El ahorro de los malagueños está creciendo este año coincidiendo con el estallido de la pandemia del coronavirus, un hecho que parece tener relación tanto con la evidente caída del consumo que caracterizó a la etapa del confinamiento como al deseo de las familias de aumentar sus reservas financieras en vista del incierto futuro. Los últimos datos del Banco de España, correspondientes al mes de junio, reflejan que el sector privado malagueño (hogares y empresas) incrementó en el segundo trimestre del año un 6,2% el dinero ahorrado en depósitos bancarios, cuyo volumen ahora alcanza ahora los 26.395 millones de euros, la cifra más alta de la serie histórica.

Por decirlo de otro modo, en los meses de abril, mayo y junio (los tres meses posteriores a la declaración del estado de alarma), las familias y empresas de la provincia han añadido casi 1.550 millones a sus cuentas bancarias, a pesar de que la rentabilidad de este tipo de productos es ahora mismo prácticamente nula, ya que los bancos no están ofreciendo interés al cliente por este ahorro. Una subida trimestral tan llamativa en el volumen de depósitos en Málaga no se veía desde inicios del año 2015, cuando la economía iniciaba su reactivación tras dejar atrás los peores momentos de la anterior crisis económica.

La evolución se deja notar también en la proporción entre créditos y depósitos, que en términos macroeconómicos ofrece en Málaga ya una relación mucho más equilibrada que en otras épocas.

Así, el sector privado adeuda ahora a los bancos en préstamos algo más de 32.000 millones de euros o, lo que es lo mismo, un 21,3% más de lo que tiene ahorrado en depósitos. La ratio es mucho más baja que en el año 2008, justo antes de que estallara la crisis, cuando las familias y empresas de la provincia manejaban 47.500 millones en créditos, un 135% más de los apenas 20.000 millones que tenían ahorrado por aquel entonces.

Tendencia a futuro

Los bancos ya llevan varios años con el canal del crédito mucho más abierto que en los ejercicios más duros de la recesión (entre los años 2009 y 2013) pero eso no impide que el volumen de préstamos haya seguido descendiendo ya que son más las operaciones que con el tiempo van siendo amortizadas que los nuevos créditos que se conceden. Para algunos, la economía española requería de un desapalancamiento (desendeudamiento del sector privado) tras unos años de consumo disparado.

Los expertos creen que la concesión de créditos seguirá a ritmo moderado a causa del coronavirus, que ha reducido los niveles de consumo, mientras que los depósitos aumentarán, ya que los particulares que tengan capacidad de ahorro preferirán aumentar sus reservas como «previsión» de futuro.