Uno de los nuevos ejes políticos del alcalde, Francisco de la Torre, para este mandato es, según ha podido saber este periódico, tratar de que la mayor parte de los dueños de perros en la ciudad los inscriban en el Registro Municipal de Animales de Compañía, con el correspondiente chip identificativo y, además, se censen también los perfiles genéticos de los canes, una medida impulsada tras la entrada en vigor de la nueva ordenanza de Bienestar, Protección y Tenencia Responsable de Animales. Y esa voluntad política se traduce en que la Policía Local va a endurecer la presión contra los dueños de canes en la capital que no hayan inscrito su perfil genético en el censo de ADN, lo que significa que habrá más inspecciones, algo que se ha empezado a hacer ya. El objetivo, según las fuentes consultadas, está claro: hacer siete mil inspecciones o más al año.

Así, se han dado una serie de órdenes internas en el cuerpo sobre cómo efectuar esas inspecciones y cómo son las placas y los carnés que deben enseñar los propietarios que deben enseñar a los agentes de la Policía Local cuando sean requeridos por estos en la calle. Ya esa ordenanza, que entró en vigor en mayo de 2017, establecía, de hecho, la obligatoriedad de que los animales llevaran una chapa identificativa y numerada del ADN. La no comunicación al registro, lo que quiere decir que el can no contaría con la correspondiente chapa o carné, es una infracción castigada con una sanción que va de los 75 a los 500 euros (la ordenanza no desplegó todos sus efectos jurídicos hasta el 1 de enero de 2018).

Instrucciones para inspeccionar

Las inspecciones ya comenzaron a dispararse desde finales de octubre. En diciembre, por ejemplo, se hicieron 365 inspecciones, de las que 312 fueron positivas y el resto de dueños, 53, no habían inscrito a sus perros en el censo genético. «Se trata de hacer presión para tratar de que la gente se conciencie, no es un tema recaudatorio para nada, sino que, junto al Área de Medio Ambiente, se va a hacer un trabajo para comprobar qué gente tiene hecho el ADN».

El perfil genético de estas mascotas se impuso para sancionar a quienes permitieran que sus perros defecasen en la calle y no recogieran los excrementos. A estos, se les hacen pruebas de ADN y si coinciden con las del registro, los dueños son sancionados.

Los datos de noviembre fueron los siguientes: se hicieron 608 inspecciones, de forma que el 84% fueron positivas, es decir, los dueños acreditaron que sus perros están en el censo, mientras que el 16% no, informaron las fuentes. «La idea es inspeccionar a más de siete mil perros al año, se han dado instrucciones para intensificarlas y saber si están inscritos o no», agregan las fuentes, quienes explican las escasas multas por el hecho de que la gente está cada vez más concienciada y también se trata de ver cuántas personas cumplen o no. También advierten las fuentes consultadas del hecho de que no se centra en un solo distrito, sino que las inspecciones se van a hacer en los once existentes en la ciudad y así, las instrucciones se han dirigido a las ocho Jefaturas de la Policía Local que hay en la capital costasoleña.

Nuevos datos

Además, la herramienta informática que permite hacer el seguimiento de este apartado de la ordenanza antes sólo mostraba las sanciones, pero ahora se muestran las inspecciones y cuántas han sido positivas y qué parte, negativas. «Se ha reforzado este servicio», declararon, para insistir en que en cada uno de los tres turnos horarios que tienen los policías malagueños cada día se podrán hacer estas inspecciones.

Ahora mismo, hay registrados 29.809 perros en el censo de ADN (datos del mes de noviembre de 2019), y hay unos dos mil esperando para que se les extraiga sangre y entrar, por tanto, en este peculiar registro. «No es algo coercitivo», insisten las fuentes consultadas.

De cualquier forma, queda mucho camino que recorrer, porque según una información que dio el Ayuntamiento en enero de 2019, en la capital habría en torno a 70.000 perros, por lo que están registrados los perfiles genéticos de menos de la mitad de estas mascotas. No en vano, Sostenibilidad Medioambiental comenzó en el primer mes del pasado ejercicio a enviar cartas a los propietarios que no habían cumplido aún con esta obligación de identificar genéticamente a sus perros y censar a sus mascotas, para recordarles que podían estar cometiendo esta infracción.

El entonces edil, José del Río (ahora en Movilidad), recordaba que si los perros han fallecido los propietarios tienen la obligación de darlos de baja en el Registro Andaluz de Identificación Animal (RAIA), gestión que se realiza a través del veterinario.

Los agentes de la Policía Local impusieron en 2018 un total de 554 denuncias a propietarios que no habían inscrito el perfil en el censo en el Registro Municipal.

Con aquella carta, el Área de Sostenibilidad Medioambiental informó de la obligación legal que le corresponde a los propietarios para, bien comunicar la baja o cambio de propietario a través de un veterinario, si ese es el caso, bien cumplir con dicha intención de censado genético por ADN llevando a su mascota a su veterinario para la realización de la extracción sanguínea correspondiente, la determinación de su perfil genético y la inscripción en su ficha correspondiente.

El alcalde, de hecho, es uno de los más interesados en que estos temas se pongan en marcha, según las fuentes.