Anna Freixas I Autora de ‘Nuestra Menopausia. Una versión no oficial’

«La menopausia es una transición que nos lleva a una vida mejor»

Anna Freixas, autora de ‘Nuestra Menopausia. Una versión no oficial’, desmonta los mitos asociados a esta etapa de la vida de las mujeres que defiende que debería ser vista como una oportunidad

La autora Anna Freixas.

La autora Anna Freixas. / REMEDIOS MALVAREZ

Arancha Tejero

Arancha Tejero

Anna Freixas (Barcelona, 77 años) recuerda que el término menopausia fue utilizado por primera vez en 1816 por el médico francés C.P.L. de Gardanne, quien la describió como el ‘infierno de las mujeres’. «Mal empezamos», reconoce la psicóloga, que en la reedición de su libro ‘Nuestra Menopausia. Una versión no oficial’ (Capitán Swing, 2024), elaborado a partir de la experiencia de 135 mujeres y años de estudio, trata de acabar con la visión medicalizada y peyorativa de esta etapa de la vida, que, para Freixas, debería ser vista como una «oportunidad».

Su libro se titula ‘Nuestra menopausia. Una versión no oficial’, ¿cuál es el problema con la versión oficial actual?

En este libro lo que quiero decir es que la opinión que suele predominar es una opinión clínica que parte de la consideración de la menopausia como una enfermedad, o como un déficit hormonal, y yo parto de las palabras y de la experiencia de las propias mujeres hablando de su transición.

¿Considera entonces que hace falta una nueva conceptualización de la menopausia? En el libro se refiere a ella como ‘la edad de la renovación’.

Esa visión que planteo yo no es únicamente mía, sino de un movimiento importante de pensadoras. En el fondo de lo que se trata es de otorgar un significado, primero, no peyorativo, y segundo, real. Hablar de esas ventajas o de esas buenas noticias que trae la menopausia a la vida de las mujeres.

¿Y cuáles son esas ventajas?

Primero, no te puedes quedar embarazada, cosa importante. Segundo, tus niveles de pérdida de sangre y de hierro se detienen, con lo cual estás mucho mejor. No tienes esa variabilidad de cambios de humor que algunas mujeres pueden tener en el periodo fértil. No te duele el pecho, no te duele la cabeza… aunque quiero que quede claro que yo no digo que esas cosas sean universales. Pero también tu sexualidad no depende ya de esto y, por lo tanto, puedes tener una mayor libertad. Profesionalmente solemos estar en un buen momento. También es una oportunidad para ver qué pasa con tu pareja. Es decir, es un momento de balance porque te queda la mitad de la vida por delante. Antes nos moríamos a los 60. Ahora nos morimos pasados los 90. Eso quiere decir que nos quedan 40 años por delante y hay que tomar las riendas de cómo vamos a querer vivirlos.

¿Cree que la menopausia continúa siendo un tabú?

Bueno, sobre todo, un tabú en el sentido de que las mujeres, por ejemplo, que están en esa transición, tratan de ocultarlo por las consecuencias negativas que trae la menopausia socialmente. Es decir, por los estereotipos negativos asociados culturalmente a la menopausia. Las mujeres jóvenes temen la menopausia por los estereotipos y lectura negativa que hace la cultura acerca de esa transición.

En el libro menciona que en las culturas asiáticas las mujeres mayores disfrutan de un estatus social y de prestigio más alto que las jóvenes, ¿por qué cree que esto no ocurre en países como España?

Porque en nuestra cultura todavía sigue anclada la idea de que a partir de la menopausia ya no somos mujeres. No somos elegibles sexualmente. Pero es una decisión patriarcal. ¿Por qué no somos elegibles sexualmente? Si nuestro deseo y capacidad sexual no tiene por qué, indefectiblemente, desaparecer o perjudicarse con la menopausia. Al final es un planteamiento muy peyorativo para las mujeres, que hace el mundo grande a los hombres. Susan Sontag decía que mientras los hombres maduran, las mujeres envejecen. Mientras ellos son interesantes con sus canas y sus arrugas y mejoran su estatus, nosotras empeoramos. Yo creo que ahora uno de los aspectos más importantes es la cantidad de mujeres que están mostrando los signos de la edad y su enorme capacidad para el buen hacer social, político, cultural, etc.

¿El desvanecimiento del deseo sexual es otro mito a desmontar en torno a la menopausia?

No hay una sola menopausia. Y no hay una sola sexualidad. La menopausia es un proceso que varía tanto como la identidad de las propias mujeres. Hay mujeres que después de la menopausia no desean aplicar a la sexualidad la energía que tuvieron que dedicar en otro momento, y, en cambio, hay otras que mejoran su sexualidad, que encuentran nuevas parejas, que renegocian con su pareja su vida sexual y eso supone un progreso en la misma. O sea que la menopausia afecta. Es un momento de toma de decisiones y de reevaluación, en el que las mujeres aprovechan esa oportunidad para repensar su vida.

Un capítulo de su libro lo titula ‘No es tan fiero como lo pintan’, ¿cree que se han exagerado los efectos negativos de la menopausia?

Tiene que ver con la importancia de hablar de signos en lugar de síntomas. No se puede patologizar todo lo que ocurre. No se medicalizó en su momento la menar. Tuvimos la regla y seguimos tan campantes. Es verdad que teníamos bastantes signos que nos incordiaban, pero todo proceso corporal no tiene por qué ser medicalizado. El cuerpo se tiene que adaptar a una cantidad determinada de hormonas. Teníamos unas hormonas que nos permitían ser fértiles y, ahora que no vamos a tener criaturas, el cuerpo tiene las hormonas que necesita para vivir ese tiempo.

Uno de los aspectos polémicos de este tema, y al que dedica un amplio espacio en su libro, son los tratamientos hormonales, ¿por qué considera un error tomarlos durante esta etapa?

Yo no soy médica, empezando por aquí. Pero está claro que hay muchos estudios que demuestran que el tratamiento hormonal debe ser utilizado exclusivamente para aquellas mujeres que lo necesitan por su situación, pero no puede ser utilizado en mujeres que no tienen ningún tipo de problema. No se puede universalizar un tratamiento que, además, se ha demostrado que tiene problemas muy importantes y muy graves en la vida de las mujeres.

En el libro habla de la industria de la menopausia, ¿quiénes son?

Toda esa parte de la clase médica, farmacéutica, estética… es decir, todos los personajes que contribuyen a patologizar un proceso que es natural en la vida de las mujeres. Es algo que forma parte del programa biológico de nuestro cuerpo: tendrás la regla y se irá. Y nuestro cuerpo se tiene que adaptar a la cantidad de hormonas que tenemos en un momento determinado. Para algunas mujeres implica una serie de molestias que, en algunos casos, son importantes, por supuesto, pero eso no supone que sea algo que afecta a todas las mujeres. Ni muchísimo menos. Afecta a un porcentaje pequeño de mujeres, que son las que salen en los libros como si fueran todas. Para mí la idea más importante al final es que no hay una sola menopausia y que no es una enfermedad. La menopausia es una transición que nos lleva a una vida mucho mejor que la anterior en la mayoría de los casos, y luego, a la larga, todas las mujeres te dicen que lo mejor que les ha pasado en la vida es la menopausia.