Aprendiendo a respirar

Una consulta circular para secuelas del virus

El Hospital Virgen de la Victoria de Málaga cuenta con un grupo multidisciplinar de especialistas coordinados en la recuperación de los pacientes que han superado el Sars-Cov-2

Equipo  de profesionales de la Consulta Post-Covid.

Equipo de profesionales de la Consulta Post-Covid. / ana i montañez. málagaA. I. M. ANA I MONTAÑEZ. MÁLAGA

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Cada martes por la tarde, un grupo diferente de unos seis u ocho pacientes que han superado la Covid-19 tienen una cita en el Hospital Clínico de Málaga.

En un rincón del conocido Patio Azul de este centro hospitalario hay seis consultas ubicadas una al lado de la otra: Neumología, Rehabilitación, Endocrinología y Nutrición, Salud Mental, Medicina Interna y Post-UCI.

Cuando los pacientes llegan empieza el «tour» por una macroconsulta circular en la que cada especialista comprueba sus avances y constata que se mantiene la mejoría en su propia disciplina.

Durante ese trayecto, Nutrición realiza ecografías musculares e impedanciometrías para chequear la masa muscular, Rehabilitación establece las rutas terapéuticas y se mantiene el seguimiento de la afectación emocional, también muy dañada tras el paso de la enfermedad. Eso junto al resto de controles.

«El paciente va por todas las consultas, lo valoramos todos y no tiene que venir tantas veces al hospital», explica Pilar Martínez, médico intensivista y coordinadora de la bautizada «Consulta Post-Covid», una iniciativa que impulsaron los profesionales de UCI y que rápidamente recibió el apoyo del resto de sus colegas.

«Nos dimos cuenta de que todos los pacientes que estaban llegando eran pacientes Post-Covid. Tenían otras secuelas propias del coronavirus, más severas que las del paso por la propia UCI», explica la doctora Martínez.

Un paciente es atendido en una UCI del Clínico. | L.O.

Un paciente es atendido en una UCI del Clínico. / ana i montañez. málagaA. I. M. ANA I MONTAÑEZ. MÁLAGA

Este equipo de sanitarios se dedica, en definitiva, a revertir las duras secuelas que deja la afectación más grave del Sars-Cov-2 a su paso por un cuerpo humano. Entre esas «marcas» están las propias de una estancia prolongada en una Unidad de Cuidados Intensivos como la debilidad muscular , las dificultades motoras, la dificultad respiratoria después de una intubación y los desequilibrios cognitivos y emocionales. Todos estos síntomas conforman el «Síndrome Post-UCI» a lo que se le suman las consecuencias de la Covid-19: insuficiencia respiratoria grave, pérdidas de peso de hasta 30 kilos, alteraciones en la sangre, artromialgia -dolor en las articulaciones-, trastornos del sueño o meralgia parestética, una especie de hormigueo o acolchamiento en brazos y muslos.

«Los pacientes que tienen una afectación severa y que ingresan en la UCI van a tener una dificultad respiratoria porque tienen una neumonía bilateral la mayoría y requieren ventilación mecánica. Eso conlleva un encamamiento prolongado con distintas complicaciones que van sucediendo», sostiene Adela Gómez, jefa de Rehabilitación del Clínico.

Su proceso de recuperación integral arranca dentro de la UCI. «Ahí empieza de forma preventiva para evitar complicaciones como rigideces articulares, deformidades de las extremedidades… y la rehabilitación respiratoria empieza cuando la persona deja de estar sedada y con unas funciones cerebrales con un buen estado cognitivo», continúa la doctora Gómez.

Aprender a respirar

El instante que marca el inicio hacia la recuperación motora y respiratoria de un paciente agudo de Covid-19 es algo tan sencillo y a la vez tan sumamente complejo como conseguir que se incorpore y se siente en el borde de su cama en la unidad de críticos, siempre y cuando esté estable.

«Te pones delante del paciente y es una cuestión de palanca. Tus manos las colocas en su pelvis y con mis rodillas fijo las rodillas del paciente para que no haga flexión y se caiga al suelo. Es un paso importantísimo», incide Ruth Novella, fisioterapeuta en el Virgen de la Victoria. «Y luego que se ponga en pie. Después vendría que con tu ayuda ponga las manos en tus hombros y camine en el sitio, yo digo que pisen uvas,que levanten una pierna y después otra».

Una vez pasan a planta Covid, los ejercicios motores, de fortaleza respiratoria y respiración dirigida continúan, añadiendo poco a poco más resistencia. «Vamos subiendo intensidades, vamos haciendo más carga con el diafragma y les pedimos que hagan más fuerza para hacer una flexión de cadera, una flexión de rodilla, separación y aproximación de brazos...», agrega la fisioterapeuta. Tras negativizar el virus, los pacientes reciben el alta hospitalaria y se abren varias vías terapéuticas, como la recuperación en casa con pautas y tablas de ejercicios a seguir o bien, la rehabilitación ambulatoria, para lo que acuden el gimnasio de Rehabilitación Respiratoria, donde también tratan a pacientes con otras patologías, como la fibrosis, bronquiectasia o con ELA.

Durante el tiempo de su recuperación, entre tres y seis meses -más en los casos graves-, los pacientes aprenden a respirar: «No es que se hayan olvidado de respirar, es que están tan débiles que no tienen fuerza. Y al mismo tiempo, por la afectación de esa neumonía bilateral con cicatrices dentro del pulmón», apunta la jefa de Rehabilitación, una disciplina que junto a la Fisioterapia enseñan, una vez superado el virus, a respirar con eficiencia.

Sala de rehabilitación del Hospital Clínico. | L.O.

Sala de rehabilitación del Hospital Clínico. | L.O. / ana i montañez. málagaA. I. M. ANA I MONTAÑEZ. MÁLAGA

Desde los asintomáticos hasta, por desgracia, los casos mortales, la Covid-19 tiene una extensa variedad clínica, un hecho que aún desconcierta a la comunidad científica y centra los estudios sobre el comportamiento de este coronavirus.

Algunos pacientes cursan la forma grave del virus, requieren ventilación mecánica y su ingreso en cuidados intensivos mientras que otros no presentan síntomas o se recuperan tranquilamente en casa.

Esas diferencias se han trasladado también a las secuelas que deja la superación del virus ya que, en algunos casos, pese a haber pasado la infección respiratoria con un grado leve de afectación, los síntomas persisten durante meses y no llegan a desaparecer.

A esto se le ha denominado como Covid «persistente» o «Long Covid» y, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) tiende a afectar a las mujeres con una edad media de 43 años, que mantienen las consecuencias de la enfermedad hasta 185 días después de curarse.

«Curiosamente, muchos de estos pacientes no han tenido la forma grave ni han desarrollado anticuerpos», afirma la doctora Pilar Martínez, médico intensivista del Hospital Virgen de la Victoria de la capital.

«Y lo que se está viendo es que pudiera tener relación con que tengan una inmunidad alterada, porque muchos de ellos no hacen ni anticuerpos, es como si no lo hubiesen pasado. La PCR sale negativa pero la inmunidad, lo que el virus ha dejado, es como una inmunidad alterada que produce la persistencia de los síntomas».

En esta línea, la doctora Adela Gómez, jefa de Rehabilitación del Clínico, subraya que el proceso de recuperación de este tipo de paciente con Covid persistente es muy similar al resto de recuperados, por lo que se elige una pauta terapéutica en función del nivel de discapacidad que presenta y se marca la hoja de ruta.

«Lo importante es que el paciente deje de ser contagioso para poder entrar en un programa de terapia», concluye la jefa de Rehabilitación.

No obstante, la doctora Martínez mantiene que en la mayoría de los casos va mejorando con el tiempo: «La rehabilitación motora y fisioterapéutica y una correcta nutrición apoya bastante la mejoría de estos pacientes».

Disnea: incapaces de llenar los pulmones

La disnea es una sensación subjetiva que refiere la mayoría de los pacientes que han superado la Covid-19 y que implica la imposibilidad de llenar del todo los pulmones.

Para trabajar la fortaleza del diafragma, en el hospital Clínico usan incentivadores de la musculatura respiratoria. «Yo siempre le digo a mis pacientes que es como si fuesen unas pesas para el diafragma», cuenta Ruth Novella. «Tenemos posibilidad de trabajar la resistencia que le pongo al diafragma y cuantificarla. Es una forma de ver que está evolucionando», añade.