Historias de Málaga

Alonso Cherino: un gaditano en la conquista de Málaga

Fue una de las personas que participó en la toma de Málaga por los Reyes Católicos, que le premiaron con tierras y ocupó los cargos de cónsul general del Puerto y regidor

Grabado de la ciudad de Málaga hacia 1500, por J. Hoefnagel. Civitates orbisTerrarum, Colonia 1572.

Grabado de la ciudad de Málaga hacia 1500, por J. Hoefnagel. Civitates orbisTerrarum, Colonia 1572. / L. O.

Antonio Lara Villodres

Antonio Lara Villodres

Desde que fue conquistada la ciudad de Málaga el 19 de agosto de 1487, fue estableciéndose en ella un nutrido y variado número de individuos de diferentes procedencias y capas sociales, que habían venido a estas tierras atraídos no solo por la conquista de la ciudad musulmana, sino también por el auge económico y comercial experimentado por su puerto, como consecuencia de abrirse de nuevo al comercio las antiguas rutas.

Uno de aquellos primeros vecinos se llamó Alonso Cherino, el cual fue uno de los inscritos como tal el 29 de agosto de aquel mismo 1487 y declaró 300.000 maravedíes de hacienda y un navío de gavia. Es decir, un individuo perteneciente al ámbito de la actividad marítima y comercial y sobre todo, de una holgada posición económica y social.

Alonso Cherino era natural de Cádiz, y procedía de una importante familia en la que tanto su padre como él ostentaron cargos concejiles. Estuvo casado primeramente con Elvira Ferrer con la que tuvo descendencia y posteriormente, con Isabel de Spínola, miembro de una conocida y rica familia de comerciantes, con la que sí tuvo descendencia.

Cherino y otro regidor se encargaron de las obras para crear la plaza de las cuatro calles de Málaga

Su participación en el cerco de Málaga, constituyó un hecho reconocido por los Reyes Católicos, quienes el 2 de marzo de 1489 en los Repartimientos de la ciudad, le premiaron con tierras en la zona del Perchel, solares en la calle de Tintoreros, en la alcaicería, y diez fanegas de tierras, cercanas al cerro de la torre vieja del Atabal.

Más tarde, 16 de abril de 1490, por Real cédula de 28 de marzo, y expedida en la ciudad de Sevilla, la reina Isabel La Católica le concedió lugar, donde junto a otros marineros, Alonso Cherino construyó una casa para guardar sus aparejos de pesca en la zona llamada el Arenal, cercana a las murallas de la ciudad.

Armas de Alonso Cherino.

Armas de Alonso Cherino. / Archivo de Antonio Lara

Cónsul general del Puerto

Un año más tarde, los monarcas castellanos por Real cédula expedida en Sevilla, volvieron a recompensar sus servicios, concediéndole el oficio de cónsul general del Puerto de Málaga, con el cometido de representar los intereses de los extranjeros que arribaban a nuestra ciudad:

«En 28 de marzo de 1491 se le hizo merced y donación del oficio de cónsul del Puerto de la ciudad de Málaga de todas las naciones de extranjeros que de fuera destos nuestros reinos y señoríos de Castilla a la dicha ciudad viniesen, así por mar como por tierra, con sus naos e mercaderías».

Este cargo tenía analogía con el de un diputado fijo del puerto y con funciones parecidas a las de los concejales actuales. A lo largo del periodo en que ejerció este empleo, Alonso tuvo una participación muy activa respecto al comercio del Puerto a Berbería, incluso fue consultado por los monarcas en este sentido.

Su nombramiento como cónsul constituyó continuas disputas y litigios de competencias, por parte de los concellers de Barcelona, ya que al frente de estos, estaba otro cónsul, nombrado por los monarcas castellanos con anterioridad, llamado Guillen Bret, quien aducía ante el rey Fernando, conflictos jurídicos, mercantiles y de competencias con el cargo que ejercía Alonso Cherino en el puerto de Málaga.

Este mismo año de 1491, por mandato del corregidor y primer alcalde de Málaga, Garci Fernández Enríquez se inició el ensanche y trazado de algunas vías públicas como la calle de Granada que daba apertura desde el centro de la ciudad al mar, y la creación de una plaza, la de las cuatro calles. Las obras finalizaron al año siguiente y estuvieron encomendadas a dos regidores, uno de ellos Alonso Cherino.

En agosto de ese mismo año, se recoge documentalmente la participación del regidor Alonso Cherino en uno de los más suculentos negocios existentes por aquellos días. Se trataba de participar o financiar expediciones a tierras de moros y capturar el mayor botín posible, mediante embarcaciones apropiadas y una tripulación compuesta de valientes marineros.

En una de aquellas incursiones, la expedición financiada por el regidor Alonso capturó un «caravo» musulmán cargado con piezas de hierro y su tripulación en las inmediaciones de la costa granadina.

Fusta, una pequeña embarcación a vela y remos.

Fusta, una pequeña embarcación a vela y remos. / L. O.

Cuando se dispuso a llevar a cabo el reparto, el regidor exigió la mayor parte del botín, acto que fue recriminado por su tripulación, quienes elevaron su protesta al propio corregidor de la plaza de Málaga. Este obligó a Alonso a que pagase la quinta parte del mismo que resultó ser una elevada suma, con la que satisfacía la demanda de la tripulación.

Tras esta mala praxis y según consta documentalmente, Alonso como vecino de Málaga, volvió a sus tareas del mar y unos años más tarde, en 1495, elevó una queja al monarca don Fernando, suplicando se hiciera reparación de daños, como consecuencia de haberse hundido su embarcación por un fuerte oleaje sufrido, al estar esperando la nave del corregidor.

Se deduce de ello que por aquellos días Alonso ejercía labores de apoyo con su nave, por las costas de Málaga. Quizás en compensación a esta perdida, el monarca la tuvo en cuenta y dejó indicado a los señores repartidores que se le atendiera. En el mes de octubre de aquel mismo año, al regidor Cherino le fueron concedidas diez aranzadas de tierras de acebuches en la zona denominada Campo de Cámara.

Un año más tarde, 29 de junio de 1496, el regidor Alonso como había sido considerado como de las cinco partes en los Repartimientos, solicitó a los monarcas un sitio de venta en el camino de Almogía, de la parte otro de Cantarrayan entre ella y la de Vinagre de la otra parte del cerro alcornocal, en las tierras que tiene allí compradas.

También se le concedió un sitio en Bezmiliana para levantar un mesón y una venta, ya que este lugar era de los más transitado de la Axarquía. Y por lo que hemos podido recabar, Alonso Cherino estuvo implicado en muchísimos negocios de muy variado tipo, que le proporcionaron un ingente patrimonio.

Con sus naves y hombres defendió la ciudad de la amenaza de los piratas berberiscos 

Los portales de la plaza Mayor

Otro de los cometidos que llevó a cabo durante el periodo de ensanche de la ciudad fue el de supervisar las maderas que iban a constituir el armazón y soporte de los portales de la plaza Mayor. Su sobrada experiencia lleva a los monarcas el 17 de septiembre de 1498, a nombrarle alcalde de la villa de Coín, nombramiento que recibió de manos del corregidor.

Como regidor del primer Consejo malagueño, Alonso estuvo en ese cometido a lo largo de los años 1490 al 1495 y desde 1496 a 1503. Y a partir de 1508, lo fue como regidor vitalicio.

Precisamente el 18 de noviembre de 1508, se recoge que la reina Doña Juana, por Real Cédula de esa fecha, y a sugerencia del propio Cherino, la envía a todos los justicias de las ciudades de Antequera, Ronda, Archidona y Loja para que obedecieran lo estipulado en las ordenanzas, en lo concerniente al abastecimiento del trigo para todos aquellos pueblos. Nuestro regidor puso un gran celo en el cometido de aquella misión para que la administración del cereal fuera equitativa y no hubiera intromisión alguna.

Precisamente, al siguiente año de 1509, en el acta de Cabildo del Consejo de fecha 28 de agosto, aparece una nueva intervención de Alonso Cherino. En él, se expuso y discutió el fraude que existía en la venta de comidas, en los mesones. En el acta, cada uno de los regidores emitió su voto positivo o negativo. Los Jurados al decir del acta, expusieron al cabildo el descontento del público, respecto a la venta del pescado y demás viandas que vendían los taberneros a precios abusivos.

Cárabo, pequeña embarcación de remo y vela, usada en las costas de África.

Cárabo, pequeña embarcación de remo y vela, usada en las costas de África. / Archivo Antonio Lara Villodres

Piratas berberiscos

Años más tarde, 1522, el Emperador Carlos V por Real privilegio dado en Valladolid el 22 de octubre de ese año, le concedió las Armas que se muestran. La concesión estuvo en función del apoyo que prestó a la Corona, con sus naves y hombres de mar, en la defensa de la ciudad, como capitán de la costa del Reino de Granada, tras cesar en aquel cometido el vizcaíno Garci López de Arriarán.

Eran tiempos en que nuestras costas eran atacadas constantemente por piratas berberiscos y el Turco, debido al auge económico experimentado en la zona, posiblemente como consecuencia de las nuevas vías comerciales abiertas hacia el Levante, y posteriormente, la autorización que le concedió el monarca don Fernando de Aragón a Málaga, el 15 de enero de 1529, para que ésta pudiera comerciar con la Indias. Por ello, nuestro personaje con sus naves estuvo en la defensa de las costas tanto de nuestro litoral como las africanas de la que era un buen conocedor.

Sus servicios a la Corona fueron largamente recompensados no solo por los Reyes Católicos sino también por su hija doña Juana y su nieto el emperador Carlos.

Se desconoce si Alonso Cherino falleció o no en Málaga, aunque todo apunta que así fue ya que legó en su hijo Francisco, el título de regidor perpetuo.

En estas breves líneas se ha querido recordar a uno de los personajes andaluces que intervinieron en la conquista de nuestra ciudad el 19 de agosto de 1487 dejando su impronta personal para la historia local.

Suscríbete para seguir leyendo