Luis Hernández ha dado un paso al frente. El zaguero, que conoce de sobra la categoría, lo que hay que hacer para ascender y también que habla desde la veteranía, hizo de portavoz del vestuario blanquiazul en una delicada situación. Unas palabras, en sala de prensa, que tienen autocrítica pero que también siguen mirando al futuro con optimismo.

En primera instancia, el central habló sin reparos de la derrota en Granada. «Sin duda que fue un palo duro para el grupo, para el equipo, para la gente. Probablemente, el más duro que hemos recibido hasta ahora, pero esto está por decidir. Quedan nueve jornadas, y después de la derrota nos estamos reponiendo y vamos a afrontar tanto el partido del sábado como lo que resta de temporada con la máxima ilusión porque estamos peleando por el objetivo que nos marcamos a principio de temporada, que es devolver al club a Primera División», escenificó en primera instancia.

Luis también abordó la complejidad de dar caza a los dos puestos de ascenso directo. «Es una realidad que estamos más lejos del ascenso que la semana pasada. Sabíamos que era un partido clave y muy importante, porque es un rival directo por el ascenso. No se dio el partido como queríamos. En dos detalles se nos fue, el equipo tiró de casta, orgullo y corazón para poder empatar y no pudo ser así. Está claro que estamos más lejos que la semana pasada, pero hace cinco o seis jornadas el Granada estaba por debajo. Quedan puntos por delante, necesitamos una reacción nuestra desde ya y va a comenzar el sábado porque vamos a afrontar el partido con la máxima ilusión posible para sacar los tres puntos», argumentó.

El central quiso rescatar algún detalle positivo del sábado. «Está claro que en un clasificación tan igualada se nos escapan esos detalles que antes controlábamos. La lectura positiva es que al final apretamos y no le perdimos la cara al partido pese a estar uno menos. Una derrota muy dura para nosotros sabiendo la afición que se había desplazado. Pero no nos vale de nada y tenemos que sacar los puntos ante el Extremadura».

Y Luis Hernández hizo un alegato de su figura y del Málaga CF. «Mi parcela es la de futbolista y es la que puedo controlar. Yo intento comunicar el sentir del vestuario. Sé admitir cuando una derrota es dolorosa, y hacerlo a vosotros y a la afición, que no vive el día a día. En lo que no puedo controlar no me meto. Es el Málaga y el Málaga son los jugadores, el presidente, la afición, los periodistas, es un todo. Y entre todos juntos debemos devolver al equipo donde se merece».

Por último, resumió la ruta a seguir. «El míster dijo que se iba a decidir en los últimos diez partidos y no se ha equivocado. Ahora no podemos cambiar la manera de pensar o interpretar las cosas. El equipo está absolutamente convencido de lo que hace. No nos queremos obsesionar con otra cosa que no sea sacar el partido del Extremadura. De los partidos que quedan tenemos cinco en casa y yo creo que es la clave de aquí hasta el final. Volver a hacer de La Rosaleda un fortín, como al principio de temporada, porque iba todo rodado. En La Rosaleda se deben quedar los tres puntos».