Agricultura

El interior de Málaga teme para este año nuevas mermas en las cosechas de cerezas o castañas

El municipio axárquico de Alfarnate recupera el 7 de abril la fiesta de origen japonés Sakura que permitirá admirar sus cerezos en flor 

La Serranía aún espera recibir nuevas lluvias

La localidad axárquica de Alfarnate tuvo que reemplazar el pasado año el Día de la Cereza.

La localidad axárquica de Alfarnate tuvo que reemplazar el pasado año el Día de la Cereza. / L. O.

Fran Extremera

Fran Extremera

El difícil equilibrio medioambiental, en plena sequía y de nuevo con la agricultura como uno de los eslabones «más frágiles» de la economía, mantiene en jaque a localidades del interior de la provincia de Málaga que dependen directamente de frutos anuales como el cerezo o la castaña. Así lo señalan los portavoces sindicales, pero también alcaldes y concejales de municipios del Valle del Genal o de la Alta Axarquía.

Tras sufrir el invierno más cálido desde que se tienen registros, en más de 60 años, la provincia malagueña ha iniciado la primavera con nevadas y un tren de borrascas que ha representado un auténtico alivio ante la falta de precipitaciones del presente año hidrológico. Con los embalses en mínimos históricos, las lluvias de marzo rellenaron hasta el pasado Jueves Santo con casi 40 hectómetros cúbicos las reservas.

El panorama meteorológico es muy complicado tanto para los productores de fincas de regadío como aquellas que dependen en exclusiva de las precipitaciones acumuladas. Y en este último contexto figuran esas zonas del interior que, aún siendo de las más lluviosas de la provincia, temen un segundo año consecutivo con mermas en sus cosechas.

En los denominados Pirineos de la Axarquía, Alfarnate convirtió sus bajas temperaturas invernales en el mejor aliciente para implantar el cultivo de cerezos que tan buenos rendimientos históricos había propiciado a las sierras más septentrionales de la provincia de Cáceres. Pero ha ido aún más allá, después de haber consolidado en junio el Día de la Cereza, porque este próximo 7 de abril celebrará la tercera edición de la fiesta de origen japonés Sakura, que incluye la posibilidad de admirar los cerezos en flor y un sinfín de actividades divulgativas con la tradiciones orientales como principal reclamo.

«El año pasado, que era la segunda edición, ya fue una locura. Y este año hemos ampliado los espacios para aparcamiento a las afueras del pueblo ,y ya nos han informado de excursiones organizadas desde provincias como Sevilla o Córdoba», relata el alcalde alfarnateño, Juan Jesús Gallardo. La denominación de esta celebración parte de la palabra que le da nombre, en japonés, a las flores del cerezo. «Nació la fiesta de un grupo de japoneses que contactó con nosotros para informarnos de que querían venir a practicar la ceremonia del cerezo en flor en nuestro pueblo», agrega el regidor.

Cerezos en flor, en Alfarnate.

Cerezos en flor, en Alfarnate. / L.O.

Floración

En Tokio, la mayoría de los cerezos alcanzan el apogeo de su floración a finales de marzo y principios de abril. En Alfarnate, con las variaciones meteorológicas, hay algunos cerezos ya en flor y otros que estarán en ese punto máximo justo para el domingo 7 de este mes de abril. El pasado año la cosecha de cerezas fue inferior a la de otras campañas, por lo que se sustituyó en junio el día de este fruto por otras acciones promocionales.

Para este año, Gallardo espera que pueda haber una mayor cosecha, aunque dependerá de la evolución del tiempo durante la primavera. Igualmente, en el Valle del Genal, en el entorno de municipios serranos como Jubrique, Pujerra o Parauta, los productores no se atreven a decir que la cosecha de castañas pueda superar los registros que para algunas variedades fueron mínimos durante el pasado otoño. Basta con que haya granizo o cualquier otra adversidad para dar al traste con todo.

Suscríbete para seguir leyendo