Premiados por prestar su voz para lograr una escuela inclusiva

El grupo ‘Estudiantes por la inclusión’, impulsado entre otros por el profesor de la Universidad de Málaga Ignacio Calderón, acaba de ganar el Premio Mundial del Síndrome de Down

Para que las escuelas sean realmente inclusivas debe cambiar el sistema y eso sólo lo puede hacer la gente desde dentro. Esta es la idea de la que parte este gran proyecto, en el que trabajan investigadores de la UMA, profesionales, familias y jóvenes muy diversos de toda España, entre ellos los que han sido merecedores de este galardón

Asamblea en Madrid en 2022, en el marco de este amplio proyecto que trabaja por la inclusión.

Asamblea en Madrid en 2022, en el marco de este amplio proyecto que trabaja por la inclusión. / L. O.

Las escuelas tienen que ser para todos, cuidar a cada alumno y hacerle sentir bienvenido, querido. Pero aún hay muchos estudiantes y familias que sufren porque son expulsadas del colegio por su clase social, nacionalidad, etnia, capacidades, orientación sexual o identidad de género. La escuela inclusiva nace de la necesidad de transformar esa realidad y en ello trabajan numerosos profesores, investigadores, familias y jóvenes.

‘Estudiantes por la inclusión, iniciativa impulsada desde la Universidad de Málaga, ha ganado el ‘World Down Syndrome Awards’ 2023. Uno de sus responsables, Ignacio Calderón, profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UMA, destaca que este es un premio a la «voz del alumnado», que tiene el valor particular de «poder contar qué es lo que puede mejorarse en las escuelas».

Y así lo ha hecho este grupo de estudiantes que nació durante la pandemia con la idea de hacer una guía para alumnos de Secundaria que ayudase a construir escuelas inclusivas.

«El grupo tenía mucha diversidad interna, pero de lo que estuvieron hablando fue de sus experiencias y no de esas categorías», detalla el profesor. El resultado, una guía que se presentó a la ministra de Educación, Pilar Alegría, y con la que ahora trabajan muchos centros educativos.

Entre estos jóvenes hay estudiantes de Málaga, pero también del resto de España, y hoy continúan trabajando por la inclusión dando formación a profesores o participando en eventos. «Son gente común como otros estudiantes, pero que se han puesto juntos a pensar lo que pasa en las escuelas y a reclamar que tienen que ser para todos», subraya Ignacio Calderón.

Por ello, no sólo han recibido este premio sino que también tienen el de la Asociación Americana de Investigación Educativa.

Esta propuesta forma parte de un proyecto más grande titulado ‘Narrativas emergentes para la construcción de escuelas inclusivas’, que se inició en 2018 y del que han salido ya numerosas herramientas.

El profesor Calderón explica que se trata de un proyecto de investigación y acción participativa «que va creciendo con la gente». Y tanto ha crecido desde su puesta en marcha que calcula que cuenta con unos 700 participantes, con distintos grados de intensidad.

El grupo motor está compuesto por unas 80 personas, de las que 15 son investigadores universitarios como el propio Calderón y las investigadoras de la Universidad de Málaga Teresa Rascón y Luz Mojtar.

«El proyecto parte de una idea: que la gente común tiene saberes que son valiosos para construir escuelas inclusivas», resume el docente. Por ello, han ido a buscar a esas personas, aunando a expertos, familias, jóvenes y profesionales a los que escuchar.

«La idea es que la educación inclusiva, para que realmente sea inclusiva, tiene que cambiar el sistema. Y el sistema lo cambia la gente desde dentro».

Proyecto 'En el aula caben todos' sobre inclusión educativa. Universidad de Málaga.

Ignacio Calderón, María Teresa Rascón y Luz Mojtar, de la UMA. / L. O.

Guías y un documental

Desde que empezaron en 2018 trabajando con el CEIP La Parra de Almáchar a modo de escuela piloto, han impulsado distintos productos y herramientas que ayuden a transformar el sistema.

Entre ellos destaca una publicación que recoge las líneas de trabajo para desarrollar políticas de educación inclusiva. Un texto elaborado con las conversaciones telemáticas que un grupo de unas 200 personas mantuvo durante la pandemia. Alumnado, profesionales, equipos directivos, investigadores universitarios y políticos, unidos para trabajar por la inclusión.

Otro de los trabajos que han realizado, en este caso el grupo de jóvenes y las familias, es el documental ‘Quererla es crearla’, que defiende la necesidad de generar un movimiento social que haga realidad la escuela inclusiva. Un material audiovisual del que ha habido ya más de 200 proyecciones colectivas en diez países y que se ha subtitulado a numerosos idiomas como el japonés, el esperanto, el árabe o el ruso.

Todos son instrumentos necesarios porque, como explica Ignacio Calderón, «queda muchísimo por hacer y se están dando pasos atrás». Destaca que este curso, en España, ha habido un 4,2% más de estudiantes «etiquetados» como con necesidades educativas especiales.

«Esto significa que estamos ahondando en la brecha. Estamos haciendo un proceso de etiquetado y están proliferando mucho las aulas específicas, que son modalidades de escolarización excluyentes y que están en contra de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad», apunta.

En su opinión, se siguen haciendo cosas que no se pueden legalmente y que «científicamente está comprobado que no son la solución, sino parte del problema».

No sólo más inversión económica

Este profesor de la UMA, uno de los mayores expertos en inclusión, asegura que no se trata sólo de invertir más, «porque si los recursos se invierten por ejemplo de manera segregada, estamos incidiendo en el mismo problema».

Igualmente aboga por que se creen más y mejores planes de formación del profesorado, porque no sólo debe haber más especialistas, sino que «todos debemos aprender a tratar a todo el alumnado». Además, ve fundamental trabajar de la mano con las familias.

Herramientas como una guía para las familias titulada ‘Cómo disentir’ y que se publicará en los próximos días son muy valiosas en este proceso de transformación.

Calderón rebate uno de los argumentos clásicos de quienes defienden la segregación, el que se retrase al resto del alumnado. «Es falso», dice tajante, y asegura que hay investigaciones que muestran el valor social de la educación inclusiva frente a la segregada.

En el plano personal, él mismo afirma que la relación con su hermano menor, con Síndrome de Down, «a mí me ha hecho mejor y a él lo ha hecho mejor».

Por eso, este proyecto trata de lograr que el mundo entero vea lo que muchas familias ya han visto, que sus hijos o hijas son valiosos: «La escuela inclusiva va de transformar la escuela ordinaria. No de transformar a la persona que históricamente se ha pensado que estaba mal».

El debate sobre ‘educación inclusiva sí o no’, que persiste, no tiene sentido ante la evidencia científica, defiende este movimiento. Y aseguran que lo que hace falta es voluntad política.

Sus próximos pasos les llevarán hasta América Latina, donde este colectivo por la inclusión ya está presente pero quiere tener más fuerza con el respaldo de la evidencia científica. Eso sí, harán una parada en Nueva York el 21 de marzo, Día Mundial del Síndrome de Down, para presentar el proyecto en Naciones Unidas. Para consultar más información: https://creemoseducacioninclusiva.com/

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