Investigación

La biopintura, una segunda oportunidad para el aceite usado

ATG iGEM UMA es un equipo multidisciplinar de alumnos de último curso de carrera y posgrado de diferentes facultades que ha apostado por el bioarte como vía para ofrecer una nueva vida a los residuos - Además, defienden el poder de la divulgación por lo que han organizado e impartido varias charlas sobre ciencia y bioemprendimiento en la universidad y dos colegios públicos, el García Lorca y el Arturo Reyes

Todo el equipo de All Together Growing

Todo el equipo de All Together Growing / L. O.

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Todo empezó con el viaje de Erasmus a Estocolmo de Fran Antequera, un estudiante de Química de la Universidad de Málaga con alma de emprendedor. Allí descubrió iGEM -the International Genetically Engineered Machine-, la mayor competición de biología sintética internacional, en la que cada año participan más de 6.000 jóvenes científicos del mundo.

«Me informé y la Universidad de Málaga no había participado. Como sé el potencial que hay aquí, me dije que había que ponerlo en marcha», cuenta a este periódico Fran Antequera.

Así fue como nació, hace casi un año, All Together Growing (ATG), un proyecto impulsado únicamente por universitarios de último curso y posgrado de diferentes carreras, entre ellas, Bioquímica, Ingeniería, Marketing e Informática.

Aunque no todos son los mismos que se sumaron desde la creación de este grupo de investigadores, sus integrantes actuales son María Rodríguez, Álex Jiménez, Álex Rojo, Dani Díaz, Cristina Viúdez, Álvaro Jiménez, Isa Antequera, Natalia Cardoso y Juan Herrera.

Este equipo representará este año a Andalucía en la iGEM, que se celebra en noviembre, y será la primera participación de la Universidad de Málaga. ¿Su propuesta? La biopintura, una segunda oportunidad para el aceite de cocina usado.

Dos miembros del equipo imparten un taller de ciencia en un colegio de Málaga. | L.O.

Dos miembros del equipo imparten un taller de ciencia en un colegio de Málaga. | L.O. / ANA I MONTAÑEZ. MÁLAGA

«Ya que somos de Andalucía, llegamos al aceite de oliva», relata Fran Antequera. «Detectamos que mucha gente no conoce los grandes prejuicios que puede ocasionar arrojarlo por el fregadero, tanto para el medio ambiente como para el propio bienestar de las personas. La biopintura fue la excusa para sacar un producto de valor a partir de un residuo».

Identificado el problema al que querían buscar solución a través de la biología sintética -que estos jóvenes científicos definen como la aplicación de las reglas de la ingeniería en la biología-, empezaron a bucear entre bibliografía y estudios anteriores en busca de precedentes relacionados con esta idea. A través de ese trabajo llegaron hasta el Imperial College de Londres y hasta un investigador español, Rodrigo Ledesma, que les dio la clave: una levadura llamada Yarrowia lipolytica.

Por primera vez, un grupo de estudiantes de la UMA participará en iGEM, la competición de biología sintética más importante del mundo que cada año disputan más de 6.000 jóvenes

«La biopintura se consigue a partir de un microorganismo, una levadura, que tiene la capacidad de crecer en medios como el aceite usado. La modificación consiste en darle una herramienta a ese microorganismo, enseñarle a que sea capaz de hacer los pigmentos que se utilizan en la pintura», explica Fran Antequera. «Lo que implementamos nosotros y lo que implementaron en el Imperial College fue dar unas instrucciones a ese organismo para que sea capaz de producir los pigmentos que constituirán la pintura».

Basándose en el trabajo del Imperial College de Londres, pero siguiendo las reglas de la biología sintética, este equipo de jóvenes investigadores identificó la manera de generar pintura, por ahora, naranja y amarilla.

Un futuro en el bioarte

Hacer bioarte a partir de residuos contaminantes, esa es la apuesta con la que el equipo de ATG se presenta a la edición de este año de la iGEM, que no tiene premio en metálico pero que supone un gran escaparate para las mejores empresas tecnológicas del mundo.

Después del certamen, estos investigadores pretenden seguir desarrollando su proyecto y producir la biopintura.

«Nuestra idea es que el verano que viene, ya con las herramientas y con los fondos, terminemos de desarrollarlo y lo saquemos adelante», apunta Antequera, que además está estudiando la viabilidad de la biopintura como modelo de negocio con la intención de llegar a comercializarlo. «Habría que estudiar la viabilidad a nivel económico y, si saliera bien, lo sacaríamos al mercado».

La propuesta de ATG iGEM UMA ha contado con una financiación de 20.000 euros de fondos públicos y privados, provenientes de Link by UMA, Promega, la Fundación Gardner, New England Biolabs y IDT.

Además, han contado con el apoyo de los profesores Carlos Rodríguez-Caso, Miguel Ángel Medina Torres, Antonio Heredia Bayona y Manuel Bernal Muñoz.

Divulgación y redes sociales

Desde la creación de All Together Growing, este grupo de estudiantes tenía claro que quería crear sinergias fuera y dentro de la comunidad universitaria, además de apostar por la divulgación.

Con esa premisa, a lo largo del último año han dado varias charlas en la Universidad de Málaga y en dos colegios, el CEIP García Lorca y el CEIP Arturo Reyes.

En sus redes sociales, @atg_igem, ofrecen contenido sobre ciencia y bioemprendimiento, además de organizar actividades formativas.

De hecho, en noviembre tienen previsto un evento en la UMA para que su iniciativa se convierta en una tradición que mantengan los próximos estudiantes.