La Junta de Andalucía decretó que, desde el pasado miércoles 15 de julio, todos los andaluces deben ir ataviados con mascarillas para evitar una posible infección por Covid-19, una vez que se constató que, en numerosas ocasiones muchos no se la ponían ni siquiera cuando no podían respetar la distancia mínima interpersonal de seguridad, es decir, un metro y medio.

En este sentido, la Policía Local ha interpuesto un total de 314 denuncias en las dos primeras jornadas de obligatoriedad de llevar esta prenda sanitaria, 122 el miércoles día 15 y 192 el jueves 16 de julio y eso que los agentes, como explicó ayer el edil de Seguridad, Avelino Barrionuevo, han hecho también una importante labor pedagógica y de advertencia.

También hay un detenido por resistirse a la autoridad cuando se le pidió que se pusiera la mascarilla. Incluso, en algunos casos, los interpelados llegaron a insultar a los agentes que cumplían con su trabajo.

La Junta decidió hacer obligatoria la mascarilla tanto en espacios abiertos como cerrados, de modo que el incumplimiento conlleva una multa de 100 euros. Asimismo, acordó el pasado martes volver a reducir el aforo de los velatorios, permitiéndose la asistencia de un máximo de 25 personas si se celebran al aire libre o diez si se desarrollan en un recinto cerrado.

El consejero de Presidencia, Elías Bendodo, insistió en que la mascarilla es obligatoria independientemente de que no se pueda respetar la distancia mínima de seguridad personal. «La mascarilla tiene que ser un atuendo más, tenemos que usarla todo el día, en todo momento», dijo el también portavoz del Gobierno andaluz, que explicó a los andaluces que deberán llevarla salvo circunstancias que lo impidan como comer o beber, o bañarse en el mar. Sí debe usarse, incidió, en paseos, playas o piscinas, cuando la situación lo permita, eso sí, se podrá quitar si se está en la toalla sin moverse mientras se toma el sol. La Policía Local seguirá extremando el celo en este sentido para cumplir la normativa.