Suerte tienen aquellos a los que les gusta todo. Con restos de turrón en los bolsillos, ya se leen en los periódicos previas del Carnaval. Y crónicas de cómo será el nuevo recorrido de la Semana Santa. No nos olvidemos del Festival de Cine. Novedades sobre la Feria también pueden encontrarse ya en la prensa de estos días, incluso de las pasadas semanas. Empezará un miércoles. No hay tiempo para aburrirse. Acontecimientos por doquier. Nunca he sabido muy bien lo que es doquier, pero ya va siendo hora de que empleemos esa palabra en una columna, después de escribirlas por doquier. Por cierto que a «doquier» no le gusta la soledad y forma parte junto a «por» de una locución, por doquier, que efectivamente (gracias, RAE) significa por doquiera o por todas partes. Procesiones por doquier, Carnaval por doquier. Por doquier por allí y por doquier por allá.

Por doquiera que mires o vayas, la planificación cachondil o de acontecimientos en una ciudad bullanguera y turística no cesa. Urge inventar una fiestas de invierno, noviembre por ejemplo, que está ahí huérfano de acontecimientos, un evento con sus tiovivos y carruseles, cartel, un pregonero, recinto oficial y animadores con pompones si hace falta. Vamos avanzando el artículo y nos olvidamos de la Semana Blanca, que no es una fiesta pero puede ser un cachondeo. Doméstico, más que nada.

No estamos contra la proliferación de alegrías, bastantes tristezas, y tristes, nos rodean, es sólo la constatación de lo rápido que va todo, lo cual pudiera incitarnos a no disfrutar bien de cada cosa, pensando siempre en lo por venir, en las expectativas. La vida es aquello que nos pasa mientras el Ayuntamiento va planificando fiestas. También la Junta, que entre sus nuevas consejerías podría incluir, en la de Bienestar Social, un aumento de los días libres o de asuntos propios; demasiados días, sí, hay para asuntos ajenos.

Estamos tentados de escribir que «hay gente pa tó» con tantos acontecimientos, pero no es verdad. Más bien, hay gente que se apunta a tó, almas del Carnaval que son almas de la Semana Santa. Y en ese plan. No es crítica; es descripción. Gente que como decíamos en mi casa se apunta a un bombardeo. Y que a la vez bombardea, añado yo ahora, que para lo que estoy, pese a ver tanta actividad por doquier, es para acostarme, presa de un resfriado común poco común, dado que no es de sentido común el frío que hace en las casas de Málaga. Todo sea por recuperarme para la verbena de mi barrio.