Para bien o para mal, justa o injustamente, la eliminatoria entre el Real Madrid y el Manchester de la pasada semana quedó marcada por la expulsión de Nani en el 56´. Ganaban entonces 1-0 los ingleses y en menos de 5 minutos el Madrid le dio la vuelta al marcador...

De las siete razones que contempla el reglamento para mostrar una tarjeta roja, dos pueden aplicarse a Nani para justificar su expulsión: ser culpable de juego brusco grave o ser culpable de conducta violenta. ¿Fue el suyo un juego brusco, fue la suya una conducta violenta? En el fútbol no sólo el árbitro tiene que decidir en cuestión de segundos, sino que su decisión nunca será compartida por una de las partes. Aquí, los colores imponen dogma.

Una cosa sí debe quedar clara: la falta de intención exime del dolo pero no de la culpa en sentido jurídico, como el desconocimiento de la norma no exime de su cumplimiento. Es decir, puede que Nani actuara sin intención de causar daño a Arbeloa, pero el hecho objetivo es que le golpea en el pecho, y el hecho de que no le viera no le exime de la sanción.

Pero aquí entramos en el terreno de la interpretación, del criterio. ¿Fue realmente «grave» la acción? ¿Fue «violenta»? Roy Keane, ex del United y un tipo con bien merecida fama de duro en el campo, daba en directo por buena la expulsión pues «no puede levantar el pie sin mirar, debe de estar atento a los jugadores que tiene alrededor». El ex colegiado Andújar Oliver, tras ver varias veces la acción repetida, señalaba en un medio con merecida fama de merengue como Marca TV que fue una sanción «exagerada» que debía haberse quedado en amarilla. Otro ex colegiado como Urizar Azpitarte coincidía al día siguiente en «As» en el color de la amonestación y, además, incidía en que Arbeloa debía haber sido expulsado con anterioridad.

Esta falta de uniformidad, que no es exclusiva del fútbol, ojo, sino que se produce o puede producirse cada vez que dos personas distintas juzgan los mismos o semejantes hechos, son los que en todo caso llevan a la confusión a los aficionados. Porque, ¿cómo entender que la acción de Nani a Arbeloa sea merecedora de roja directa cuando la patada brutal del holandés De Jong a Xabi Alonso en Sudáfrica no lo fue?

El debate, en el fondo, anima el fútbol. El Madrid fue más valiente que el United y, ayudado o no por la expulsión de Nani, superó la eliminatoria, como España fue superior a Holanda y no precisó de la expulsión de De Jong para ganar el Mundial. El problema no es el dolo o la culpa, en la que todos estamos de acuerdo, sino en la falta de un criterio uniforme de los colegiados.