En enero del año pasado, la sección dominical ‘Mirando atrás’ dedicó un reportaje doble al artista cordobés y catedrático de la UMA Martín Merino (1937-2020) quien también estuvo muy unido al Instituto Gaona, del que fue profesor durante una década.
El reportaje, firmado por el autor de estas líneas, se titulaba ‘Martín Merino: el artista total’, porque compaginó la pintura con el dibujo, la escultura y la enseñanza.
Martín Merino: el artista total
Pero también se puede extender eso de ‘total’ a su afán por entender el arte desde el principio del todo, cuando nace de las manos infantiles.
De este afán por observar el arte, aprender de todo y sacar conclusiones nace un libro original y prodigioso, editado por vez primera por la Diputación de Málaga en 1996, con posteriores ediciones.
Viene muy bien para estas fechas porque se titula ‘Dibujos infantiles sobre la Semana Santa de Málaga’ y es muchísimo más que una colección de dibujos cofrades hechos por los más pequeños.
El entonces profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UMA entra de lleno en la plasmación artística infantil de algo tan fascinante y complejo como es la Semana Santa, para analizar sus creaciones como un experto, con afán divulgativo, mucha seriedad y respeto.
Por este libro desfilan tronos, vírgenes, crucificados, nazarenos, hombres de trono de fuerza portentosa... dibujos realizados con el pragmatismo de quien va al grano, sin florituras, para contar ese espectáculo que tanto impresiona a los niños y que a veces plasman con perspectivas imposibles o técnicas que nos recuerdan la simplicidad de algunos trazos de la Prehistoria.
Con el libro de Martín Merino se aprende a volver a mirar la vida con ojos de niño, porque el profesor se mete en la mente infantil para explicarnos el proceso de creación de los dibujos.
Gracias a la colaboración de amigos profesores y procedentes de los entornos sociales más variados, el autor cuenta que llegó a recopilar 5.380 dibujos de alumnado de Infantil y Primaria.
Una tarea ingente que cumple muchos objetivos, no sólo aportar un punto de vista distinto a nuestra Semana Santa, también el conocer mejor la expresión infantil del arte y en suma, entender un poco más el misterio artístico.
Lástima que este libro se publicara originalmente 23 años después de la muerte de Pablo Picasso. Pocas dudas hay de que el pintor malagueño habría quedado fascinado con esta preciosa obra de un artista total.