Integración

Arte sin límites desde el colegio Santa Rosa de Lima

La inserción laboral de estos jóvenes, con autismo, discapacidad intelectual y otras enfermedades, es complicada pero el arte les ayuda a desarrollar capacidades como la confianza y la autoestima

Los alumnos del Santa Rosa de Lima, junto a la obra expuesta en la Diputación de Málaga.

Los alumnos del Santa Rosa de Lima, junto a la obra expuesta en la Diputación de Málaga. / La Opinión

Su obra ha gustado tanto que estará expuesta más tiempo en la sede de la Diputación de Málaga como parte de la quinta edición de ‘Museo de los sentidos’. Una iniciativa que busca acercar el arte a las personas con diversidad sensorial o trastornos del espectro autista a través de obras que se pueden tocar. ‘Por amor al arte’ es el título que los siete alumnos del Centro Específico de Educación Especial (CEEE) Santa Rosa de Lima han puesto a su trabajo.

La discapacidad no logra frenar a estos siete artistas, cuya obra ha destacado en una de las microexposiciones que forman parte de esta propuesta inclusiva de la Diputación de Málaga y de la Asociación Cultural y Social Bib Azahar que puede visitarse hasta el 6 de enero. Una muestra en la que se mezclan artistas con y sin discapacidad.

La directora del Santa Rosa de Lima, Pilar Urbano, explica que esta obra se ha realizado en el taller de cerámica y vidrio que forma parte del Programa de Transición a la Vida Adulta y Laboral (PTVAL) al que acuden alumnos de entre 16 y 21 años. Los que siguen en el centro una vez terminada su educación obligatoria.

Grupo de artistas

En este grupo están Marcos, Emilio, Gabriel y Julio, que tienen autismo; Chaymae, que padece una discapacidad intelectual y problemas de corazón y pulmón; Noelia, con síndrome de Down; y Claudia, que sufre una discapacidad múltiple y numerosas secuelas graves por una leucemia, además de una enfermedad del sistema nervioso central.

Ese es su historial médico, pero ahora son protagonistas por su perfil artístico: Marcos es el que mejor dibuja; Claudia ejerce como «alma creativa» de la clase; Chaymae es el «motor del grupo», quien no duda en ayudar a sus compañeros; a Gabi le encanta lijar y montar, pero también es muy preciso al hacer los moldes; Julio tiene mucha creatividad e imaginación; Emilio, el nuevo, tiene muchas habilidades motrices, y finalmente, Noelia es «la alegría de la clase».

Así los describe Lorena Bernabéu, profesora del taller de cerámica que los ha guiado en esta aventura de exponer su obra fuera del centro por primera vez.

Una de las clases del taller de cerámica y vidrio con la profesora Lorena Bernabéu.  | L.O.

Una de las clases del taller de cerámica y vidrio con la profesora Lorena Bernabéu. | L.O. / susana fernández. málaga

«El fin de los programas para la transición a la vida adulta es la inserción laboral pero es muy difícil que estos alumnos tengan salidas profesionales», admite la docente. Sin embargo, el arte tiene unos efectos muy beneficiosos para ellos. Ayuda a expresarse a las personas con diversidad funcional, especialmente a aquellas que tienen limitaciones de expresión hablada o escrita. Además, contribuye a que desarrollen capacidades como la confianza, la resolución de problemas, la perseverancia y les ayuda a tolerar la frustración, explica la docente.

«El arte se utiliza como vehículo de expresión y cuando las personas se pueden expresar y comunicar empiezan a desarrollar otro tipo de habilidades», añade.

Un ejemplo de esto es Marcos Manzano, el más experimentado de este grupo de artistas puesto que ya había expuesto anteriormente. Su madre detalla que a las personas con autismo les cuesta mucho fijar la atención, algo fundamental para que aprendan cualquier concepto. «No es que estén en su mundo, es que les interesa lo que ellos quieren», describe.

En el caso de Marcos su interés es el arte desde que de pequeño comenzó a dibujar lo que le llamaba la atención de los vídeos de ‘Baby Einstein’. Después, su tutor en Primaria, un profesor de Matemáticas, le potenció esta afición y comenzó a exponer sus cuadros en el colegio.

Su madre defiende la integración de los menores con autismo en las clases mientras se pueda y argumenta que los demás compañeros también aprenden que «el tener una discapacidad o capacidades diferentes no quiere decir que no se puedan hacer grandes cosas. Hay personas con unas capacidades muy buenas dentro del mundo de la discapacidad», defiende.

Marcos apenas se comunica verbalmente salvo determinadas palabras, aunque canta villancicos «hasta en agosto». Su forma de expresarse es «aletear y saltar», como cuenta su madre, y por supuesto, la creación artística.

Un futuro «sin límites»

En el CEEE Santa Rosa de Lima ha encontrado su sitio, «en el que potencian su creatividad y les tratan como personas, cada uno con sus características», afirma la madre de este joven de 19 años que «no se pone límites». «Lo que peor me sienta es que la administración o la sociedad sí se los pongan. No acepto esto como final», dice su madre en referencia a que dentro de dos años Marcos ya no podrá seguir en el Santa Rosa de Lima.

El recorrido de la educación pública para los alumnos de los centros específicos se termina a los 21 años. Por ello, los que pueden participan en talleres como este de cerámica y vidrio en el que además de desarrollar sus capacidades creativas, aprenden destrezas laborales. Por ejemplo, la obra colectiva que han elaborado para esta exposición se ha planteado como un encargo en el que se han planificado los tiempos y se ha trabajado en equipo repartiendo las tareas, explica la profesora Lorena Bernabéu.

Además, realizan una «simulación laboral» en la que si los alumnos cumplen las normas del taller y trabajan bien, «cobran diez céntimos de plástico que a final del trimestre se convierte en dinero real» con la venta de las obras que les encargan para los mercadillos solidarios que organiza la Delegación de Educación o algún otro encargo.

«Hacemos esto porque el trabajo te hace sentir útil, para la autoestima. Esa simulación les hace ponerse en la realidad», indica esta docente que sólo lleva seis años trabajando con personas con discapacidad pero reconoce: «A la media hora de clase me quedé enganchada».

Lorena defiende que hay que dar visibilidad a estos alumnos, «que hacen miles de cosas y la sociedad no se entera». Por ello, tienen una cuenta de Instagram, @wabisabi.tallerdeceramica, en la que cuelgan fotos de sus obras y de sus actividades y contestan a todos los mensajes de reciben. Igualmente, quienes quieran conocer un poco mejor la obra de Marcos Manzano pueden seguirle en @cuandoloscoloreshablan.

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