Resulta que Juan Marín, vicepresidente de la Junta (Ciudadanos), ha promovido por todos los medios posibles una crisis de Gobierno, que finalmente ha quedado en una reestructuración de segundos niveles. Su idea era cargarse a la consejera Rocío Ruiz, de su partido (qué cosas más raras hace la gente), que se encuadra en otro sector de Cs.

Cuanto más pequeños son los partidos más sectores tienen. En la Transición contaban aquel chiste de que entran tres comunistas en una habitación y a los diez minutos hay dos comunistas y una escisión. Al final, Rocío Ruiz (que adviritió en una reunión de su partido a final de julio que crear más consejerías sería un despilfarro que nadie entendería) ha perdido competencias que han ido a parar, grosso modo, a consejeros del PP. Sobre todo al de Presidencia, Elías Bendodo. De esta crisis sale reforzado Bendodo. No importa cuando lea esta frase.

Todo esto, el tiro en el pie de Marín, que refuerza a los populares y desgasta a Cs, ha activado las opiniones respecto a que el vicepresidente pudiera buscarse un acomodo en el PP en el futuro. Sería su tercer partido, aunque algunas escuelas de pensamiento refutan este dato y aseguran que sería el cuarto. Con todo, Marín -y sus fuerzas de asalto, los marines- no cejarán y tratarán de que cuando esto pase (si es que la pandemia no nos arrastra a todos, gobiernetes incluidos) se ejecute su deseo: ampliar el número de consejerías para dar cargo y poder a más gente suya y reforzar así su baronía naranja del sur, en entredicho en el alto naranjismo madrileño.

Pero por ahora, la crisis de Gobierno en la Junta («crisis» es como se define técnicamente el cambio de carteras en un ejecutivo) ha sido finalmente un gatillazo, un fueguecito de artificio, una petardá.

De fondo, la disonancia entre un Ciudadanos andaluz cómplice de los partidos conservadores y fustigador del socialismo, y Ciudadanos a nivel nacional, que mastica apoyar a Pedro Sánchez en los Presupuestos, dos años ya funcionando con los de Rajoy. No solo como servicio a España para que no se dependa únicamente de los aldeanismos y supremacismos, también como gancho para recuperar electorado e influencia y centrismo. Atentos.