Dirección: Adam Wingard

Intérpretes: Rebecca Hall, Kaylee Hottle, Dan Stevens

Año: 2024

Estreno: 27/3/24

★★

Adam Wingard apareció en aquel proyecto de cine de terror colectivo y de bajo presupuesto titulado ‘V/H/S’ y ahora ya se codea con los cineastas que ruedan películas de más de 200 millones de euros. Tras inaugurar la nueva franquicia de las dos gigantescas criaturas con ‘Godzilla vs. Kong’, Wingard firma una segunda entrega que completa a la vez el denominado ‘MonsterVerse’ –por categorías que no quede– iniciado con el ‘Godzilla’ de 2014 y proseguido con ‘Kong: La isla calavera’ en 2017. La hibridación del simio King Kong surgido de los temores de la Gran Depresión americana de los 30 con el ‘kaiju’ Godzilla aparecido como metáfora del terror atómico en Japón puede tener su interés, pero a veces la suma de dos entidades poderosas no da buenos resultados.

De hecho, en este filme el protagonista absoluto es el rey Kong, cada vez más humanizado en gestos, miradas y rugidos, mientras que Godzilla no pasa de la categoría de estrella invitada. La acción acontece en ese lugar denominado la Tierra Hueca, que suple a la Isla Calavera donde empezó todo. Los humanos hablan más de la cuenta y entorpecen más que aclaran la historia. A Kong le extraen un diente infectado en una de las escenas más resultonas del filme, y en varios momentos parece que los responsables de esta monstruosa franquicia quieran competir con la de ‘El planeta de los simios’, pues batallas entre simios de distintas alturas las hay a raudales. Godzilla promete vómitos radiactivos, aparece otro ‘kaiju’ histórico, Mothra, el monstruo polilla, a King Kong le congela una mano el titán Shimo y las criaturas devastan en sus batallas Sao Paulo, El Cairo y Cádiz, aunque Godzilla descansa dentro del coliseo romano.