Educar en igualdad

"Para que la igualdad cale no se puede trabajar sólo el 25N o el 8M"

La formación de los profesores en el tema de la igualdad es clave para que el alumnado asimile este importante valor. Así lo defiende esta maestra de Primaria malagueña que trabaja día a día con este compromiso. La docente Ana Merino, reconocida en los Premios MálagaConvive, analiza cómo se trabaja la igualdad en el ámbito de la educación

Ana Merino, maestra en el CEIP Salvador Rueda de Benalmádena, Premio Igualdad MálagaConvive.

Ana Merino, maestra en el CEIP Salvador Rueda de Benalmádena, Premio Igualdad MálagaConvive. / La Opinión

A diario, en cada actividad que realiza en su escuela y no como una meta, sino como un punto de partida para todo. Así trabaja la igualdad Ana Merino Aguilar, maestra de Primaria que ha sido reconocida este curso en los Premios MálagaConvive que entrega la Delegación de Desarrollo Educativo. Orgullosa de recibir este galardón, la docente explica qué es para ella educar en igualdad y en qué momento nos encontramos en este importante ámbito para toda la sociedad.

Desde que comenzó a dar clase hace 9 años, Ana Merino fue consciente de que su compromiso con la igualdad como «persona feminista» no podía quedarse fuera del aula porque, además, está plenamente convencida de que es un valor enriquecedor.

Así lo demuestra cada día no sólo con su alumnado del CEIP Salvador Rueda de Benalmádena, sino a través de su blog La tiza de Ana, con su labor como tutora de la red Virtual de Coordinación de Igualdad y coordinadora del II Plan Estratégico de Igualdad de Género en Educación en varios centros o en las formaciones que imparte. Además, tampoco deja de formarse ella misma y actualmente está terminando el Máster de Igualdad y Género de la Universidad de Málaga.

Un conocimiento que la capacita para medir el ‘nivel’ de igualdad que hemos alcanzado. «Nos encontramos en un punto en el que tenemos mucho avanzado, muchos derechos formales conquistados», afirma pero advierte de que esto puede hacer que «demos la igualdad por sentado» y obviemos las batallas que quedan por combatir para la igualdad real.

Merino destaca avances como el aumento de las mujeres en la universidad -aunque no aún en los grados más tecnológicos- o la mayor concienciación sobre la gestión de las emociones o el fomento de los buenos tratos.

No obstante, hace hincapié en «cambiar la mirada hacia pequeños focos de aprendizaje que hay que ir desmontando». Se refiere a realidades que están en las escuelas y apenas percibimos como que los patios «sigan ocupados por el fútbol y las niñas se queden al margen» o la presencia «ínfima» de la mujer en los libros de texto. «O algo tan simple como que quien limpia los colegios generalmente son mujeres, lo que está muy bien, pero hay que preguntarse por qué y poner las cosas en debate», destaca.

Y es que esta maestra cree que a las «criaturas», como le gusta llamar en término neutro a los niños y las niñas, se les educa a través de la literatura, del cine, de los juegos, de las amistades y, por supuesto, de nuestro ejemplo.

Por ello es clave la formación del profesorado. Aunque admite que no todo el mundo tiene que ser un experto en igualdad, sí se deben tener un mínimo de conocimientos. «Eso te va a permitir deconstruirte y revisarte como persona», afirma. «Se genera una onda expansiva y va calando y llegando a muchas más personas», añade Ana Merino.

«Es muy importante que las escuelas y las familias sumemos y rememos en la misma dirección»

Deconstrucción propia

De hecho, reconoce que ella se deconstruye «constantemente» porque hay acciones y decisiones que tenemos tan asimiladas que ni siquiera percibimos, como el hecho de ir a comprar un libro para regalo pensando en el sexo de la persona que lo va a recibir. «Si nos viéramos como personas, nuestro discurso sería mucho más igualitario», reivindica.

Para educar en igualdad en los colegios e institutos, también cree que habría que revisar el currículum y los materiales. Según apunta, hay estudios que demuestran que «no llegan al 8% las referencias de mujeres de éxito en distintos planos públicos y además las presentan como excepciones».

Por supuesto, defiende que haya acciones específicas de sensibilización directa con el alumnado, adaptadas a cada etapa educativa. Aunque cree que, para que cale, la igualdad no se puede trabajar sólo el 25N o el 8M.

El compromiso de Ana Merino es con la educación y con la educación en igualdad y defiende que este debería ser un compromiso de toda la sociedad: «Es muy importante que las escuelas y las familias sumemos y rememos en la misma dirección porque si no la mesa se va quedando coja».

Recordando cuando Vox intentó implantar el pin parental para que las familias pudieran ‘vetar’ que a sus hijos se les hable de determinados temas como la educación afectivo-sexual o los modelos de familia, esta maestra afirma que sólo ha tenido objeciones de padres unas cuantas veces, pero son las menos.

«Creo que parten del desconocimiento de la necesidad de informarnos bien y comprender qué se está trabajando. Todos los contenidos se adaptan a cada una de las etapas», explica. Y añade que en general las familias quieren una «educación integral» para sus hijas e hijos.

«Son unos principios fundamentales de buenos tratos, de respeto, tolerancia, de promover una educación basada en capacidades y no en estereotipos... son principios que dignifican las escuelas e institutos», subraya.

Ante los discursos que pudieran hacer retroceder en el camino hacia la igualdad total, Ana Merino lo tiene claro: «Nadie debería tocar derechos como la libertad de expresión o la igualdad, que son artículos de la Constitución».

A los políticos, en esta época electoral, Ana Merino les pediría más recursos tanto materiales como humanos para las escuelas públicas, «que hacemos millones de cosas a favor de la sociedad porque la escuela y la sociedad van de la mano». «Les pido que estén ahí para entre todos y todas hacer una mejor escuela pública», concluye.

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Los premios ‘MálagaConvive’, que otorga el Gabinete de Asesoramiento sobre Convivencia Escolar e Igualdad del Servicio de Ordenación Educativa de la Delegación de Educación, tienen como objetivo reconocer y visibilizar la labor de docentes, centros educativos y agentes externos en los ámbitos de la convivencia escolar y la igualdad. Junto a Ana Merino, han sido premiados el CEIP Prácticas Nº 1, la Fundación Márgenes y Vínculos, el docente Patxi Velasco Fano, el IES Puerto de la Torre, el Área de Educación del Ayuntamiento de Málaga y el CEI Pinolivo de Marbella.

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