El Málaga CF se va de «gira» las próximas dos jornadas de LaLiga 123, lo que, viendo los números, supone un alivio para el cuadro que dirige Juan Ramón López Muñiz. El Málaga coge la carretera para medirse de manera consecutiva al Numancia, el próximo lunes; y al Nástic de Tarragona, el domingo 24 de marzo. Dos encuentros seguidos lejos de La Rosaleda para tratar de reengancharse de nuevo a los puestos de ascenso directo tras la durísima derrota cosechada a principios de esta semana contra el Osasuna, líder de la categoría, en Martiricos.

Y es que, no está siendo un prometedor primer trimestre de 2019 para el Málaga CF. El equipo ha bajado muchos enteros como local en este arranque de año y paradójicamente maneja mejores guarismos lejos de Martiricos en estos 10 partidos que se han disputado tras el parón navideño. El balance en casa es de 6 puntos, con una victoria, tres empates y dos derrotas en seis partidos, además de un golaverage negativo de -2 con dos goles a favor y 4 en contra. Por su parte, fuera de casa la cosa cambia y el Málaga se está manejando con registros más que aceptables.

Así las cosas, el balance a domicilio es de 8 puntos, con dos victorias y dos empates, además de un golaverage positivo con 4 tantos a favor y 1 en contra.

Por ello, las sensaciones que transmite el equipo demuestran que está más cómodo jugando de visitante que de local. Las expectativas al inicio de 2019 eran altísimas y con la visita del Reus para estrenar el año el Día de Reyes, el malaguismo se relamía. Pero el equipo catalán, pocas semanas antes de que fuera descalificado de la competición y ya con medio pie fuera de Segunda, se presentó en La Rosaleda para dar un revolcón inesperado al Málaga (0-3).

Desde ahí, su tendencia como local ha sido, cuanto menos, irregular. El siguiente partido en casa venció al Lugo por 2-1 (único triunfo en casa este año), aunque no sin sufrimiento. Tras ello, el Málaga acumula cuatro partidos sin ganar en casa después de empatar ante Almería (1-1), Las Palmas (0-0), Deportivo (0-0) y perder ante Osasuna (1-2).

Son varios factores los que han afeado el rendimiento del Málaga en casa. Antes, la tendencia era más que positiva y jugar en La Rosaleda para los rivales era sinónimo de derrota casi segura. Y es que, antes del parón invernal, el Málaga solo había sido derrotado en casa a manos del Granada (0-1).

La necesidad generada por ver cómo se escapan los de arriba, la presión por tratar de agradar al público, que ha llenado La Rosaleda y ha respondido al mensaje de auxilio del club; la falta de gol o la incapacidad del equipo de dominar los partidos cuando el rival le cede la pelota son algunas de las causas que explican el bajón del equipo.

Por contra, lejos de La Rosaleda el Málaga ha encontrado la fórmula para sumar puntos. Está invicto desde que empezó el 2019 y el estilo de juego implantado por Muñiz se adapta mejor de visitante. Y es que, sin la necesidad de llevar el peso del partido y bien replegado atrás, el equipo consigue sacar tajada sin muchos alardes.

Ahora llegan dos rivales con los que el Málaga debe mantener las constantes mostradas a domicilio para sumar seis de seis. El Numancia está asentado en la zona media de la tabla, aunque no se puede despistar si no quiere meterse en un lío, mientras que el Nástic está penúltimo en la tabla y trata de mantener con vida el sueño de la permanencia.