Vuelvo de Portugal. Un país pobre pero serio. Vuelvo a mi tierra y miro cómo se oxida el oropel de nuevo rico que duró lo que dura una pompa de jabón, una burbuja de ladrillo. Se nota en lo clamoroso y en la miniatura cotidiana. Para el presidente de los vecinos de la barriada malagueña de Sixto «las grapas taladran la pared y provocan que, con la lluvia, la humedad se cale». Lo cuenta el gran Alfonso Vázquez. El hombre se refiere con impotencia a los engaños reiterados de compañías que para cablear sus servicios saturan las fachadas con grapas de doble garra y otras garrapatas metálicas. Los bloques del barrio acaban de pasar la Inspección Técnica de Edificios y Urbanismo no se fijó en la maraña de cables que los recorren. El concejal Pomares ha dicho que los cables nuevos elevados son ilegales. Y los de antes€

Poco Equitativa

El metro, que entrará en funcionamiento por fin el 30 de este mes, un miércoles, tiene una flamante parada junto al barrio. La dignidad crítica de esos vecinos choca con la imagen tercermundista de sus fachadas. Rutilante era, sin embargo, la fachada de Gowex, la firma española de acceso inalámbrico a Internet. Pero acaba de reventar como un globo, cuatro años de mentiras sobre sus ingresos, una funda superpuesta sobre un edificio en ruinas. Como la del gran anuncio de cerveza que ahora empeora el edificio de La Equitativa, convertido definitivamente en soporte publicitario. Otra derrota. La lona lo enfunda ahora como un condón gigantesco que provoca una enfermedad peor que la que pretende evitar: la fea vulgaridad de la propaganda más roma en una zona noble y aún genuina de Málaga. Da una risa tonta leer el informe de la Diputación que se ha presentado esta semana sobre el temprano consumo de alcohol en los jóvenes. Casi todos suelen quedar los fines de semana en los aledaños de la calle Larios, frente a esa fachada.

Bazuca al hombro

No deja uno de reír ante tan poca seriedad. Sólo hace falta fijarse un poquito y el espectáculo de la resaca tras la juerga del ladrillo es descacharrantemente ridículo. Como las fotografías del actual hermano mayor de la malagueña cofradía de La Estrella cargando con un bazoca al hombro entre símbolos preconstitucionales fascistas. Más que el mayor pareciera el menor de los hermanos, un chaval pillado en una gamberrada de patio de colegio con el alma desnuda, congelada en el instante de la fotografía. Hasta la foto o el dibujo en blanco y negro de Franco que hay a su lado parece mirarle, de perfil hacia él, con gesto reprendedor.

¡Ay, Jenaro!

La oficina de comunicación del Obispado, la misma que provocó la dimisión del anterior responsable de la cofradía por su divorcio, entre otras cosas, ha querido dejar claro su absoluta adhesión a la Constitución española. Respecto al fotografiado, ha zanjado la cuestión recordando que ese ratito de asueto en la sede de la Hermandad de antiguos caballeros legionarios ocurrió antes de ser nombrado hermano mayor. Todo ocurre antes. También el expresidente de Gowex, el tal Jenaro García, se deshizo en los últimos 6 meses, de casi el 5% de la empresa. Por tanto, fue antes de dimitir (y poco antes de que la agencia Gothan City desenmascarase a este Batman madrileño de los negocios por Wifi). Fue antes. Ahora los controles sobre los cursos de formación se van a reforzar. Para qué, si los fraudes fueron antes, ya no fraudan. Tampoco el Tribunal de Cuentas ha evitado que prescriban presuntos delitos de financiación de los partidos, con sospechosa lentitud e incapacidad para cumplir con su cometido. Pero no pasa nada, ocurrieron antes.

Mamanding y balconing

Como lo de Bárcenas, y su demasiado dinero negro para uno solo en cuentas paradisíacas, fue un asunto de antes. Ahora Bárcenas ya no delinque, en la cárcel, que se sepa. Y se presenta una Ley de Transparencia. Pero para qué. Si todo ocurría antes, ya no hace falta. Ya ni hay millonarios que se divierten escondiendo sobres con 50 euros por las calles de las ciudades. Eso son cosas de antes. Suena a novatada de colegio mayor antiguo, o a neurona excitada en pleno mamanding mallorquín a punto de hacer balconing en el clímax de la estulticia. Al tal Jason Buzy le debe de faltar tanta madurez como le sobran los billetes. Seguiría con la risa tonta si no fuera por las personas que necesitan esos euros para que coman sus hijos, como esa muchacha que me pide pañales en la entrada de Carrefour. Claro que eso de pedir para comer ya no pasa. Eso era antes.

Juego limpio

Lo de pertenecer a la asamblea general de Caja Madrid cuando la entidad la presidía Blesa, como pertenecía Pedro Sánchez, uno de los candidatos socialistas a la secretaría general, y haber pedido un préstamo de 150.000 euros precisamente entonces y a esa misma entidad, también fue antes de que Sánchez decidiera presentarse a las primarias. Todo fue antes. Ya no€

Porque hoy es sábado.