Patrimonio

El Teatro Romano creará un mirador para explicar sus etapas como termas y factoría

La Junta ampliará el recorrido visitable y construirá una plataforma en la que se ofrecerá información sobre los usos previos y posteriores a la construcción y funcionamiento del monumento 

Tiene un presupuesto de 93.000 euros

Vistas desde donde se ubicará el mirador.

Vistas desde donde se ubicará el mirador. / Alex Zea

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Un paseo breve por la calle Alcazabilla basta para contemplar la solemnidad del Teatro Romano a los pies del monte Gibralfaro, aunque es preciso poner más atención y, sobre todo, conocer la historia del monumento para apreciar los secretos que afloran de sus vestigios.

En esto último, el interés por el detalle, es lo que se quiere fomentar en el Teatro Romano, que tiene previsto ampliar el recorrido visitable y crear un mirador desde el que poder explicar las etapas anteriores y posteriores a su uso escénico.

La fase previa es la de las termas, que se puede constatar, entre otros aspectos, con los restos de pavimentos de «opus spicatum», un aparejo de espiga diseñado por los romanos y que se sigue empleando en las construcciones actuales.

En cuanto a la etapa posterior al teatro, se refiere al abandono de la actividad escénica del teatro por el de factoría, con la instalación de piletas para la fabricación de salazones y del famoso «garum», una salsa elaborada a partir de tripas de pescado fermentadas que se exportaba por todo el Mediterráneo.

Los restos conservados de esos recipientes se encuentran bajo la pirámide de cristal de Alcazabilla, una zona que seguirá sin ser visitable pero que ganará peso en el recorrido abierto al público desde el mirador, que estará equipado precisamente para mostrar y divulgar cómo se desarrollan estas etapas históricas -entre el siglo I d.C y el III d.C- y cómo evoluciona con ellas el Teatro Romano.

Restos de las termas y las piletas de garum que se encuentran bajo calle Alcazabilla, en el Teatro Romano.

Restos de las termas y las piletas de garum que se encuentran bajo calle Alcazabilla, en el Teatro Romano. / Alex Zea

Para ello, la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Cultura, sacó esta semana a concurso público un contrato para adjudicar las obras con la que se adecuará el recorrido, sumando las nuevas pasarelas y la plataforma informativa.

«Actualmente el acceso al Teatro se realiza por la calle Alcazabilla, a través de un Centro de Interpretación desde donde, por una rampa de madera, se llega a la Scena. Esta está actualmente formada por un entramado de madera, constituyendo el centro del Teatro, desde donde el visitante se puede encaminar hacia a la Orchestra por medio de una escalera metálica. Una vez en este nivel la visita continua bajo el Aditus donde se encuentra parte del pavimento original», según se indica en la memoria justificativa del proyecto. «Una vez atravesado el Aditus el recorrido hacia la cávea superior se realiza por la zona sur del Teatro, saliendo del recinto y pasando obligatoriamente por la calle Alcazabilla y tomando la subida hacia la Alcazaba».

Por tanto, la actuación se ubicará en el entorno de la Scena y el Aditus sur del teatro, en la «zona existente encima y lateralmente de las piletas existentes bajo la calle Alcazabilla».

Asimismo, en el contrato se plantea también la necesidad de realizar trabajos de consolidación en la zona que queda bajo la calle Alcazabilla así como en el talud natural del Aditus sur, ya que los muros han quedado «bastante expuestos a las inclemencias meteorológicas, produciéndose pérdida de material», por lo que se debe actuar para evitar «derrumbes futuros».

Restos del pavimento «opus spicatum».

Restos del pavimento «opus spicatum». / Alex Zea

El Teatro Romano de Málaga está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento Artístico, por Decreto de fecha 16 de marzo de 1972.

En el planeamiento urbanístico vigente de la capital malagueña, el Plan General de Ordenación Urbana, está catalogado con el grado A, protección integral.

Como teatro -aunque siempre con un fin propagandístico por parte del Imperio Romano- estuvo en funcionamiento durante dos siglos, empezando a decaer a finales del siglo II d.C. Más tarde empezaría a resultar más rentable la industria del salazón, que acabó acaparando su uso.

Presupuesto y plazos

La intervención, cofinanciada al 80% con fondos Feder, tiene un presupuesto base de licitación de 93.333 euros (IVA incluido) y cuenta con un plazo de ejecución de seis meses.

Las empresas interesadas en presentar sus ofertas para este concurso público que lanza la Consejería de Deporte tienen hasta el 19 de julio.

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