Turismo de la Junta, los pasajeros procedentes del Reino Unido supusieron en 2018 un tercio de las llegadas extranjeras a los aeropuertos andaluces, y el de Málaga acaparó la mayoría de ellas, el 84,3 por ciento del total.

El aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, que cumple el próximo septiembre su centenario en su ubicación original, está en "continua transformación", para lo que se llevarán a cabo obras de mejora por importe de 22 millones este año y 38 millones en 2020, entre las que figura el cambio de suelos o la mejora de la climatización en el muelle B.