Agricultura

La Junta facilita acreditar la uva pasa como producción tradicional

El objetivo de las ayudas es garantizar la viabilidad económica del cultivo evitando así su abandono

La directora de Ayudas Directas de la Junta, Raquel Espín, se reunió ayer con el sector. | L.O.

La directora de Ayudas Directas de la Junta, Raquel Espín, se reunió ayer con el sector. | L.O. / l.o. málaga

L. O.

La Junta de Andalucía facilitará la acreditación de la elaboración de la uva pasa como producción tradicional para optar a ayudas, según anunció ayer la directora general de Ayudas Directas y de Mercados de la Consejería de Agricultura, Raquel Espín, tras reunirse con el sector en Málaga.

Según explicó Espín, en la nueva normativa que va a regular los incentivos a esta producción «se establece la necesidad de presentar un contrato entre los productores y los transformadores, dándose las circunstancias de que en el caso de la uva pasa la transformación la realizan los propios agricultores en sus fincas».

Ese carácter singular no limita los derechos a las ayudas, según se puso de manifiesto en el encuentro técnico celebrado en Málaga, donde «se han sentado las bases para poder acreditar que los productores de uva pasa de la Axarquía malagueña cumplen con los requisitos necesarios para optar a estas ayudas».

Se abordaron los trámites para solicitar las ayudas asociadas a esta producción tradicional, a las que este producto puede acogerse y que pertenecen al primer pilar de la Política Agraria Común que se concede a sectores en situaciones especiales como ésta en base a su producción y transformación tradicional.

Garantizar la viabilidad económica del cultivo tradicional

El objetivo de esta ayuda es garantizar la viabilidad económica del cultivo tradicional de la uva pasa evitando el abandono en las zonas de producción que cuentan con escasas alternativas de cultivo y donde ese producto es fundamental desde el punto de vista medioambiental, económico y social.

El proceso de elaboración de la pasa se realiza mediante la colocación de los racimos de uvas al sol durante dos semanas en estructuras denominadas paseros; después se colocan los racimos en un «formalete» -especie de bandeja de madera que se coloca sobre las piernas- y se separan con tijeras cada una de las pasas del racimo.

Se trata de un proceso ancestral y tradicional que requiere del apoyo de las administraciones para que pueda garantizarse su producción.