Formación social en la UMA

Los futuros profesionales de la Salud aprenden a eliminar sus prejuicios sobre los problemas de salud mental

«El problema es que ven una etiqueta por encima de una persona», explica Ana Isabel Masedo, profesora de Psicología e impulsora de esta nueva línea educativa en colaboración con AFENES

Miembros de AFENES dando una charla a alumnos en la Universidad de Málaga.

Miembros de AFENES dando una charla a alumnos en la Universidad de Málaga. / La Opinión

Mariví Pérez

Luchar contra el estigma de las enfermedades mentales es el reto de una nueva iniciativa de la UMA. En el último estudio que están realizando las profesoras de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga Ana Masedo y Berta Moreno-Küstner, queda patente que «los estudiantes, después de escuchar los testimonios, han mejorado las actitudes hacia el colectivo» de las personas con enfermedades mentales, apunta Masedo, profesora del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la UMA y líder de la iniciativa. Este estudio se incluye en la nueva línea educativa que han desarrollado ambas profesoras en el que también participan los profesores de la UMA José Miguel Pena, Jesús Oliver y Yolanda Casado.

Esta línea educativa consiste en que miembros de la Asociación de Familias de Personas con Problemas de Salud Mental de Málaga (AFENES) dan charlas a los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Salud y en la Facultad de Medicina para combatir el estigma hacia las personas con problemas de salud mental. Las personas que han impartido las charlas están actualmente recuperadas y pueden hablar de todo lo que han vivido. Los participantes han sido David Heredia Rodríguez, David Pedroza García, Miguel Ángel Martín Hernández, Sonia Burgos Román y Emilio Bandera Martín.

El motivo de escoger a los alumnos relacionadas con Ciencias de la Salud, en concreto de los grados de Enfermería, Terapia Ocupacional, Medicina y Psicología, según Masedo, es que «son los futuros profesionales sanitarios» y porque, debido a la revisión de la literatura que realizaron, sabían que «tenían mucho desconocimiento y muchos prejuicios y estereotipos». De hecho, «lo normal, es que los profesionales de la salud tengan un cierto rechazo hacia las personas diagnosticadas. El problema es que ven un diagnóstico y una etiqueta por encima de una persona, por lo que no se accede a conocer bien a las personas, a su historia y a por qué, en un momento dado, han sido diagnosticadas».

«Una enfermedad mental grave es un diagnóstico que se hace desde las unidades de salud mental», explica Ana Masedo, «no es un diagnóstico que esté recogido entre las listas de diagnósticos de los manuales de los trastornos psiquiátricos, sino que los propios psiquiatras, a efectos de lo que es el tratamiento y demás, pueden hacer la consideración de que una persona tiene un trastorno mental grave porque está asociado a un alto grado de discapacidad».

Ana Masedo explica que «el límite para considerar una enfermedad como grave o no grave depende de hasta qué punto anula a una persona». El problema radica en que «la esquizofrenia suele considerarse como grave» pero debido, en su mayoría, al estigma que tiene asociado esta enfermedad, «por eso la importancia de eliminar los estigmas», sentencia la profesora. Añade que las enfermedades mentales más estigmatizadas son la esquizofrenia y el trastorno bipolar, aunque este último en menor medida, sí está más estigmatizado el llamado trastorno psicótico.

La línea educativa comenzó con un protocolo en la Red Maristán, una red internacional donde, según explica Ana Isabel Masedo, junto a la profesora Berta Moreno-Küstner realizaron una investigación conjunta con la profesora de la Universidad de Concepción Sandra Saldivia, y con Cristina Romero, de la Universidad de Cádiz.

En 2015, apunta, comenzaron a estudiar el impacto de las prácticas universitarias, si había estigmas en los estudiantes de Ciencias de la Salud: Enfermería, Terapia Ocupacional, Medicina y Psicología. Se quiso conocer también las actitudes que tienen los estudiantes hacia las personas diagnosticadas. Comprobaron que había actitudes negativas asociadas a una discriminación y que tenían miedo de relacionarse con personas que puedan tener un diagnóstico de enfermedad mental grave debido a los mitos sobre las enfermedades mentales.

Tras los estudios, las profesoras observaron que era necesario cambiar esta situación, por lo que decidieron trabajar con AFENES, que ya tenía -y sigue teniendo- una plataforma de lucha contra los estigmas.

Los estigmas más comunes son que se cree que esas personas nunca se van a recuperar, que van a tener que estar toda la vida medicándose, que pueden ser peligrosas o que pueden ser un problema, entre otros. Todos ellos se han ido eliminando de las mentes de los futuros sanitarios gracias a las charlas de AFENES. «Las personas, después de escuchar estas historias de vida, de tratar con ellos, de que ellos les cuenten sus relatos... las personas cambian sus actitudes completamente», expone Masedo. Los miembros de AFENES «son los mejores que pueden explicar qué es tener un problema de salud mental», añade.

Las charlas de AFENES consiguen que todos los mitos se eliminen de las mentes de los oyentes, expone Masedo. Los oyentes, tras escucharles, tendrán «menos tendencia a excluir o discriminar a este colectivo de personas diagnosticadas», así como «más conciencia acerca de todos los obstáculos que supone hoy en día tener un diagnóstico psiquiátrico, que supone intentar correr una carrera de obstáculos». Utiliza el ejemplo de ir a urgencias: «El enfermero o el médico, al ver el historial y ver el diagnóstico, cambia el comportamiento hacia la persona o no sabe tratarla».

Fruto de esta colaboración, hay organizado un Curso de Verano dirigido por José Pena con el fin de atender esta sensibilización antiestigma entre los miembros de la comunidad universitaria.