Cuando un actor lleva a cabo un cambio físico para una película, el esfuerzo no suele pasar desapercibido para las audiencias. Es, a veces, el punto que marca la diferencia en sus actuaciones y le termina de dar el toque de verosimilitud al personaje. En algunas ocasiones, los papeles requieren de rutinas de musculación y dietas estrictas, pero otras actuaciones les obligan a llevar sus cuerpos a límites de peso poco saludables, tanto por exceso como por déficit. 

Brendan Fraser por ejemplo ha encarnado papeles con formas físicas tan distintas que entre uno y otro era totalmente irreconocible. Desde ‘George de la Jungla’ con unos músculos esculpidos y fuertes, a ‘La Ballena’ donde llegó a engordar 30 kilos y usar a diario una caracterización que pesaba más de 130 kilos para representar a un profesor con obesidad mórbida. Para su preparación, Fraser explicó que combinaba el sedentarismo con la ingesta de grandes cantidades de comida, sobre todo hidratos de carbono y comida basura, un método parecido al empleado por Christian Bale en 'El naufrago'.

El caso Fraser quizás haya sido uno de los más llamativos de la industria del cine, por lo diferente de su transformación, pero recientemente han trascendido la pantalla dos actores por su cambio físico. Ryan Reynolds y Hugh Jackman, en la vida real -Deadpool y Lobezno en las pantallas. han compartido sendos procesos de transformación en sus redes sociales para el que va a ser el único estreno de Marvel de 2024: ‘Deadpool 3’. 

'Deadpool y Lobezno'

Ninguno de los dos es nuevo en esto, han encarnado a superhéroes en muchos de sus últimos trabajos y de por sí llevan una vida activa y saludable. Reynolds por ejemplo ya había tenido que ponerse en forma para su papel en ‘Blade’, para el que ganó 12 kilogramos de masa muscular con los entrenamientos. En aquella ocasión, el actor canadiense se puso en manos del mismo preparador que su compañera de reparto Jessica Biel. Para encarnar a ‘Hannibal King’ sus rutinas incluyeron clases de artes marciales y una buena dosis de gimnasio, y el propio Reynolds ha asegurado en múltiples entrevistas que aquel entrenamiento fue con diferencia una de las preparaciones más duras que ha seguido. 

Reynolds inició en agosto la preparación física para encarnar nuevamente a Deadpool de la mano de un entrenador de famosos muy célebre en Hollywood: Don Saladino. El preparador lleva asistiendo al actor durante más de 10 años en absolutamente todas sus transformaciones físicas. En esta ocasión, el objetivo, según compartía el preparador en sus redes sociales, era no sólo poder mostrar unos brazos fuertes y torneados, sino ganar agilidad, flexibilidad y ser capaz de emular al ‘antihéroe’ de nuevo. Según han explicado, su entrenamiento consta de rutinas variadas en las que combina varios grupos musculares en cada sesión para tener un enfoque holístico. Tal ha sido el éxito del programa de entrenamiento que Saladino lo ha comercializado como ‘Deadpool Program’ y cualquiera puede ahora seguir esta rutina de nueve semanas que ha hecho de Reynolds el héroe gamberro más famoso de Marvel a sus 46 años.

Uso de esteroides

En cuanto a la alimentación, Reynolds ha explicado en muchas ocasiones que a diferencia de muchos otros actores cuando inician procesos de transformación y musculación, él no sigue una dieta cetogénica (basada en el consumo de grasas y la eliminación de los carbohidratos). Su táctica es la ingesta cada dos o tres horas máximo de alimentos completos de pocos ingredientes y sobre todo de hidratos de carbono integrales y limpios para mantenerse saciado. 

Para encarnar a Lobezno, de forma parecida, Hugh Jackman, se ha entregado en cuerpo y alma al gimnasio. Los resultados hablan por sí solos y es que al estadounidense le han llegado a preguntar en varias ocasiones por el uso de esteroides ante su gran estado de forma a los 55 años. “No me gusta tanto mi trabajo como para hacerlo”, ha dicho en alguna ocasión en referencia a los efectos peligrosos para la salud del uso de estos químicos

En anteriores ocasiones, Jackman había explicado que para encarnar a Lobezno había empleado un programa de 12 semanas de entrenamientos en el que tras una primera fase de volumen y ganancia muscular, posteriormente procedía a afinar la figura y sacar a la superficie esos ‘gains’. Seguro que ahora, tras leer este artículo cuando vean Deadpool 3 verán con otros ojos a sus protagonistas.