Campaña

El SAS declara la guerra al consumo excesivo de tranquilizantes

Disminuye un 3% el uso de este tipo de fármacos en Andalucía gracias a la campaña de concienciación puesta en marcha hace nueve meses por la Consejería de Salud: ‘Benzostop Juntos’ - En Málaga, durante el pilotaje, 1 de cada 4 pacientes dejaron de tomarlos

La ingesta de tranquilizantes puede ser perjudicial cuando se prolonga demasiado en el tiempo. | LA OPINIÓN

La ingesta de tranquilizantes puede ser perjudicial cuando se prolonga demasiado en el tiempo. | LA OPINIÓN / Arancha Tejero. Málaga

Arancha Tejero

Arancha Tejero

Durante la pandemia de la Covid-19 muchas fueron las personas que se vivieron obligadas a vivir en soledad, que convivieron con el temor a la propia enfermedad, a perder al empleo o a sus seres queridos. La incertidumbre y el miedo vividos durante esa época, propiciaron un aumento del consumo de fármacos contra la ansiedad y el insomnio, una tendencia que ya se venía incrementándose en España desde antes del confinamiento.

Tras la pandemia, el consumo de benzodiacepinas, medicamentos con efectos ansiolíticos e hipnóticos, creció un 4% en Andalucía respecto a 2019. Según los últimos datos, 1,2 millones de andaluces consumen este tipo de medicamentos, de los cuales un 35 % son hombres y un 65% mujeres. Ante esta preocupante tendencia creciente, que amenazaba con convertirse en un grave problema de salud pública, la Junta de Andalucía decidió tomar cartas en el asunto y lanzar, por primera vez, una acción coordinada a través de un proyecto de educación sanitaria con el objeto de disminuir el uso, impedir el abuso y revertir la dependencia a los tranquilizantes.

La campaña, 'Benzostop Juntos: Vivir sin tranquilizantes es posible', se lanzó como proyecto piloto el año pasado en 15 centros de Atención Primaria, un centro de salud mínimo por provincia, y, nueve meses después, se ha logrado reducir el consumo de las benzodiacepinas en un 2,8% respecto al consumo registrado el año anterior.

A la vista de los resultados tan positivos, la Consejería de Salud y Consumo ha decidido extender a todos los centros sanitarios (hospitales, áreas de Gestión Sanitaria y distritos de Atención Primaria) el programa de concienciación.

El proyecto consiste en una colaboración coordinada y multidisciplinar que engloba a todos los sectores sanitarios por los que pasa el paciente, desde la Atención Primaria, hasta los servicios sociales, pasando por la enfermería de atención primaria y farmacia comunitaria. «El objetivo es repetir el mismo mensaje desde todos los puntos para reforzarlo. Que cuando el paciente vaya a la consulta, acuda a la enfermería o vaya a la farmacia reciba la misma información sobre lo que realmente es la benzodiacepina, que efecto está causando en su organismo y que efectos secundarios puede tener a largo plazo. Para intentar así que los pacientes que empezaron a tomarla en su día sean susceptibles de dejar la medicación», explica Francisco Criado Martínez, Vicesecretario del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga, una de las diversas entidades que se adhirieron a esta iniciativa que se ha llevado a cabo con el apoyo de sociedades científicas, consejos de colegios profesionales, profesionales de Atención Primaria y de las oficinas de farmacia comunitarias.

La ansiedad es el problema de salud mental más frecuente en España.

La ansiedad es el problema de salud mental más frecuente en España. / David Castro

Experiencia en Málaga

En el caso de la provincia de Málaga, el pilotaje se llevó a cabo en el centro de salud Trinidad ‘Jesús Cautivo’ y en las 20 farmacias de su entorno. Y, tras la campaña piloto, uno de cada cuatro malagueños ha abandonado las benzodiacepinas , según ha podido ha podido saber La Opinión por fuentes cercanas al proyecto. «Lo primero que se hizo fue dar unas formaciones conjuntas tanto para los médicos de atención primaria, como enfermeros, servicios sociales y farmacéuticos del ámbito de acción de ese centro de salud o distrito. Y, a partir de ahí, se comenzó a trabajar con los pacientes», señala el vicesecretario del Colegio de Farmacéuticos de Málaga.

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Un uso prolongado de las benzodiacepinas empeora los problemas de salud para los que se comenzaron a usar, pues su efecto beneficioso desaparece en 2-4 semanas. Hay estudios que sugieren que el cuerpo puede acostumbrarse a estos medicamentos los cuales dejan de funcionar, causando daños como ansiedad, olvidos o problemas de sueño. Los expertos advierten de que pueden llegar a ser adictivos y difíciles de dejar. A la hora de abandonarlos, es importante que se haga paulatinamente y bajo supervisión médica y farmacéutica, porque si se corta de golpe puede provocar un efecto rebote, según el Colegio de Farmacéuticos de Málaga.

Aunque está demostrado que estos medicamentos son útiles durante un tiempo determinado para pacientes diagnosticados que padecen crisis de ansiedad o sufren episodios de grave insomnio que impidan una vida cotidiana, cuando su uso se prolonga puede causar más perjuicio que beneficio. De ahí el que el fin de esta campaña sea que los pacientes conozcan los riesgos de su uso continuado, qué alternativas menos agresivas puede haber y cómo proceder para la deshabituación con la ayuda de los profesionales. Aunque en ningún momento se les obliga a dejarlo, entre este material educativo de la campaña se incluye además un auto-test para que puedan medir el grado de dependencia a estos fármacos.

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