La semana pasada significó un cambio de relieve en el escenario de traspasos mundiales, ya que la Premier League, por primera vez, cerró su ventana de mercado el día 9 de agosto, es decir 22 días antes de lo habitual y de lo que, en la mayoría de las ligas, seguirá siendo el día final, el 31. Como todas las temporadas, se empieza la liga en el mes de agosto, pero comoquiera que el año pasado hubo cambios de jugadores de un equipo a otro durante ese mismo mes, los ingleses pensaron que no era fair play. Ese juego limpio que tanto tienen en consideración y decidieron que el mercado se iba a cerrar antes de comenzar el campeonato.

Es una idea como otra cualquiera, ni mejor ni peor, pero sin entrar en su bondad o no, lo que sí ha supuesto es una revolución en las transferencias. De hecho, la Premier fue un hervidero de traspasos, por las prisas y porque el Mundial de Rusia dejó algo parados los posible intercambios y, de hecho, solo tuvieron un mes (menos incluso desde el final de Rusia 2018) para completar sus plantillas.

El Reglamento FIFA del Estatuto y Transferencia de Jugadores indica en su artículo 6 que el periodo máximo de la primera ventana de traspasos será de doce semanas y deberá comenzar al acabar la temporada anterior. Por lo tanto, no hay mención alguna a un mínimo de tiempo y los ingleses están dentro de su derecho, como si quisieran poner solo dos días para hacerlo todo?

Siendo la Premier League el campeonato que suele gastarse más dinero en fichajes, es normal que todos miremos a lo que ocurrió durante los últimos días antes del cierre del mercado. Como en aquella película de los «Tres días del Cóndor» de Sidney Pollack con Robert Redford, aquí fueron los ´Cuatro días de locura inglesa´, protagonizados por los Manchester, Arsenal, Liverpool, Chelsea, Tottenham y otros...

Una vez la vorágine de Albión acabó, nos quedamos casi sin titulares hasta el día 31 o casi. También, a mi entender, hay más sosiego porque lo que no haya entrado en el mercado inglés ya no podrá hacerlo y quizá haya alguna «ganga» por la que pujar. Además, en esas semanas pendientes, algún jugador de la Premier quizá quiera moverse, porque no esté jugando o se haya peleado con el entrenador o vaya usted a saber qué.

Y es que la entrada de jugadores está vetada pero no la salida, con lo que algunos futbolistas podrían moverse, con mayor facilidad y mejores precios, algunas cesiones más baratas para todo el resto del continente (salvo para Italia, que también adelanta su cierre, pero al 18 de agosto). Es decir que hay que estar atento al mercado inglés para ir a pescar, y esperando al final del mes, intentando atrapar a descontentos a mejor importe o a coste de cesión.

Con esta primera versión de un verano diferente, veremos si lo que los ingleses han decidido les favorece o no y si, al contrario, lleva a mejores situaciones a las ligas que no cierran hasta final de mes, como la española entre casi todas las otras.

Como he dicho, no sé si será bueno o malo para la Premier pero lo que sí es seguro es que va a cambiar la forma de ver la ventana de verano, quizá no en este primer año, pero sin duda alguna en el que viene, porque las previsiones se harán antes por los clubes ingleses, con negociaciones muchas más avanzadas en el tiempo.