A menos de dos semanas de que se cumpla el décimo aniversario del último ascenso del Málaga CF a Primera División, uno de los héroes de ese equipo histórico liderados por Juan Ramón López Muñiz, Antonio Hidalgo, repasa para La Opinión de Málaga las claves del éxito de aquel equipo que no estaba entre los favoritos para luchar por subir a la máxima categoría. Inmersos en el proceso concursal, una plantilla a coste cero, 12 fichajes casi desconocidos para la afición y las malas sensaciones de la temporada anterior, donde coqueteó con el descenso a Segunda B, no hacían presagiar aquella hazaña y tras la que el malaguismo ha podido disfrutar de la mejor época del club antes de volver a caer a los infiernos de Segunda esta temporada, tras una nefasta temporada.

Hidalgo, que ahora ejerce como segundo entrenador en el AEK Larnaca de la liga chipriota, recuerda con nostalgia aquella temporada, donde él fue la principal estrella del Málaga con 14 goles. «Lo recuerdo con mucha nostalgia. Fue un año muy difícil, veníamos de otro aún más complicado, salvándonos en la penúltima jornada en casa. Se dieron situaciones en las que el club trabajó con tranquilidad, el equipo se formó muy pronto y empezamos muy bien la temporada. También teníamos la ley concursal por medio, pero al final logramos el ascenso que ha permitido que el Málaga esté 10 temporadas en Primera», recuerda el exfutbolista desde Barcelona, donde pasa las vacaciones junto a su familia.

Aquel ascenso comenzó a cimentarse al principio de temporada, con siete triunfos consecutivos que catapultaron al Málaga y ya no se bajó de los puestos altos, aunque Hidalgo considera que empezó a fraguarse, en el stage de pretemporada en Antequera. «La gente tiene la idea de marcharse fuera y hacer las pretemporadas en el extranjero, pero nosotros estuvimos genial en Antequera. Es cierto que hacía un calor horrible. Empezamos a sufrir allí, pero apretamos los dientes, hicimos una pretemporada muy buena que nos permitió llegar a un punto óptimo al principio de liga y ganar siete partidos seguidos. Teníamos los mimbres y el compromiso para hacerlo, aunque es algo muy complicado de lograr», reflexiona.

El centrocampista catalán estuvo tres temporadas en el Málaga, donde vivió un descenso, un curso muy complicado en Segunda y un ascenso a Primera. Un periodo que bien puede definir la historia de la entidad de Martiricos. «Lo he vivido todo, me he curtido allí. Gracias a Dios mi trayectoria en Málaga fue de vivir cosas malas a cosas buenas. Fueron tres años de montaña rusa de sensaciones, pero con un cariño y mucha gente detrás. He vivido otros ascensos en otros equipos, pero ninguno como el de Málaga por el apoyo de la afición».

Lo cierto es que pese al gran inicio de temporada, el Málaga llegó muy justo al final de temporada. En aquella temporada la Segunda División también contaba con 22 equipos -como la actual- pero el formato de ascenso era diferente, ya que subían a Primera tres equipos de manera directa. Así, el Málaga llegó a la última jornada jugándose el ascenso en casa ante el Tenerife, donde dependía de sí mismo para subir. El Málaga ganó (2-1) y Antonio Hidalgo se hizo eterno en la historia de la entidad de Martiricos con un doblete para la eternidad. El exfutbolista aún se emociona al recordar aquel 15 de junio de 2008. «Es uno de los días más felices como futbolista. Fue un día grande, te toca jugar, campo lleno... y encima pude ser el protagonista. Se me ponen los pelos de punta al recordarlo. Pudimos haber ascendido en la jornada anterior en Granada, pero fallamos y empatamos. Sabíamos que no se nos podía escapar».

Y es que, Hidalgo mantiene muy vivo el recuerdo de esos dos goles y ve el vídeo del partido bastante a menudo. «Tengo dos niños que de vez en cuando me piden volver a verlo, pero creo que me hace más ilusión a mí que a ellos», bromea el exmalaguista.

Un ascenso muy trabajado y luchado que propició que el vestuario fuese una piña. Hoy en día sigue teniendo amistad con muchos jugadores pese al paso de los años. «Hablo mucho con Santi Carpintero, mantengo relación con Nabil Baha, Jesús Gámez, Calleja... La distancia y el tiempo hacen que las relaciones sean difíciles pero cuando pasas tantas cosas en poco tiempo se produce esa unidad».

Si hay que destacar la figura de alguien en ese ascenso, Hidalgo señala a Juan Ramón López Muñiz, entrenador y al que vería como una gran opción para intentar volver a Primera esta temporada. «Es un momento crucial para el club, tiene que hilar muy fino y saber lo que trae. Cuanto antes se aclaren las cosas, mejor. El mercado es complicado, y más en Segunda, aunque ahora hay más dinero del que había en nuestra época. Hay que buscar buenos jugadores, pero también ganas de progresar y ambición. Muñiz conoce la casa, ha estado en dos etapas diferentes y cuenta con el respaldo de la afición».

En todo caso, el exmalaguista asegura que la afición es el principal activo del club y el motor que llevará al Málaga a volver a Primera. «La afición sabe que es el principal activo del club, sabe que la gran parte de lo que pase la temporada que viene va a depender de ellos. Va a haber muchos momentos malos y la afición tira de ti. La Rosaleda tiene que estar llena cada partido y tirar de los jugadores».

Hidalgo seguirá la próxima temporada como miembro del cuerpo técnico del AEK Larnaca, como mano derecha de Imanol Idiákez, pero se prepara para algún día poder entrenar al Málaga CF. «Me preparo para eso. El mundo de los banquillos es complicado, pero ojalá algún día pueda volver a España a entrenar y si fuese en el Málaga, mucho mejor. Es un club que conozco, una ciudad espectacular y encima tengo un hijo malagueño que le encantaría volver», asegura.