No importa. Da igual si el Málaga CF juega en Primera, en Segunda o si lo hace en Segunda B. Si viste de Nike o si lo hace con marca la «Pepa». Si juega a las 17.00 horas - con la ´fresca´- o si lo hace a las 22.00 horas -casi de after-. Todo eso queda en un segundo plano porque los estrenos siempre son especiales, guardan un simbolismo ajeno casi al raciocinio. Y esta noche, el nuevo Málaga CF de la Liga 123, de Muñiz y de N´Diaye, al fin se viste de corto para ponerse delante de su afición y para comenzar, en casa, la larga carrera por el ascenso.

Por lo tanto, hoy no es un día más. Será el momento de ver de cerca a las caras nuevas, comprobar si han evolucionado algunos de los que ya estaban y también confirmar si han cambiado el chip otros que no dieron el rendimiento esperado el curso pasado. Pero todos tienen en común que visten de blanquiazul. Y que llegados a este punto, poco debe importar al malaguismo si el rival es el Brasil del 70´ o la AD Alcorcón, conjunto que abre la senda por el infierno en Martiricos este año.

Hoy lo que toca es remar. Como el resto de los 20 partidos que tendrá el Málaga CF esta temporada como local. Porque si algo caracteriza a la categoría es por la dureza que atesora, por la igualdad y por inestabilidad de los equipos. Al ser una competición tan larga, las rachas vienen y van. Pero el Málaga CF, con uno de los estadios más grandes de Segunda, puede contar con el factor campo como un valor a tener en alza.

La semana pasada el Málaga CF arrancó la competición en el Anxo Carro. El estadio del Lugo cuenta con una capacidad de 7.840 espectadores. Y ante el conjunto blanquiazul acudieron poco más de la mitad del aforo. Si el Málaga puede convertir Martiricos en una caldera cada semana, tendrá mucho ganado.

Ése será el papel de la afición, que ha pegado un arreón en los últimos días para llegar a los 18.000 abonados a la causa. Pero el Málaga CF, el equipo de Muñiz, también debe responder sobre el césped.

La victoria en la primer jornada fue un anticipio. Desde luego, el Málaga ganará más partidos este año que el curso pasado, pero casi debe estar obligado a ganarlos todos en casa. Para ello, Muñiz aún trabaja con un ojo en su plantilla y otro en los despachos. Porque el Málaga CF, esta noche, jugará contra el Alcorcón y también contra el límite salarial.

Y es que las restricciones económicas de LaLiga impiden hasta el momento poder inscribir más jugadores para que estén a las órdenes de Muñiz. Es decir que Pacheco, Koné, Boulahroud y Haksabanovic no podrán ser de la partida a no ser que haya novedades en las próximas horas. De hecho, Muñiz ha dilatado la convocatoria para el duelo hasta horas antes del partido, a la espera de novedades.

Será complicado y lo más seguro es que el Málaga vuelva a contar con los mismos jugadores que lo hicieron el pasado sábado en Lugo, donde consiguió remontar in extremis.

Eso sí, el asturiano podría hacer cambios en el once. Podría entrar Diego González -que cumplió sanción-, Juankar e incluso el delantero Blanco. Hicham, la gran revolución en Lugo, podría esperar en el banquillo.

En el Alcorcón hay un viejo conocido como es Toribio, ahora capitán. Los amarillos, con poca presión, llegan como un equipo curtido y peligroso. No será fácil el estreno para La Rosaleda en la Liga 123.