Durante la última emisión de 'El programa de Ana Rosa', el programa ha dedicado una parte de su tiempo para hablar del problema que tenían unos vecinos con unos okupas. Según aseguran, algunos miembros de los que habitan de forma irregular son drogodependientes y se han llegado a mostrar agresivos con ellos, un problema con el que Joaquín Prat está bastante familiarizado.

"La cosa es que, al ser mayor de edad, no se le puede obligar a ingresar en un centro de desintoxicación. Solo puede ingresar si él quiere", empezaba diciendo el periodista. Este alegato no es casual, puesto que su hermano Federico lleva años sufriendo una fuerte adicción a las drogas, sin que nadie de la familia haya podido hacer nada por corregirlo.

"Es el drama de muchas familias en este país. Cuando no se dejan ayudar, a veces la única solución es emprender un largo y tortuoso camino hacia la inhabilitación", apuntaba el presentador, dejando entrever que su familia sigue intentando ayudar a su hermano. "Algunos ya tenemos experiencia en eso", sentenciaba finalmente.

Este problema que acarrea su familia salió a la luz el pasado verano, después de que su hermano se quejase ante los medios que no recibía la ayuda de nadie y que está viviendo en la calle. Fue entonces cuando una de sus hermanas decidió emitir un comunicado para aclarar la situación: "El propio Fede decidió vivir en el sur y continuar con su adicción. Durante todo este tiempo mi madre se ha hecho cargo y sigue haciéndose cada mes cargo del lugar en el que vive, y aunque ha tenido oportunidades, ha continuado inmerso en el mundo, terrible e inmundo, de las drogas. Ya no esperamos que algún día se cure, pero sí tener privacidad para seguir gestionándolo de la manera menos dañina para todos”