'¿Hay derecho?'

Si echamos la vista atrás, veremos cómo millones de personas han estado luchando con el sudor de sus frentes para sacar a sus familias adelante. Para que aquellos a los que tenían a su cargo pudiesen, el día de mañana, tener una vida más relajada. Estas personas, desde siempre han pagado sus impuestos como ciudadanos ejemplares, sin dejar atrás ningún pago. Así, hemos construido nuestro sistema sanitario (que muchos llaman gratuito) y a día de hoy, lo que entre todos hemos estado construyendo, se desmorona.

La privatización sanitaria que se está llevando a cabo, no es más que una privatización de nuestros derechos fundamentales. Como bien sabemos, el tener una seguridad social adecuada y adaptada a la situación de cada persona, es un derecho constitucional, el cual nuestra actual clase política se está, como coloquialmente se diría, «pasando por el forro».

Dicho esto, no tenemos que irnos muy lejos para observar el deterioro de las condiciones de vida de miles de personas tras los acontecimientos que están sucediendo respecto a este tema:

Miguel, 85 años, enfermo crónico. Él ha estado toda su vida trabajando y cotizando como un «buen» ciudadano. En la actualidad, necesita un tratamiento diario compuesto por 5 tipos de medicamentos. Tiene una pensión aproximada de 800 euros mensuales. A su cargo tiene a María, su mujer, la cual tiene alzheimer y no puede valerse por sí misma.

Llamo a la reflexión preguntando, ¿hay derecho que éstas personas, que han estado toda su vida pagando sus impuestos, tengan que pagar por sus medicinas sin recibir ningún tipo de ayuda, mientras siguen apareciendo, cada día, escándalos de corrupción de los mismos que quieren quitarnos el derecho a la sanidad «gratuita»?

Lara Galeote Martín. Málaga

'Primavera que no llega'

Llevamos demasiado tiempo preguntándonos por los brotes verdes que ni llegan ni se les intuye en el horizonte. Igual es porque sigue habiendo despilfarro y saqueo en infraestructuras ruinosas cuyo único dato positivo es que nos acercan a Dalí. Pero sigue el carnaval derrochador de asesores a dedo, indultos a kamikazes que son clientes del hijo de papá, la no dimisión del que se empadronó en el Palace y discursos que niegan el cierre de urgencias rurales de esa que se siente blindada en el burladero de las mayorías absolutas con sabor a dictadura. Siguen vigentes todos los síntomas que dieron lugar a esta estafa monumental llamada crisis, mientras nuestro país se sigue mirando el ombligo de la transición y recordando lo valiente que fue aquel el día del veintitrés efe. Una democracia en la que hace tan solo veinte años se seguían robando bebés impunemente y cuyo niveles de participación de la ciudadanía en la democracia real es pírrica comparada con países de nuestro entorno. El nucleo político y social de nuestra sociedad está podrido y de ahí nada bueno puede surgir. Control, alt, suprimir. Reinicia.

Ignacio Caballero Botica. Málaga