La viceconsejera de Desarrollo Sostenible, Ana Corredera, y el delegado territorial en Málaga, Fernando Fernández Tapia-Ruano, y al director general de Infraestructuras del Agua, Sergio Arjona, comprobaron ayer el funcionamiento de la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales del Bajo Guadalhorce, ubicada en el término municipal de Pizarra, que da servicio a Álora y pronto lo hará a Coín.

«Han tenido que pasar veinte años, pero por fin el río Guadalhorce empieza a ver reducida la carga de aguas residuales», afirmó Corredera, quien añadió que «la depuradora, que opera en fase de pruebas, da servicio a los más de 22.000 vecinos de Pizarra y Álora, y en breve hará lo propio con otros tantos que residen en Coín».

En este sentido, Corredera añadió que el Gobierno andaluz iniciará la próxima semana la tramitación del expediente de daños, tras desbloquear con la empresa contratista la colisión de intereses surgida tras los desperfectos causados por las fuertes lluvias registradas en octubre del año pasado: «Hemos trabajado en tiempo récord para prestar cuanto antes servicio a Coín, tras meses de inacción por parte del anterior equipo de la Junta».

El delegado territorial, Fernando Fernández Tapia Ruano, explicó que la depuradora se puso en marcha el 8 de abril «dando solución, al tratamiento de las aguas fecales que vienen vertiéndose en el río Guadalhorce desde estos municipios y que el anterior Gobierno socialista dejó como asignatura pendiente, tras dos décadas de espera».

La construcción de la depuradora y de los colectores de los tres municipios han supuesto una inversión 15 millones de euros asumida por la Junta de Andalucía, financiados a través del canon de depuración que la Administración cobró a través del recibo del agua.

En este sentido, Fernández Tapia-Ruano, consideró «inaceptable que el dinero percibido cada año de los andaluces y por el que la Junta estaba obligada por la Unión Europea a la depuración de nuestras aguas, haya tenido que esperar tantos años para obtener resultados», a pesar de que fue en 2007 cuando se adjudicó la construcción de la depuradora del Bajo Guadalhorce.

Las obras incluyeron la ejecución de la planta con las conexiones de agua potable, electricidad y el camino de acceso, así como el colector de llegada de aguas residuales a la depuradora y la conducción de vertido de agua tratada, además de los elementos para su funcionamiento, como redes de tuberías, equipos de bombeo, instalaciones eléctricas, control o urbanización.

Fernández Tapia-Ruano criticó que la dejadez y falta de compromiso de los anteriores gestores de la Junta haya provocado una multa millonaria por parte de la Unión Europea, por no depurar las aguas de Coín, Alhaurín el Grande, Esteponay Nerja.

La depuradora del Bajo Guadalhorce se sitúa en Pizarra, al final de una red de más de 28 kilómetros de tuberías que conducen las aguas residuales hasta la estación de tratamiento y dará servicio a los 44.000 vecinos de Coín, Álora y Pizarra.