Prevención

La llegada del verano eleva el consumo de alcohol y drogas entre los adolescentes

María Pozas, coordinadora terapéutica de Proyecto Hombre: «Los estupefacientes van de la mano del alcohol». La organización trabaja primero la abstinencia y después la parte emocional

Un estudio incide en la influencia familiar en el consumo de alcohol y cannabis de los jóvenes

Expertos alertan del efecto del consumo de alcohol entre jóvenes

El consumo de alcohol está socialmente aceptado pero entre los jóvenes puede ser la puerta de entrada a otras drogas.

El consumo de alcohol está socialmente aceptado pero entre los jóvenes puede ser la puerta de entrada a otras drogas. / isabel cisneros. málaga

Isabel Cisneros

La edad promedio en la que se empieza a consumir alcohol o alguna sustancia ilegal se sitúa en los 14 años. En los adolescentes se incrementa esta tendencia en verano debido a que tienen más tiempo libre. Virginia Pérez, directora del área de prevención de Proyecto Hombre Málaga, asegura que «los adolescentes no perciben el riesgo, no piensan que sea un problema, y no acuden a ellos por su propio pie».

Las encuestas realizadas por Proyecto Hombre en 2022 reflejan que el alcohol y la cocaína son las principales sustancias por las que se realizan ingresos, con un 75,5% de referencia. La cocaína ha sido la sustancia principal de referencia (38,3%), y en segundo lugar, aparece el consumo problemático de alcohol (37,4%) independientemente del patrón de consumo (17,4% por encima del umbral, 8,6% en cualquier dosis y 11,4% junto a otras drogas).

María Pozas, coordinadora terapéutica de Proyecto Hombre: «El alcohol es la puerta de entrada al consumo de otras sustancias. Podemos decir que los estupefacientes van de la mano del alcohol».

Primer paso: el alcohol

«No es imposible, pero es muy raro que una persona que consuma cocaína o cannabis no lo complemente con alcohol», explica María Pozas.

«El verano se suele asociar al consumo de estas sustancias porque este hecho se relaciona con el ocio y el tiempo libre. Por lo que, las fiestas como la feria o la noche de San Juan, son momentos claves en los que los adolescentes beben alcohol de manera irresponsable. Después puede venir la cocaína, por ejemplo. Las personas suelen venir porque quieren dejar de consumir cocaína, pero no entienden que para eso es necesario dejar el alcohol. El tabaco no lo quitamos porque si no, sería imposible».

El consumo de alcohol es el principal factor de riesgo de la enfermedad hepática.

El consumo de alcohol es el principal factor de riesgo de la enfermedad hepática.

Los factores por los que puede comenzar este problema son múltiples. Oscilan entre la sensación del post-consumo, para encajar en un grupo de iguales, por evadirse de sus pensamientos... «Cuando empezamos a trabajar con los chicos, no es solo el consumo. Primero eliminamos el consumo y analizamos los factores que pueden causarlo; después nos encontramos problemas de autoestima, carencias...», comenta la directora del área de prevención.

Cuando una persona acude a sitios como Proyecto Hombre, los motivos varían según la edad de la persona usuaria. Las profesionales de la organización afirman que los adolescentes «no van por su propio pie. Normalmente es porque el juzgado, su familia o el centro de menores lo solicita, porque ellos no ven la necesidad de tratarse. Por lo que nos cuesta mucho crear lazos. Nos tenemos que reinventar día a día con ellos». Por otro lado, los pacientes que superan los 25 años y están en los proyectos es gracias a que «las familias o la pareja les han dado un ultimátum».

¿Cómo actuar?

Cada persona tiene unas necesidades y una situación individual. Es por ello que resulta imprescindible trabajar con las personas usuarias de manera personal e individualizada. Siempre va a haber diferentes áreas. «Las diferentes áreas que interfieren en la vida de una persona van a tener peso. Esto no se trata de se me cruza un cable en el cerebro y me vuelvo adicto», afirma Pérez.

Con los mayores de 25 el plan es claro: lo primero es dejar de consumir. Cuando se produce la abstinencia, se marcan unos hábitos saludables de comida, sueño, ejercicio... Por último se trabaja la relación con el entorno. «Una persona que es súper responsable en el trabajo, puede consumir y presentar conductas negativas con su familia. Suelen encerrarse en sí mismos y no contar cómo se sienten», explica María Pozas. En Proyecto Hombre cuentan con varios proyectos que se amoldan a la situación de cada uno: programa Base, programa Concilia, programa Estima, programa Joven y programa Alaia; entre otros.

Aumentan los casos de menores adictos en Málaga.  |  (REUTERS/GORAN TOMASEVIC)

El consumo de cannabis aumenta en Málaga. | (REUTERS/GORAN TOMASEVIC) / chaima laghrissi rochdi. málagachaima laghrissi rochdi

Tratar con los adolescentes

Los adolescentes «no son matemáticas». Para Virginia Pérez, directora del Área de Prevención de Proyecto Hombre: «Un adolescente no suele cumplir los criterios que marcan la adicción porque no tiene la trayectoria de un adulto, no les ha dado tiempo. No quieren venir. Trabajamos para formar un vínculo y que sepan que aquí tienen su espacio, que no se les va a juzgar. Les ayuda saber que el trabajo y la responsabilidad no es solo de ellos, sino de las familias también. Nos esforzamos porque sepan qué son las responsabilidades, en cambiar las malas conductas y marcamos objetivos para pactar hasta dónde podemos llegar».

Cuando ya se alcanza la abstinencia durante varios meses se trata el área emocional. «En la parte psicológica hay mucho que analizar. No suele ser por un hecho puntual que se ha dado en la vida del paciente, sino por un conjunto», sostiene María Pozas. En la organización se hacen controles semanales de orina para supervisar la evolución de la persona usuaria.

«Aquí dos y dos nunca son cuatro. Hay excepciones y cada persona es un mundo. Cuando una persona viene para dejar la cocaína y le quitamos el alcohol, precisamente es para que se mantenga el máximo tiempo en abstinencia y le dé tiempo de analizar qué ha pasado. Normalmente, en este caso, cuando recaen, no es en la cocaína, sino en el alcohol. Hay muchas personas que no renuncian al consumo del alcohol, pero es muy difícil mantener un consumo responsable», aclara María Pozas.

El informe ejecutivo EDADES 2022, del Ministerio de Sanidad, arroja las opiniones de la ciudadanía sobre cómo solucionar el problema de la ingesta de alcohol y drogas. La ciudadanía considera que las medidas más importantes para resolver el problema de las drogas son las formativas (88,3%), tratamiento voluntario a los consumidores (81,6%), y las campañas publicitarias (79,6%). Entre las medidas menos populares se encuentran la legalización de todas las drogas (el 19,7% considera que sería una medida muy importante) y la legalización del cannabis (33,8%). Estas dos últimas opciones han disminuido con respecto al año 2020 (de 24,8% y 36,5%, respectivamente).

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