Entrevista | Teo López Navarrete Nuevo rector de la Universidad de Málaga (UMA)

«Que Málaga tenga universidades privadas es lo normal, las grandes ciudades las tienen»

Teo López no ve una amenaza en el desembarco de entidades privadas en la capital malagueña: «Es lo propio de una ciudad pujante», dice con el convencimiento de que la UMA «será siempre una universidad pública fuerte, de excelencia»

El nuevo rector de la Universidad de Málaga, Teo López Navarrete.

El nuevo rector de la Universidad de Málaga, Teo López Navarrete. / Álex Zea

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

A Teo López Navarrete (Badajoz, 1960) no se le olvida el día de enero de 1984 en el que llegó a Málaga para hacer su tesis doctoral. Cuatro décadas después, y también en el primer mes del año, iniciará de forma oficial su andadura como rector. No pasa por alto problemas tan actuales como el del alquiler para el alumnado o la precariedad laboral existente en la institución académica.

¿Qué le diría sobre usted a quienes saben que la UMA ha cambiado de rector pero no tienen muchos detalles más sobre la persona que coge las riendas?

Que la persona que ahora ocupa el cargo de rector es profesor de la Facultad de Ciencias, en concreto del departamento de Química Física. Que llegó a hacer su tesis doctoral a Málaga hace 40 años, en enero de 1984 . Y que voy a dedicar toda la ilusión y todo el compromiso a dirigir la institución en los próximos seis años.

¿Qué hubiera pensado si hace justo 40 años, cuando llegó a la Universidad de Málaga desde su Extremadura natal, alguien le vaticina que terminaría al frente del Rectorado?

Es verdad que llegué también con una enorme ilusión. Me dieron una beca del ministerio para hacer mi tesis doctoral y me vine con un profesor con el que ya estaba trabajando en la Universidad de Extremadura, con el profesor Arenas. En aquel momento, con 23 años, tenía muchas ganas de comerme el mundo. Pero ni se me pasó por la cabeza que llegaría a esta responsabilidad.

¿Cómo ha vivido los 25 días que han transcurrido desde que en fechas muy prenavideñas ganó las elecciones?

La primera parte con mucha tranquilidad y muchas ganas de recobrar las fuerzas que se pierden en una campaña tan larga como la que hemos tenido nosotros. Tocaba desconectar, dedicarse a la familia y descansar. Y ahora, en el último periodo, ya pensando en que tenemos que empezar a gobernar la universidad dentro de pocos días. Tenemos que contar con un equipo de dirección sólido y en esa tarea es en la que estamos ahora mismo.

Aquella noche del 12 de diciembre, tras el desenlace de la segunda vuelta, José Ángel Narváez le dijo que a partir de ahora la UMA estará en manos aún mejores que las suyas, ¿se lo tomó como un cumplido?

Conozco al profesor Narváez desde hace muchísimos años. No sólo lo conozco, sino que he estado directamente trabajando con él en diferentes tareas prácticamente 20 años. En tareas de gestión. Sé que, evidentemente, era un cumplido. Pero entiendo que era un cumplido que él sentía, que lo decía de corazón. Se lo agradezco enormemente e intentaré que se cumplan sus palabras. Intentaré que la de Málaga sea una mejor universidad.

¿Qué considera bastante mejorable de la anterior gestión que recibe como herencia?

Esa es una pregunta complicada. Siempre he sido, y lo soy, enormemente respetuoso con todos los cargos de gestión en cualquiera de las tareas que he desempeñado. Y estoy seguro de que las personas que ahora dejan la universidad, empezando por el propio rector, han dado todo su esfuerzo y todo su compromiso por hacer una buena Universidad de Málaga. Es verdad que el tema económico es, sin duda, el que más preocupa a la comunidad universitaria. Lo tendremos que abordar de manera decidida y sanear las cuentas de la universidad lo antes posible. Y también hay tareas que están más alejadas de lo que conoce la opinión pública, ligadas mucho a temas de burocracia, a una gestión muy pesada, tanto para el profesorado como para el personal técnico de gestión, administración y servicios, que tenemos que intentar aliviar y solucionar lo antes posible.

Teo López Navarrete. | ÁLEX ZEA

Teo López Navarrete. / Álex Zea

¿Qué diferencia al Teo López al que le apasiona embutirse en la bata blanca de investigador de aquel que en los últimos años ha sido vicerrector o ha tenido otros cargos institucionales?

En la universidad se va pasando por diferentes tareas y momentos. Siempre he sido una persona muy de investigación. Tuve la fortuna de hacer una estancia postdoctoral en Italia, de cerca de tres años, que me enriqueció. He tenido, y tengo, un grupo de investigación con personas excelentes que han trabajado y siguen haciéndolo en la frontera del conocimiento. Es una etapa preciosa y, en un momento determinado, uno piensa que ya le ha dado el relevo a la generación que viene detrás y se puede dedicar a tareas de gestión, que son también preciosas y requieren un esfuerzo y un compromiso enormes.

Está muy vinculado a la lucha contra el cáncer, en la Asociación para la Investigación Oncológica Malagueña, ¿confía en que la ciencia algún día le dé prácticamente el jaque mate a ese tipo de enfermedades?

Bueno, yo no soy experto. El mundo oncológico lo vivo con la dedicación y la pasión de una persona comprometida con una asociación que está haciendo un bien enorme a la sociedad malagueña. Eso sí, confío en la investigación, que cada vez está dando pasos más avanzados. Se habla de una única enfermedad pero son cientos de enfermedades que se resumen en una sola palabra. Y son cientos de problemas que también se resumen en un único término. No hay un único problema. Poco a poco se están solucionando muchos de ellos. Hay muchos tipos de problemas oncológicos en los que la esperanza de vida es prácticamente del 100%. Pero es cierto que en otros el camino será largo.

Tras un rector de la Facultad de Medicina, el cargo vuelve a la de Ciencias que ya tuvo a Adelaida de la Calle en esas lides, ¿la considera a ella un referente?

Adelaida ha sido una rectora excelente, que además ha sabido proyectar la Universidad de Málaga a nivel nacional. Fue presidenta de la Conferencia de Rectores, de la CRUE. Es una persona con un carisma enorme. Cada rector es diferente y, sin duda, Adelaida es un referente irrepetible dentro de la universidad, por todo lo que ha hecho por ella.

El apoyo mayoritario de los estudiantes a su candidatura resultó decisivo para la victoria, ¿qué lectura hace de ello?

Fui enormemente feliz con todo el trabajo que hicimos con los estudiantes. Creo que fuimos capaces de sentir sus problemas y que ellos fueron capaces de percibir que nosotros teníamos un proyecto sólido. Es una de las satisfacciones más grandes que me llevo del proceso electoral.

¿Qué puede hacer la UMA para que el problema de la vivienda y el precio del alquiler no golpee tan fuerte al alumnado?

Ese es uno de los problemas más importantes que tenemos. Nos hemos comprometido de manera inmediata a crear un observatorio, una oficina, llámese como sea, para ayudar a los estudiantes a que busquen una vivienda digna. También tenemos el compromiso de establecer ayudas para el acceso a la vivienda. Y, además, hay una escasez de plazas en residencias universitarias. Tenemos una única residencia universitaria propia y debemos trabajar para que por la vía de las residencias también se alivie ese problema. Tanto para los estudiantes como para los investigadores, que nos visitan cada vez de forma más frecuente dada la calidad de nuestra universidad.

¿Va a hacer todo lo que esté en su mano para poner fin a la precariedad laboral que sufren algunos sectores del personal docente o investigador?

Hay algunos sectores que están especialmente maltratados. No sólo desde el punto de vista económico, sino incluso desde el punto de vista de sus derechos, del acceso a la investigación, de que se asegure de que tienen capacidad de poder hacer una carrera académica, si realmente tienen interés en ello. Tenemos un mandato de seis años y tendremos que ir arreglando el tema económico para ser más activos en este tipo de políticas, que son políticas que hemos recogido en nuestro programa y que estamos totalmente decididos a abordar.

¿Va a empezar a pedirle más dinero al presidente andaluz, Juanma Moreno, el mismo día en el que prometa su cargo en Sevilla delante de él?

Intentaré hacer un discurso institucional, que es lo que le corresponde a la toma de posesión de un rector. Habrá mucho tiempo y muchas ocasiones para que, de forma inmediata, ambas instituciones se sienten y conversen. Estoy seguro de que la Junta de Andalucía tendrá el mismo interés que la propia universidad en que Málaga cuente con la universidad que se merece. Con la financiación adecuada para que sea la universidad competitiva que ha sido siempre. No me pasa por la cabeza que no vayamos a tener una colaboración absolutamente positiva ambas instituciones para ir de la mano y salir de la situación económica en la que nos encontramos.

Universidades privadas

¿Le están dando tanto la Junta de Andalucía como el Ayuntamiento de Málaga un trato privilegiado a las universidades privadas que quieren instalarse en Málaga?

Quiero pensar que no. No tengo ningún elemento ni ningún tipo de motivo para pensar eso. Que tenga Málaga universidades privadas, como he dicho ya en otras ocasiones, es lo normal. Es lo propio de una ciudad pujante, fuerte. Las grandes ciudades de Europa tienen universidades privadas. Eso no debe extrañar a nadie. Y, como también he dicho siempre, la Universidad de Málaga va a ser la Universidad de Málaga siempre. Y estaremos en lo que corresponde a una universidad pública fuerte, de excelencia, como es la nuestra. No tengo que pensar de otra manera.

¿Ofrece una mala imagen el hecho de que la nueva sede del Rectorado lleve un par de años sin abrirse, por falta de dinero, en la ampliación de Teatinos?

Una imagen buena no ofrece, eso es evidente. Tenemos una falta de espacio enorme. Hay institutos de investigación que no tienen un espacio propio para desarrollar sus tareas. Y, sin embargo, tenemos espacios totalmente finalizados en lo que se refiere a la obra civil y no hemos sido capaces de ponerlos en funcionamiento por los problemas que sean. No es una buena imagen. Es algo que intentaremos también solventar lo antes posible.

Una gran novedad de su mandato es la duración, ¿qué ventajas e inconvenientes ve en los seis años improrrogables frente a los cuatro años con derecho a reelección de antaño?

Pues yo sólo le veo ventajas. Creo que es uno de los mejores puntos que ha recogido la nueva ley, la LOSU. Durante seis años, hay un periodo suficiente para ser capaces de desarrollar un programa electoral. No tener la servidumbre de un proceso electoral en medio -que siempre desgasta y hace que uno pueda matizar sus decisiones porque puedan ser más populares o menos populares- es una enorme ventaja. Que la comunidad universitaria cambie de rector, independientemente de lo que haya hecho bien o lo haya hecho mal en seis años, me parece un acierto total.

Si tuviera que empezar por el final, ¿cómo le gustaría que fuese la UMA dentro de seis años?

Me gustaría que fuese una mejor universidad de lo que es ahora. Siempre hemos defendido que somos una magnífica universidad. Tenemos que estar muy orgullosos de lo que hemos hecho en 50 años. Pero tenemos por delante seguir siendo el motor de Málaga. No solo ir a la misma velocidad que la ciudad, sino ser parte de ese motor que empuja a Málaga a ser la ciudad que es hoy. Y, si dentro de seis años lo hemos conseguido, si hemos dejado una universidad más saneada económicamente, más fuerte, con mejores grupos de investigación, situada de manera evidente más en la vanguardia, pues se haría real el sueño de cualquier rector que empieza ahora su tarea.

¿Le pediría a quienes aspiren a sucederle, a finales de 2029, que no reincidan en una campaña electoral tan sucia como la que ha precedido a su elección?

Haré todo lo posible para evitar algunos errores. No tiene sentido martirizar a una institución durante casi un mes de campaña. La campaña empezó el 15 de noviembre y la segunda vuelta acabó el 12 de diciembre, con el sinsentido añadido de que entre primera y segunda vuelta había 11 días que eran de campaña pero no se podía hacer campaña. Eso no ayudó a que todo el proceso fuese algo más normalizado de lo que resultó ser. Seré capaz de arreglarlo para que haya una campaña más corta, más académica, más centrada en debatir programas universitarios y no tan larga y, a veces, alejada de ese fin.