El vídeo de tres tractores por las calles de Alozaina pulverizando agua y cloro se hizo viral en las redes sociales. Durante la primera semana del confinamiento colectivo, las imágenes sorprendían por la exagerada actuación en el pueblo pero, pasados unos días, muchos otros le han copiado.

Cada tarde, a las 20 horas, desde el 17 de marzo, una vez cerrados los comercios de productos básicos, tres voluntarios cargan los tanques de sus tractores con la solución al porcentaje que recomienda el Ministerio de Sanidad y, pulverizan todas las calles de Alozaina incidiendo en las vías comerciales y en la zona de ambulatorio.

Fernando Merino Duarte, José Antonio Zambrana Dueñas y José Antonio Santos González ponen su tiempo y sus tractores con el mismo sistema que usan para sulfatar los olivos que rodean a este pueblo para desinfectar calles y fachadas.

Por eso se recomienda a los vecinos que pongan a resguardo las flores de ventanas y balcones para que no se vean afectados y que no salgan de sus casas hasta media hora después de la desinfección. Durante más de dos horas estos vecinos se afanan en esta tarea que deja en el pueblo un leve perfume a lejía; los vecinos permanecen en su casa cumpliendo el confinamiento y duermen tranquilos.

Pero Alozaina ha ido más allá. En las calles del municipio se han improvisado una docena de grifos y gel para quienes vuelvan a casa puedan lavarse las manos antes de entrar. También se ha instalado un sistema de megafonía para informar de las novedades municipales respecto al Covid-19 a aquellos vecinos que no tienen redes sociales; esencialmente los mayores. Y el Ayuntamiento ha repartido una bolsa con seis mascarillas por persona por cada casa del pueblo.

En los últimos días, el Consistorio ha cerrado varios caminos que desembocan en pueblos cercanos para controlar las entradas y salidas. El camino de Los Almendrillos, La Dehesilla, el de Ardite y el de Los Valles están cortados a la circulación y sólo se permite el paso a agricultores y vecinos de estas zonas.

Asimismo, se han delimitado los accesos por carretera suprimiendo las entradas por el polígono industrial, por la calle Calzada y la del camino del Monje, frente a la depuradora. Solo es posible acceder a través de las calles Calvario y Málaga, en las que ha instalado un arco con un sistema de detección de vehículos que entra en funcionamiento a través de un sensor, rociando al vehículo con la solución pulverizada y desinfectándolo antes de su entrada o salida.

Tras solicitar presupuesto a varias empresas, ninguna bajó de un plazo de tres meses, así que el Consistorio se lo encargó a los Servicios Operativos. El éxito ha sido tal que el Ayuntamiento ha editado un vídeo explicando su fabricación, tras la demanda de otros pueblos.

Por otra parte, coordinados por el Ayuntamiento se ha creado un grupo de voluntarios para atender a los mayores con la compra de alimentos, medicamentos y productos de higiene. La biblioteca ofrece libros digitales, material didáctico o cuentacuentos y los comercios llevan la compra a casa para que ningún vecino rompa su confinamiento y se exponga al contagio del Covid-19.